Quienes integran
la cúpula militar colombiana se jactan de tener el Ejército más “poderoso”
de la región [1], al que hacen aparecer como invencible en una eventual
confrontación con Venezuela, cuya Fuerza Armada, si bien no tiene la
cuantía de personal que exhiben nuestros vecinos, está profundamente
comprometida con la nueva realidad de nuestro país. Por la cantidad
de hombres bajo las armas y por su dotación proporcionada por los EEUU,
esa maquinaria de guerra se equipara a la del Brasil, un país con más
de 8 millones de Kms2 y una población superior a los 200 millones de
habitantes.
La oligarquía
colombiana trata de amedrentar a nuestros soldados, se burlan de ellos,
los hacen aparecer como minusválidos, y en esta matriz de opinión
le siguen dócilmente los dirigentes de la oposición vendepatria que
tenemos en Venezuela. Los he oído decir que en caso de una confrontación
militar, es tanto el poder que exhiben los colombianos, que en tres
días, a lo sumo los tendríamos esperando pacientemente en San Juan
de Los Morros y en San Felipe, que las guarniciones de Valencia y Maracay
se entreguen sin combatir. Esperan entrar a Caracas como lo hicieron
los españoles. Pero bueno es recordar que ante el inevitable avance
de José Tomás Boves y su Ejército hacia la capital, Bolívar decide
la emigración de la población al Oriente, y los caraqueños obedecen
y abandonan la ciudad el 7 de julio de 1814. Miles de personas toman
el camino de Chacao, custodiados por sólo 1.200 soldados, cuyo mando
confió el Libertador a Leandro Palacios y a Carlos Soublette. El historiador
realista Heredia relata que: [2] «El camino de Chacao estuvo todo
el día cubierto de una columna de gente de todas las edades, que huían
despavoridas, a pie cargando cada cual con lo que podía, de las cuales
casi todas perecieron en el viaje al rigor de cuantas calamidades pueden
imaginarse. Al día siguiente llegó
a Caracas la vanguardia española, con
órdenes de Boves de no dejar patriota vivo.”
Ello sería la
consecuencia “lógica” de la toma por parte de tropas colombianas
de las ciudades de Maracaibo y Barquisimeto, la destrucción del Complejo
Refinador de Paraguaná, el más grande del mundo, donde se refinan
cerca de 1 millón de barriles diarios de petróleo crudo, cuya gasolina
la exportamos en cantidad sustancial a los EEUU., y por supuesto la
voladura de oleoductos, depósitos de combustible, plantas eléctricas,
del puente sobre el Lago de Maracaibo, etc., etc.
Generalmente obvian
tomar en cuenta que quedan algunos “bolsones de resistencia” como
son Los Andes, Guayana y Oriente. Dan por sentado que penetrarían en
dos “oleadas ofensivas” por Apure y el Zulia, con los resultados
hipotéticos ya enunciados. Nunca se han atrevido a decir que ocuparían
los Andes venezolanos, que Guayana sería una fácil presa y que el
Oriente sea algo que merezca la pena siquiera mencionar. En esta simple
y explicable ecuación radica toda la debilidad de ese “plan” y
de los resultados desastrosos que les esperan a los enemigos del proceso
bolivariano.
Porque no se trataría
del choque de los Ejércitos de dos países. No. Se trataría del encuentro
de dos sistemas económicos y políticos con partidarios, justo es reconocerlo,
en ambos lados de las fronteras. Se trataría simplemente de confrontar
al Imperio a través de una claque militar enquistada en el vecino país
que se cree omnipotente, superpoderosa, una suerte de Israel latinoamericano.
Un tigre de
papel
Ese gigante militar
no ha podido derrotar en más de 50 años de combates a un grupo guerrillero,
al que han jurado exterminar tantas veces como años tiene la guerra
civil desatada en Colombia. Un Ejército guerrillero que comenzó con
un puñado de hombres, al frente de los cuales estuvieron Jacobo Arenas
y Manuel Marulanda, que en un momento dicen que llegó a tener más
de 20 mil combatientes, y que hoy se habría “reducido” a sólo
8 mil. La proporción entre el Ejército regular y las FARC sería de
50 a 1, y a pesar de este desbalance casi risible, no han podido derrotarlos,
mucho menos ocupar el territorio en poder de esa guerrilla. Con estos
magros resultados en su guerra interna pretenden asustar a los herederos
de las glorias de Bolívar.
El Ejército de
Colombia se lució violando la soberanía de Ecuador, bombardeando el
campamento que ocasionalmente usaba Raúl Reyes, dándole muerte junto
a un grupo de personas, algunos de ellos no combatientes. Para esta
“colosal hazaña militar” fueron asesorados y ayudados logísticamente
por los gringos, se valieron de la nocturnidad y de nula custodia que
Ecuador tenía en esa frontera. Así cualquiera…
Conocida también
fue la suerte que corrieron los soldados colombianos en la guerra de
Corea, donde fueron a combatir en un conflicto del cual no tenían ni
la más remota idea. El resultado fue el esperado: en las primeras de
cambio fueron barridos.
Ahora, para seguir
mendigando la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU, soldados
colombianos irán a regar con su sangre el desierto de Afganistán,
cuya geografía le es tan ajena como lejana. Ese Ejército que no ha
podido combatir el narcotráfico de cocaína, al amparo del cual embarcaron
a nuestros queridos hermanos en el llamado “Plan Colombia”, que
tantas desgracias le ha traído a ese país, ahora se enfrentará al
narcotráfico de heroína. Resulta asaz curioso que los principales
productores mundiales de cocaína y heroína, apadrinados por el principal
consumidor de esas drogas, libren guerras tan costosas y con unos resultados
particularmente desastrosos, como es el caso de Afganistán.
¿Tendrán una
remota idea los soldados colombianos que combatirán en Afganistán,
de quiénes son los talibanes y por qué razones son combatidos por
los EEUU? ¿Sabrán que ese conflicto, lejos de tener una solución
a corto o mediano plazo, inevitablemente se extenderá hasta Pakistán,
país que actualmente es blanco de los bombardeos por aviones no tripulados
con sede en Afganistán? Álvaro Uribe ha expresado su voluntad de convertir
a Colombia en el único país latinoamericano que contribuirá a la
ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de Afganistán)
a cambio del reconocimiento de sus amos para una nueva reelección y
a la firma del TLC.
El Ejército colombiano,
lejos de ser una fuerza combativa, está desmoralizado, penetrado por
el narcotráfico, los paramilitares y, no es de dudarlo, por elementos
de las FARC. Es una fuerza que en sus altos mandos prevalece el lucro
desmedido, afán por la riqueza fácil, y que para lograr ascensos y
recompensas económicas, recurren a los más bajos y censurables expedientes
como son el narcotráfico y los llamados “falsos positivos”. Han
desarrollado, eso sí, métodos crueles y de particular violencia contra
los indefensos, en quienes descargan sus más bajos instintos.
Entre los objetivos
del Ejército colombiano están los de combatir el “terrorismo”,
pero pese en esa intención, está plenamente demostrado que el Ejército
colombiano ha proporcionado apoyo a los paramilitares, evidenciado en
las masacres de Mapiripán, en el cual se asesinaron cuarenta civiles
y de El Aro donde 15 campesinos fueron asesinados; incursionaron en el
territorio ecuatoriano durante la operación en la que se dio muerte
a Raúl Reyes; han participado en la desaparición de civiles durante
la toma del Palacio de Justicia; han conformado grupos armados ilegales
denominados Autodefensas Campesinas posteriormente conocidas como Autodefensas
Unidas de Colombia (AUC), que tuvieron su origen en una organización
llamada “Convivir” , creada por el actual presidente Álvaro Uribe,
y materializadas mediante el apoyo de oficiales y suboficiales activos
y retirados, quienes son especialistas en combate de contraguerrilla,
asalto y aerotransportes; como miembros activos, o como asesores y preparadores.
La revista The Economist señala:
“Debido
a la guerra antiterrorista que desarrolla las fuerzas armadas colombianas
desde hace 40 años estos se han fortalecido de una manera magistral…,
haciendo que el Ejército se convierta en uno de los mejores del mundo,
con mucha experiencia, preparación, inteligencia, ayudas tácticas
y modernas dadas por EUA.. Tropas de otros países vienen a Colombia
a prepararse como fuerzas especiales o grupos Jungla de la Policía”.
Según un informe publicado por el diario El Tiempo, en abril del 2006,
a partir de ese año el Ejército de la oligarquía colombiana, por
medio de su Industria Militar, Indumil, quedó
como único fabricante de los fusiles Galil en el mundo, llegando incluso
a ser un producto de exportación del
Ejército de ocupación.” [3]
Los mandos medios y los soldados del Ejército colombiano desconfían de esa cúpula podrida y corrupta que se ha adueñado de las Fuerzas Armadas de Colombia, la misma que sueña con los más irresponsables planes para agredir a Venezuela. Son tantas las atrocidades cometidas por el Ejército colombiano contra la población civil que han motivado una investigación por parte del relator de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales Philip Alston [4] quien ha declarado que:
“…
los asesinatos de jóvenes civiles en varias regiones de Colombia fueron
"una práctica sistemática" de las fuerzas de seguridad,
las cuales alegaban que eran guerrilleros muertos en combate.
El problema de los falsos positivos -asesinatos de civiles por las autoridades-
resultó de una práctica sistemática en el seno del
Ejército", ha remarcado Alston durante la presentación de un
informe preliminar sobre ejecuciones extrajudiciales en Colombia que
será elevado al Consejo de Derechos Humanos
de Naciones Unidas en Ginebra. La expresión falsos positivos brinda
una suerte de aura técnica para describir una práctica que se caracterizaría
mejor como el asesinato a sangre fría y premeditado de civiles inocentes,
con fines de beneficio […] el desafío ahora consiste en que el
Ejército reconozca la extensión del problema y tome todas las medidas
necesarias para castigar a los responsables y también que se pueda
prevenir "una reincidencia".
Además de lo
antes expuesto, el mismo señor Alston ha denunciado “…que ha
habido un "hostigamiento sistemático" por parte de los militares
hacia los supervivientes de esos actos y sus familiares.
Joaquim Ibarz, corresponsal en América Latina del diario “La Vanguardia” de España escribió [5]:
En septiembre
de 2008, en el depósito de cadáveres de Ocaña, a 610 kilómetros
al norte de Bogotá, no cabían los cadáveres de jóvenes sin identificar.
Semanas después, el presidente Álvaro Uribe calificó
a esos muertos como delincuentes "que no estaban precisamente recogiendo
café en una finca". Eran muchachos con edades entre 17 y 32 años,
muchos desempleados, algunos trabajaban en construcción o mecánica,
había quien tenía antecedentes de consumidor de droga. Chicos de origen
humilde que vivían en Soacha, una población marginal aledaña a la
capital colombiana; 19 desaparecieron sin dejar rastro.
Apenas dos días después, el Ejército informó
que habían muerto en combate en Ocaña. En realidad, fueron asesinados
por los propios militares para demostrar que eran buenos cumplidores
de la política de Seguridad Democrática que impulsa el presidente
Uribe. En premio a su eficacia, lograban ascensos y recompensas.
Reclutadores pagados por el Ejército los llevaban engañados a zonas
con presencia guerrillera; una vez indicaban su ubicación, los militares
los mataban y y exhibían como trofeos de guerra. Canallada de tal calibre
sólo era posible por el sistema de recompensas de la presidencia. Aunque
los falsos positivos causaron debate y consternación en Colombia, este
capítulo horrible del conflicto interno colombiano ha pasado casi desapercibido
en el exterior. En jerga militar las bajas de guerrilleros se llaman positivos, y
es baremo de eficacia bélica. Las muertes de varones civiles, presentados
como guerrilleros abatidos en combate, se pretendieron tapar con este
eufemismo. Algunos oficiales mataban u ordenaban matar a chicos inocentes
para mejorar su hoja de servicios y, por esta vía, obtener ascensos
en su carrera. En más de una ocasión se asesinó
simplemente por unos días de permiso.
El narcotráfico
y los militares dominan la escena política y económica en Colombia.
En dieciséis departamentos se han identificado las denominadas estructuras
emergentes de los paramilitares, apenas cuatro años después de la
firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las Autodefensas Unidas
de Colombia (AUC). La Organización de Estados Americanos (OEA), en
un último informe, advirtió que el país está en riesgo de caer
"en una profundización de la influencia del paramilitarismo asociada
al narcotráfico". Esas estructuras sólo pueden existir con
la anuencia de la cúpula militar, que permite además la exportación
de la droga hacia su mercado natural: los EEUU. [6]
El Ejército protege
al narcotráfico como fiel aliado que es de la burguesía colombiana,
quien maneja el dinero proveniente de esa actividad y los invierte en
el sector financiero. Esta alianza permite a los agentes del narcotráfico
penetrar en la esfera política, tal como lo hacen en el ámbito económico.
Está demostrado que el llamado Cartel de Cali ha financiado campañas
presidenciales y que un Congreso mayoritariamente ligado al narcotráfico
se hace la vista gorda con estas denuncias. Este escándalo político
y narcoparamilitar dio lugar a la apertura de lo que se denominó Proceso
8000. Son cerca de 100 los congresistas que hasta este momento han estado
presos o investigados por su vinculación con el narcotráfico. Cerca
de 200 mil hectáreas están sembradas de coca y amapola, los EEUU han
instalado radares, bases militares, armas sofisticadas, rocían cultivos
con sustancias nocivas para la salud, utilizan espionaje satelital,
pero en lugar de disminuir, la producción aumenta año por año. ¿Hay
alguna explicación lógica?
Hay que resumir
diciendo que en los fines inmediatos que persigue el Ejército colombiano
han fracasado rotundamente: en la lucha contra la guerrilla, contra
el narcotráfico y el terrorismo, y con ese Ejército plagado de miserias
el Imperio pretende someter a nuestro país. Hay que recordar que en
Venezuela viven millones de colombianos que han huido de su país, unos
por razones económicas y otros como refugiados, víctimas de esa guerra
desatada contra el pueblo. La cúpula militar confía en que esos refugiados
se les unirían en caso de una invasión a Venezuela, pero el resultado
será el contrario porque en nuestro país han encontrado, primero la
paz, y luego protección, identidad, alfabetización, trabajo, salud,
educación, en fin, han encontrado todas las cosas más elementales
que la oligarquía les ha negado en su propio país.
Vengan por
lana…
La invasión aeroterrestre
de Venezuela por el Zulia y Apure no es tan sencilla como la pintan.
Por supuesto que no estoy al tanto de los planes operativos defensivos
con los que contamos para esas regiones. Sólo me basta saber que nuestros
soldados no son mochos, que están adiestrados para el combate, que
están amparados en una nueva doctrina militar y que en todo caso disponemos
de planes ofensivos que se harán efectivos mucho antes que los aspirantes
a invasores puedan poner en marcha sus deseos de conquista. Para la
destrucción de los blancos petroleros de Falcón cuentan con la eventual
protección de fuerzas aeronavales de los EEUU, que no estarían de
acuerdo en destruir las refinerías de petróleo que tanta falta le
hacen, y por las cuales desataron la cruenta guerra de Irak. Seguramente
han leído "El
Arte de la Guerra"
del general chino Sun Tzu, que recomienda: “Generalmente, la mejor
política en la guerra es tomar un estado intacto”.
Descartada la
destrucción de la industria petrolera el objetivo será tratar de aniquilar
a nuestra Fuerza Armada para que no estemos en capacidad de recuperarla,
que sería el leitmotiv de esta eventual guerra, y como bien
lo dice Sun Tzu: “De este modo, lo que es de máxima importancia
en la guerra es atacar la estrategia del enemigo. Lo segundo mejor es
romper sus alianzas mediante la diplomacia. En tercer lugar viene atacar
a su Ejército. Y la peor de todas las estrategias es atacar ciudades”
Seguramente el
Ejército colombiano está envalentonado con el asesoramiento que recibe
de los israelíes. Me ha llamado mucho la atención las reiteradas denuncias
de Israel acerca de la presencia de “elementos” de Hezbollah en el Zulia y más concretamente
en la Guajira. Estas denuncias obedecen a que el servicio secreto de
Israel, el Mossad ha observado detenidamente el despliegue
defensivo de nuestra Fuerza Armada en el occidente del país y se han
asombrado de la calidad de tal sistema, que sin haber entrado en una
fase de crítica de un eventual conflicto armado, muestran un potencial
que ellos no se esperaban. No tienen menos que deducir que nuestra Fuerza
Armada estaría asesorada a su vez por Hezbollah.
En un artículo publicado por Thierry Meyssan titulado La derrota de Israel en el Líbano, [7] se cuenta que:
“Lo más
sorprendente es que, en 34 días bajo un diluvio de bombas cinco veces
superior a la potencia de fuego que arrasó
Hiroshima, los libaneses que se quedaron en el sur no cayeron en estado
de choque. Tanta resistencia se debe, en primer lugar, a su experiencia
anterior de la guerra pero tiene también mucho que ver con su formación
y con sus dirigentes, posiblemente también con su fe. Lejos de perder
la esperanza, se prepararon para una guerra larga y quedaron sorprendidos
por la rapidez de su propia victoria”.
Los israelíes saben muy bien a quién tienen como adversarios, por eso les preocupa que una eventual ofensiva de soldados colombianos recibirían en el Zulia el mismo trato que ellos soportaron en el Líbano:
“Desde
el primer día, el intento de penetración de los blindados israelíes
fracasó y tuvieron que dar media vuelta, aunque la capacidad de avance
rápido ha sido tradicionalmente una de las virtudes de
Tzahal [8]. Ese primer fracaso fue interpretado como resultado de un
intento prematuro. Los estados mayores estimaron que cuando los bombardeos
aéreos hubieran limpiado el camino, las tropas terrestres no tendrían
problemas para acabar con los restos de resistencia. Hezbollah era considerado
como un grupúsculo terrorista que disponía de 250
ó 500 combatientes con armas sofisticadas. Las declaraciones de Hassan
Nasrallah en las que afirmaba que el Partido de Dios contaba con varios
miles de combatientes aguerridos y 15.000 reservistas fueron consideradas
como fanfarronería. Grave error imputable
únicamente a la autointoxicación. No hacía falta un servicio de inteligencia
muy complicado para evaluar la situación, sobre todo sabiendo que desde
hace años Hezbollah venía organizando visitas de la prensa a sus instalaciones
como medida disuasiva. Sin embargo, la retórica de la
“guerra contra el terrorismo”, que ve en todo movimiento patriótico
un grupúsculo de fanáticos, pasó por encima de una realidad que todos
conocían”.
En una eventual penetración del Ejército colombiano en Venezuela, deben saber que no contarán con la ayuda de los EEUU, porque desde hace años los gringos han renunciado a la ofensiva terrestre. Se bastan con su poderío aeronaval, más que nada con aviones no tripulados para no exponer al personal en el combate, al que rehuyen. Israel lo pensaría dos veces antes de permitirse una aventura tan lejana de su territorio. No olvidan que en una aventura similar fueron vapuleados por un ejército que en la teoría lucía muy inferior al Tzahal:
“La magnitud
de la derrota es considerable. Israel parece haber perdido en todos
los ámbitos: estratégico, operativo y táctico. Nada de lo que probó
dio resultados. El poder aéreo fracasó, como siempre lo hace contra
un enemigo que no tiene que maniobrar operacionalmente, o incluso moverse
tácticamente en la mayor parte de los casos. Fracasaron los intentos
de bloqueo de Líbano y de cortar así
los suministros de Hezbolah; sus alijos de armas resultaron ser abundantes.
Peor todavía, el ataque terrestre dentro de Líbano fracasó. Israel
capturó poco terreno y pagó caro cuando lo logró. Además, no puede
conservar lo que capturó; si la diplomacia no lo obliga a retirarse,
Hezbolah lo expulsará, como lo hizo anteriormente. La alternativa es
una úlcera sangrante que nunca se cerrará. Sin embargo, esos fracasos
sólo representan el comienzo de la magnitud de la derrota de Israel.
Mientras el líder de Hezbolah, el jeque Hassan Nasralá, es ahora un
héroe islámico, Olmert se ha convertido en una pechuga hervida en
la charca en ebullición que es la política israelí. El cese al fuego
en Líbano permitirá que los equipos de camarógrafos transmitan al
mundo la extensión de la destrucción, con aún más daño para la
imagen de Israel. La estrategia del
“muro” de Israel para encarar a los palestinos ha sido deshecha;
los cohetes de Hamas pueden volar por sobre un muro con la misma facilidad
con la que los cohetes de Hezbolah han volado sobre la frontera septentrional
de Israel.” [9]
Más costosa sería
una penetración por los llanos de Apure. A las dificultades de un terreno
plano, se unen el discurrir de muchos ríos, que se convierten en defensas
naturales. Ese territorio escasamente poblado se convertiría en una
tumba nada heroica para las tropas invasoras. Nos basta con recordar
los trabajos que pasó el señor general don Pablo Morillo en los llanos
venezolanos a manos de los guerreros de Páez.
Desoyendo los consejos del señor Sun Tzu, Israel incurrió en excesos que la revista The Economist, citada en la publicación “El Socialista”, [10] señala:
“El único “éxito” militar israelí fue destruir gran parte de la infraestructura y 17.000 viviendas libanesas, obligar a un millón de civiles libaneses a escapar de sus casas, pero nunca pudo doblegar ni hacer retroceder a la milicia de Hezbollah. La resolución 1701 de la ONU, que puso fin a la guerra de 32 días, solo se dictó cuando el ejército invasor israelí había tenido fuertes pérdidas y estaba totalmente empantanado, sin haber podido conquistar firmemente ninguna porción del territorio libanés. Ese fue el motivo por el cual Estados Unidos bajó el pulgar para la resolución que establece que tropas de la ONU ocupen el sur del Líbano y reclaman el desarme de Hezbollah.
Mientras Israel dijo que había perdido algunas decenas de soldados, comenzaron a trascender noticias e incluso un informe “confidencial” diplomático que da cuenta de que sus pérdidas sumaron 343 soldados muertos, 617 heridos, que ascendió a 118 la cifra de tanques Mercava –supuestamente los más poderosos del mundo- destruidos por los combatientes de Hezbollah. Esto explica el empantanamiento militar de Israel y la bronca de sus soldados.
Estas pérdidas
no anulan por cierto la capacidad militar israelí, alimentada por una
inmensa ayuda yanqui, pero sí daña seriamente su moral basada en una
supuesta “invencibilidad”. La guerra, y sobre todo la
posguerra, mostraron del lado israelí
a un ejército en crisis. Las manifestaciones de soldados reservistas,
ni bien fueron desmovilizados, acusando al gobierno, son su más clara
expresión.
Ni lo intenten
El Ejército venezolano
sólo ha traspasado sus fronteras para defender la soberanía de nuestros
pueblos y esto lo saben hasta los niños. Gracias a las luchas de nuestros
antepasados, soldados venezolanos, llegaron a ser presidentes en
Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Santander no quiso acompañar al
Libertador en la campaña del Sur, y prefirió quedarse intrigando en
Bogotá, saboteando los planes de Simón Bolívar, lo que le impidió
llegar hasta el río de la Plata; así como también los planes de libertar
a Cuba y Puerto Rico. Para tratar de calmar las eventuales objeciones
a las que siempre era afecto Santander, Bolívar le dice: “Este
negocio bien conducido puede producir un gran efecto. Si los españoles
se obstinaren, Sucre puede ir a una parte, y Páez a otra, porque ambos
están animados del mismo deseo. Los españoles, para nosotros, ya no
son peligrosos, en tanto que los ingleses lo son mucho, porque son omnipotentes;
y son terribles. Con respecto a La Habana, nos conviene decir a España,
que si no hace la paz, pronto estará
privada de sus dos grandes islas.” Bolívar ya había dispuesto
que las fuerzas expedicionarias estuvieran bajo las órdenes de Antonio
José de Sucre para Cuba y de José Antonio Páez para Puerto Rico.
Nuestros soldados
no son ostentosos, no practican métodos crueles, pero están decididos.
Gracias a la Nueva Doctrina Militar Bolivariana, nuestras fuerzas militares
tienen un añadido extra del que carecen nuestros pares colombianos
[11]. Nuestra milicia no está penetrada por el narcotráfico, no tenemos
paramilitares, no existe la corrupción generalizada que se observa
en la cúpula militar colombiana, ni tenemos un conflicto interno, una
suerte de retaguardia que carcome la estructura de las fuerzas militares.
Otras ventajas no estamos en capacidad de revelarlas. Sólo un consejo:
ni lo intenten.
Les queda el expediente
de la guerra silenciosa, la llamada de Cuarta Generación y que ya está
en marcha, y la instalación de 7 bases militares de los EEUU. Pero
estos son temas que trataremos en otra oportunidad.
Notas
[1] El Ejército de Colombia está “… compuesto por unos 450 mil hombres, si tomamos como base las declaraciones del viceministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, cuando explica lo del gasto público militar que dio a entender que el crecimiento del Ejército de ocupación durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez había sido a un ritmo del 35 por ciento anual, hoy en el 2008, podemos sin temor a equivocarnos calcular que el total de efectivos del Ejército de ocupación llega a unos 550 mil, comparados con los que se dice tiene hoy la guerrilla, unos 20 mil, a pesar de que Uribe trate de engañar diciendo que se ha rendido 8 mil. Debemos tener muy en cuenta que las Fuerzas Armadas de la oligarquía colombiana, después de las de Egipto y las de Israel, son el Ejército del mundo que más se han financiado con recursos, capacitación y tecnología del imperio y que es el tercer receptor de “ayuda” militar del imperio.”
http://www.ejercitos.tv/general/ejercito-colombiano-uno-de-los-ejercitos-mas-grandes-del-mundo.htmm
[2] Efemérides Venezolanas: “Boves obligó a desalojar la Capital. Casi toda la población, atemorizada, abandonó la ciudad para buscar refugio en el Oriente y las Antillas”.
http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/emigracion.htm
[3] También se señala que “El ejército de la oligarquía colombiana no está solo pensado y diseñado por el imperio para combatir a la población de Colombia. Está pensado, entrenado y fortalecido como una punta de lanza del proyecto imperialista para América Latina y, en especial, en el punto de mira de este proyecto está el gobierno bolivariano de Chávez, el Ecuador, Bolivia y Nicaragua.”
http://www.ejercitos.tv/general/ejercito-colombiano-uno-de-los-ejercitos-mas-grandes-del-mundo.htm
[4] Línea Capital: El relator de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales Philip Alston ha declarado este jueves que los asesinatos de jóvenes civiles en varias regiones de Colombia fueron "una práctica sistemática" de las fuerzas de seguridad, las cuales alegaban que eran guerrilleros muertos en combate.
http://www.lineacapital.com.ar/?noticia=440466
[5] El autor relata también que “La fiscalía investiga a más de 1.000 miembros de la fuerza pública involucrados en estos homicidios; al Ejército se le atribuye el 72% de las muertes. Hasta el momento hay 547 militares detenidos por ejecuciones extrajudiciales; 60 ya han sido condenados, al igual que cinco agentes de la policía política DAS. Entre los que están entre rejas se cuentan coroneles y comandantes de guarniciones de distintos puntos del país. El escándalo de los falsos positivos y los millares de asesinatos cometidos por grupos de extrema derecha no son patrañas propaladas por las guerrillas narcobandoleras de las FARC ni por los carteles de la droga, que configuran la encrucijada de violencia que desangra a Colombia. Hay que tener presente que cerca de un centenar de legisladores –la mayoría incondicionales de Uribe- están presos o procesados por haber dado financiamiento y apoyo político a bandas de paramilitares responsables de matanzas atroces.”
http://www.ernestojustiniano.org/2009/06/inseguridad-democrtica-en-colombia/
[6] Grupos criminales ligados a narcotráfico y paramilitarismo tienen copada media Colombia de nuevo. Publicación del diario “El Tiempo” de Bogotá:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-3640414
[7] Publicado en “La Página de Omar Montilla”:
http://lapaginademontilla.blogspot.com/2009/01/la-derrota-de-israel-en-el-lbano.htmll
[8] El Tzahal (Tzva Hagana Leisrael) es el Ejército de defensa de Israel, las FDI, que fueron fundadas en 1948. Son una de las fuerzas armadas con mayor entrenamiento combativo en el mundo, habiendo tenido que intervenir en cinco guerras importantes. Sus principales tareas incluyen consolidar los arreglos de paz; garantizar la seguridad global en la Margen Occidental y la Franja de Gaza, territorios palestinos ocupados, cercados y amurallados; luchar contra el terrorismo, tanto dentro de Israel como más allá de sus fronteras.
[9] Ver: http://www.webislam.com/default.asp?idt=5553
[10] La derrota de Israel: Cada día que pasa queda más claro que el Estado de Israel fue derrotado militar y políticamente en la guerra del Líbano. Mientras en Israel miles de soldados reservistas manifiestan contra el gobierno de Olmert, acusándolo de la derrota, en Líbano Hezbollah es inmensamente popular, incluso entre la población cristiana y sunnita en las que antes no tenía influencia.
http://www.izquierdasocialista.org.ar/cgi-bin/elsocialista.cgi?es=042¬a=22
[11] Hay videos reveladores acerca de la conducta criminal de Álvaro Uribe, que pueden ser vistos en:
a. http://dotsub.com/view/c9216eeb-3487-47eb-8d95-17354bfc058e
b. http://technorati.com/videos/youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DP76V3zBmgnY
Textos confiables de esa misma conducta pueden ser leídos en:
a. Revista Newsweek: http://www.newsweek.com/id/54770
b. Revista Voltaire.net: http://www.voltairenet.org/article123800.html
c. En la publicación del The
National secuirity Archive U.S. intelligence listed colombian president
Uribe among
"Important colombian narco-traffickers" in 1991
http://www.gwu.edu/%7Ensarchiv/NSAEBB/NSAEBB131/index.htm
http://www.lapaginademontilla.blogspot.com/