Entre la derecha internacional funciona una alcahuetería automática que no admite escuchar verdades, aunque se trate de eventos comprobados recientes o lejanos. Es natural porque históricamente, su acción se ha basado en la mentira y el engaño como métodos para controlar pueblos y mantener la dicotomía entre opresores y oprimidos. A pesar de que afortunadamente ya no está solo, Chávez sigue siendo el centro de las disputas en las cumbres internacionales como la que finaliza hoy en Chile, con participación de gobiernos iberoamericanos. Y es que no puede ser de otra manera, porque la sinceridad y vehemencia del presidente venezolano para decir verdades incómodas, choca con el estilo “diplomático” (entiéndase hipócrita), de esas citas que culminan siempre con acuerdos formales que se quedan en puro papel, y que no modifican ni un ápice la realidad de nuestros países subdesarrollados, sometidos internamente a las oligarquías criollas y externamente a la dictadura imperial.
Hoy, ante la posición de quienes como peones de Bush proponen desechar los riesgos de intervenciones extranjeras en Latinoamérica, Chávez se vio precisado a recordar la traición y golpe contra Salvador Allende dirigida por la CIA, los innumerables intentos de asesinato de Fidel y el sádico bloqueo a Cuba que ya lleva casi cincuenta años, así como el golpe de estado contra sí mismo, ejecutado al amparo de los gobiernos de Bush y de Aznar en abril de 2002.
Para el rey de España fue demasiado que por segundo día consecutivo Chávez calificara a su pupilo Aznar como lo que es, como un fascista que desprecia a los negros y a los pobres, y por eso no pudo contener su ira y le gritó al presidente venezolano ordenándole que se callara. Tal grosería demuestra que el reyecito como que sigue pensando que Venezuela es aún colonia española, y la verdad es que Chávez debió ponerlo en su lugar diciéndole al menos “rey pajúo” al mejor estilo venezolano. Con la verdad ni se teme ni se ofende, y el rey de España realmente es importante para la farándula, para la revista Hola y otras que viven de los chismes de palacio, mientras nuestro presidente libra una campaña internacional por la justicia y la unión latinoamericana.
Es bueno que tales eventos que permiten sincerar posiciones ocurran en foros internacionales. “Que sea la última vez” amenazó Zapatero…será que aparte de los gringos también nos van a invadir los adecos españoles?
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