La nueva etapa del ataque del poder económico para trastocar al proceso bolivariano revolucionario, entró en su etapa culminante. Luego del referendo del 15 f. Es indudable, los cálculos del imperio, después de invertir tanto dinero para destruir la revolución y a su conductor, contando con actores conocidos de la oposición; Por fin reconocen el fracaso de esa etapa y apelan a la carta debajo de la manga en su otra estrategia..
¿ Cual es esa otra estrategia? Antes: no debemos olvidar que el verdadero enemigo del proceso Bolivariano, del pueblo Venezolano y de todos los pueblos, está instalado en el departamento de estado norteamericano y tiene como instrumento de trabajo, a la mayor agencia de inteligencia del mundo y sus ramificaciones internacionales. El nuevo gobierno de esa nación imperial, cambia de jugada y saca a los infiltrados destacados dentro de las filas Chavistas, para que hablen de reconciliación y negociación. No es por capricho, sucede que esa gente que logró adquirir capitales a partir de su participación política, simulando ser partidarios del poder popular, presentándose como revolucionarios… Tienen temor a ese poder
Esos sectores nunca quisieron una nueva sociedad. Jamás pensaron en la real posibilidad de un poder popular en Venezuela y el continente sur- latino- caribeño, con nuevos valores. En realidad, éllos solo permanecieron solapados dentro del proceso por instrucciones de quienes siempre les mantuvieron, esperando el momento oportuno para salir a flote y hacer el daño necesario. Pero esto no es gratuito. El avance del proceso bolivariano, pese a los diferentes obstáculos premeditados, desespera al enemigo real. Ya los quintas columnas, toda esa calaña de personajes tarifados, que actuando al principio con sigilo y abiertamente después, trata de generar confusión en las bases militantes del proceso y en los mandos del mismo. No eran casuales los planteamientos de Heinz Dieterich en su momento, en pro de un “neo capitalismo humanista”. Su trabajo era y es, sembrar duda y confusión en la marcha del proceso ¿la meta?: debilitar la fe, la confianza y la fuerza del pueblo en el proceso y en su líder. Mantener el orden establecido
Desde hace un tiempo para acá, se vienen soltando prendas reformistas y haciendo alusiones de la posibilidad de un Chavismo sin Chávez. Los continuos fracasos de las tácticas golpistas, han obligado a que Badueles, Villegas, Rangel (tal como lo hicieron en su oportunidad, los Miquilena, los Ismaeles etc.) salgan al rescate de la oligarquía capitalista, pues saben que con esa oligarquía, también sus privilegios particulares desaparecen. Es el momento de restar; los generales sin tropas, altos dirigentes del proceso, cuyo liderazgo siempre estuvo a la sombra de Chaves, se marchan del lado del pueblo. Ahora van a su lugar pertenencia: los albañales de la oligarquía pro imperio y vende patria, los que odian y desprecian al pueblo y lo que éste representa. Éllos conocen que un pueblo consciente, es factor que acelera la inevitable definición de la lucha de clases. Lucha que siempre se ha querido ocultar (y hacer creer que en Venezuela todo era paz y amor antes del año 1998) pero que siempre estuvo allí combatiendo en las sombras y abiertamente cuando las condiciones lo permitían.
La confianza en la convicción del líder del proceso. El saber de la firmeza de su compromiso con el pueblo, con la libertad e independencia de Venezuela. La disposición a desarmar todo lo que implique dominación imperial en nuestros territorios. Es suficiente garantía que el rumbo no se desviará. El avance en la toma del poder por parte del pueblo, que a su vez implica perdida de espacio de la burguesía y su amo imperial, hace que se definan nuevas posiciones por parte de quienes creyeron que ésto solo se trataba de un juego reformista, que solo desplazaría a un sector dominante de la oligarquía, para imponer otro, pero con la garantía que las cosas no cambiarían desde el punto de vista estructural.
No puede haber ninguna duda que la agudización de las contradicciones sociales y económicas, conducentes a una mayor conflictividad de las clases en pugna, generen situaciones en las cuales la convivencia del explotador y el explotado sea imposible. Esto no lo creó Chávez o el proceso revolucionario. Es el resultado de toda una historia de injusticia, de arrebato de los más sagrado de los pobres, por parte de una minoría que se adueño hasta de los sueños del pueblo.
El mensaje y deseo de justicia permanente en la conciencia del pueblo Venezolano, ya no podrá ser detenido. No importan cuantas deserciones financiadas se produzcan. Los generales sin tropas, los eternos lideritos, que se especializaron en dividir y dividir a la izquierda, los expertos en crear partiditos nacidos del seno de otros partiditos y que se decían mas revolucionarios y marxistas izquierdistas que el propio Lenin o Marx. Esos que en un bar, en el estar de su mansión o quinta del este, con un vaso en licor en las manos; acababan con la hegemonía imperial en apenas media botella. Son esos factores los que están propulsando un reencuentro conciliatorio con quienes siempre han masacrado al ciudadano humilde de estas tierras.
Es necesario tener claro, que la convivencia de las clases explotadoras y las explotadas, es posible mientras las primeras mantengan el poder político y económico en la sociedad, mientras tengan a su disposición las armas, con las cuales aplastar cualquier intento de revertir la realidad, pruebas y testimonios hay muchos, el 27 F, es solo un capitulo más en esa constante. Afortunadamente, las condiciones políticas y sociales, convergieron para que el pueblo después de tantos intentos por unificarse en pro de sus intereses colectivos, uniera sus luchas mediante el liderazgo firme y preclaro del comandante Hugo Chávez frías. Desde ese momento comienza a cristalizarse la esperanza de libertad, justicia popular y, la preocupación de la oligarquía, su amo imperial y los sectores “revolucionarios” vividores de la estafa, que se le hacia al pueblo con su anhelo de liberación. Así surgieron los petkof, los Pompeyo Marques, los Américo Martí y otro grupo de “guerrilleros” de pacotilla, chulos de las ganas de libertad del pueblo. Pero también existieron hombres honorables y verdaderos creyentes en las luchas populares como Argimiro Gabaldón, Américo Silva, Alfredo Maneiro, y otros gloriosos camaradas, que murieron por mantener sus principios y las banderas del pueblo.
No es una vergüenza ser revolucionario, no es un deshonor, defender las luchas populares, no de indigno ser Chavistas. Esa matriz que mediáticamente quieren imponer para que no nos identifiquemos con nuestros valores revolucionarios y nos atemoricemos de las consecuencias ante la posible perdida del proceso Bolivariano, no nos puede ni debe amedrentar. Estamos construyendo una nueva sociedad, un nuevo orden político y económico, para desterrar por siempre el temor a ser libres y vivir en justicia e igualdad.
PATRIA SOCIALISMO O MUERTE… VENCEREMOS
javiermonagasmaita@yahoo.es