Nacidos para perder

La única virtud que exhiben los capitalistas es el éxito. Han hecho del triunfo una mística, que, como se sabe, es tan inalcanzable como irrenunciable. Lo demás no importa: bondad, belleza, talento, alegría de vivir, placeres. Nada vale nada si no está ungido por el éxito sobre los demás. Porque definieron éxito del peor modo: victoria sobre los otros, humillación irredimible de los vencidos, a quienes convencieron de que son culpables de su derrota.

  Pues  bien, amigos y amigas acomplejados: Ya ni eso tienen. Luego de siglos de prédica y práctica de egoísmo y crueldad, de provocar guerras devastadoras para tener otro puñado de dólares, de lanzar uranio empobrecido sobre Iraq para obtener unos barriles de petróleo más, luego de arruinar regiones enteras del mundo, incluyendo sus propios países, luego de envilecer y envilecerse, de traicionar revoluciones, luego de imponer la barbarie como ley, con tal de tener un botín suculento, pues bien, ahora ni eso tienen, señores y señoras fracasados.

  Una de las razones por las que no vendo mi teclado es porque me da terror que un día me ordenen escribir contra el arroz con pollo. O contra lo que sea. Como un periodista a quien hacían una prueba en cierto periódico de la SIP. Le dijeron:

  --Escriba sobre Dios.

  --¿En favor o en contra? --preguntó el traidor profesional.

  Pues bien, el arroz con pollo es nada comparado con las contorsiones que están haciendo los pobres periodistas del canal humorístico CNN, entre otros medios venales. Solo les queda y protege el descaro y la desfachatez, tratando de cazar explicaciones en el aire, para dar cuenta de esta debacle financiera causada precisamente por la desregulación que tanto se desgañitaron proclamando. Ahora suplican que el Estado intervenga. Una derrota perfecta de las tantas. Autojaque mate. Porque cuando uno hace el ridículo ante los demás, puede esconderse, decir que los ridículos son ellos, pero cuando uno hace el ridículo ante sí mismo no hay dónde esconderse salvo en la desmoralización.

  Y ahora, dice el Profesor Lupa, son los únicos que chupan las medias de Bush, a quien ya nadie ni ignora, como decía Cantinflas. Con razón José Vicente decía que “a la oposición solo le queda Bush”. Y pronto ni eso.


rhernand@reacciun.ve



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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