En medio de la esperanza o el escepticismo sobre el presidente Barack Obama, al signo de su gestión, a la posibilidad de realizar cambios en la política norteamericana o quedar atrapado por la maquinaria conformada por poderosos intereses, surgen en Estados Unidos, y en todas partes, múltiples conjeturas. ¿Qué va a pasar ahora? ¿Tiene Obama suficiente poder para imprimirle a su gobierno una orientación diferente a la que hasta ahora impera en esa nación? ¿Cuenta con la claridad y el coraje suficientes para hacerlo o simplemente se plegará a la inercialidad de una compleja realidad? ¿En qué situaciòn se encuentra Obama para desafiar poderes dentro y fuera del país?
Muchas son las preguntas, de este y otro tipo, que pueden ser formuladas sobre el actual Mandatario estadounidense. Él despierta ilusiones como ningún otro huésped de la Casa Blanca lo logró y, al mismo tiempo, desata peligrosos rechazos.
En apenas 100 días de gestión ha dicho y ofrecido cosas, en medio de una crisis económica y social de colosales dimensiones, que no se le oyeron a otros mandatarios norteamericanos. Las ha dicho a sus compatriotas y a los ciudadanos de otras naciones. Ha tocado algunos íconos políticos e ideológicos imperiales y se ha atrevido a reconocer errores, e incluso a aludir autocríticamente institu- ciones sacralizadas en el mundo de la seguridad y la inteligencia, como la CIA.
Muchos otros temas ha abordado en poco tiempo, casi con desenfado, en la misma línea de desmitificar valores consagrados de la política exterior de Estados Unidos, como también de la realidad interna del país.
¿Sólo retórica?, como algunos sostienen; es posible.
Pero cuando el jefe de un Estado con las características del suyo recurre a la retórica, adquiere de inmediato un compromiso. O al menos, su palabra tiene connotaciones distintas a las usuales. Por eso el problema, o los problemas.
Uno de ellos, quizá el más importante, es la credibilidad. Son muchos los que no le creen a Obama, que lo consideran un encantador de serpientes. Alguien singularmente astuto, de verbo fácil y buena formación cultural, que sabe colocar productos en el mercado de la política, pero que no pasará de allí: de la simple oferta. Otros tantos piensan que es alguien con buens intenciones, consciente de que Estados Unidos debe cambiar para relacionarse de manera diferente con el resto del mundo, pero que hay factores poderosos que se oponen con todos los hierros tratando de impedirlo. La pregunta, obviamente, es esta: en esas circunstancias, ¿forzará la barra o se plegará?
El mundo y Estados Unidos comenzarán a vivir una etapa más compleja y azarosa, donde lo impredecible estaría a la vuelta de la esquina.
No hay que subestimar nada. Por ejemplo, las reacciones que Obama está provocando, de solidaridad y de rechazo; de apoyo y de repudio. En una crónica fechada en Washington, publicada por el diario El País, de Madrid, se habla de que la elección del primer Presidente negro y la crisis alimentan a los grupos "ultras".
Aumenta en Estados Unidos el extremismo de derecha, que recluta nuevos miembros entre los veteranos de guerra frustrados que vuelven de Irak o Afganistàn. Al respecto, hay un Informe Extremismo de de- rechas: el actual clima eco- nómico y político alienta un aumento de la radicaliza- ción y el reclutamiento, del Departamento de Seguridad Interior, señala que "esos grupos explotan el miedo de los ciudadanos, utilizan los desahucios, el paro y la pobreza como caldo de cultivo perfecto para que los descontentos con el sistema se sumen a sus filas". En otras palabras, estaría en desarrollo una tendencia que cobra fuerza con rapidez de algo así como un fascismo dentro de ese fascismo que legaron los presidentes republicanos y que llegó al paroxismo durante la administración de George W.
Bush. ¿Qué hará el gobierno de Obama ante la ofensiva de la ultraderecha que ya se vislumbra? ¿Quiénes serán las primeras víctimas y qué otros hechos se sucederán? La respuesta no constituye un reto a la imaginación.
Los golfos del golfo
Son unos golfos, definitivamente. Lo demostraron con la olla que montaron a propósito de la reunión Uribe-Chávez y la secuela de informaciones desestabilizadoras en torno a una supuesta entrega del golfo de Venezuela a Colombia por Hugo Chávez. Carecen de escrúpulos y son capaces de todo.
Mas lo cierto es que nada hay sobre el golfo. Chávez no ha avanzado negociación alguna porque para los venezolanos el tema no es prioritario. La Coneg, la comisión binacional que se ocupa del golfo, no se reúne desde octubre de 2007 y el asunto no estuvo presente en la agenda de la cita presidencial de Caracas. Se trata, por tanto, de una vulgar maniobra.
Además, verdaderamente antipatriótica porque fue concebida con el propósito de afectar las relaciones entre los dos países, utilizando para ello cualquier recurso, por despreciable que sea. Es así como un asesor de la Armada Bolivariana, miembro por la parte venezolana de la Coneg, facilitó material para la trama urdida por sectores de la ultraderecha colombiana y la oposición venezolana. Todo en el más puro estilo canalla e inspirado en el interés de acabar con Chávez aun cuando sea a costa de sacrificar el país.
LABERINTO
El establecimiento
de responsabilidades en EEUU por delitos de lesa humanidad pica y se extiende.
Investigarán no sólo acciones encubiertas de la CIA en varios paises caso del golpe del 11 de abril en Venezuela, sino la implicación de altos cargos de la administración, incluido el ex presidente Bush, el vicepresidente Cheney, la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice y el ex secretario de Defensa Rumsfeld...
La inquisición
está vivita y coleando en Venezuela. La "justicia" dentro de la Iglesia católica, impartida por los obispos cupulares de la Conferencia Episcopal Venezolana, acaba de consumar otra arbitrariedad al suspender a los sacerdotes Máximo Ochoa y Edmundo Cadenas hay otros en lista en el ejercicio del ministerio sacerdotal por oficiar la misa de bendición del mar en Puerto Cabello el Domingo de Resurrección...
Esa misma cúpula
, que recuerda a la Iglesia del franquismo, es la que a diario denuncia la justicia entubada y clama por la libertad...
La reelección
sin segunda vuelta de Rafael Correa por los ecuatorianos ratifica una tendencia liberadora en Latinoamérica por la vía del sufragio y constituye otra derrota para la oligarquía y los medios de comunicación que le sirven...
José Luis Pirela,
activo diputado zuliano, acucioso y responsable en sus actuaciones, denunció en 2004 a Rosales por hechos de corrupción ante los organismos competentes.
Se ignoró su denuncia. Si se hubiera actuado entonces, el argumento de la politización del caso no tendría la connotación que hoy le atribuye la oposición...
Mientras otras
empresas periodísticas despiden personal, aquí y en distintos países, la Cadena Capriles abre una fuente de trabajo con la nueva versión de "El Mundo, Economía & Negocios", matutino muy bien diagramado, con material informativo y de opinión de primera y objetividad.
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