Como se cometen abusos en nombre de la revolución

Arbitrariedades y amedrentamiento laboral en Pequiven

“La revolución no se lleva en la boca para vivir de ella
se lleva en el corazón para morir por ella”
Frase atribuida a Ernesto “Che” Guevara

Durante los últimos días de Septiembre y los primeros días de Octubre se cometieron una serie de arbitrariedades e injusticias en Pequiven, que como revolucionario considero no se pueden dejar pasar por alto.

El día 28 de septiembre se nos hizo un descuento, equivalente a un día de salario, a todos los trabajadores de manera inconsulta y arbitraria, para “financiar la campaña del PSUV” (según la Junta Directiva) en las pasadas elecciones del 26-S, basándose erróneamente en un aporte que la militancia de dicho partido realizó en mayo pasado bajo el nombre de “un día de salario por la revolución”.

Esta medida arbitraria demanda una respuesta por parte de quienes sí creemos en la necesidad de la construcción del socialismo en Venezuela por las siguientes razones:

1. Es una violación a la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) en su artículo Nº 131. El cual menciona que los trabajadores dispondremos libremente de nuestro salario.
2. La jornada día de “salario por la revolución” que llevó a cabo el PSUV con miras a financiar las pasadas elecciones parlamentarias concluyó el 31 de Mayo. Con el agravante de que se nos quita el día de salario es el 28 de septiembre, es decir, dos días después de las elecciones. ¿Por qué dos días después y no dos meses antes?
3. Fue una decisión tomada desde arriba y a nuestras espaldas (todo lo contrario al socialismo y a la democracia participativa). No se nos consultó a los trabajadores que estamos inscritos en el PSUV o a aquellos que simplemente simpatizan con éste. Peor aún hay trabajadores en Pequiven que no son del PSUV y aún así se les quito parte de su salario sin previo consentimiento.
4. No conocemos el destino de los recursos usurpados a todos los trabajadores. Al no haber transparencia lo menos que se genera es duda.

La cuestionada medida generó descontento entre los trabajadores, por lo que a título personal, decidí redactar un correo el día 29 de Septiembre dirigido a dos gerentes para que sirvieran de canal ante la junta directiva, donde manifiesto mi total desacuerdo con la arbitrariedad cometida y elevé propuestas para la solución de este malestar general exhortando a la Junta Directiva a que reintegre el día de salario usurpado a los trabajadores y luego cada quien de manera voluntaria decidiera si aportaba o no. La respuesta a mi solicitud fue mi despido (injustificado) el día 30 de Septiembre, es decir, apenas un día después de la emisión de dicho correo. Esta nueva arbitrariedad no puede ser catalogada de otra forma, sino como una medida de amedrentamiento hacia el resto de los trabajadores.

Es importante mencionar que unas dos horas antes de que me botaran, los trabajadores de la gerencia a la cual pertenecí (cuyo nombre no menciono para no perjudicar a nadie) sostuvimos una reunión con el Vice-presidente de Pequiven quien con un “discurso” cargado de palabras como revolución, socialismo, el presidente Chávez, e incluso recordándonos el Che Guevara (cuya altísima dimensión ética está muy lejos de verdaderos farsantes "revolucionarios"), trató de justificar lo injustificable. Es decir, asumió que se cometió un error, pero el error fue que se nos ha debido avisar que de igual forma se nos iba a descontar el día de salario. O sea que para él la democracia participativa de la que dice promover es "te participo que te voy a quitar un día de salario" y no que todos los trabajadores, complejo por complejo, oficina por oficina, y luego en asamblea, se reúnan, discutan y luego decidan colectivamente sobre algo tan importante como lo es su salario.

El Vice-presidente, después de haber dicho que "todos somos trabajadores" (incluyendo a los miembros de la Junta Directiva, el Presidente y a él mismo) y que "todos tenemos los mismos derechos", tergiversó la esencia de mi postura presentándola como si me estuviera quejando por 150 Bs. Por lo que exijo un derecho de palabra el cual inmediatamente me negó cercenándome el derecho a expresar mis opiniones y de defender mis argumentos. Obviamente estaba evitando el debate.

No conforme con esto, apenas al día siguiente, el 01/10, y posteriormente los primeros días de Octubre, el Presidente y el Vice-presidente de Pequiven aplican la táctica de divide y reinarás, al reunir a las gerencias de la sede corporativa por separado para tratar de “justificar” por qué tomaron las arbitrarias medidas. Pero esto no es todo. Circularon una lista los primeros días de Octubre con fecha de Septiembre para que fuera firmada por los trabajadores de Pequiven cuyo encabezado “avala” a la empresa de descontarles un día de salario para “la campaña del PSUV”. Adicionalmente hay que mencionar que muchos trabajadores firmaron bajo un clima de amedrentamiento y de coacción ejercida por algunos miembros de la Junta Directiva promoviendo una falsa disciplina revolucionaria (mediante discursos politiqueros), tratando a los trabajadores como borregos y no como seres capaces de hacer críticas constructivas y de dar propuestas para la transformación.

Es notorio que las medidas arbitrarias que tomó la Junta Directiva de Pequiven para tratar de enmendar el error que cometieron buscan extirpar cualquier intento de organización de los trabajadores, de evitar emprender la verdadera transformación de una empresa capitalista del estado en una empresa socialista, entre muchas otras. Pero adicionalmente a eso, desde los privilegios que otorgan los espacios de poder que ocupan, trataron de tergiversar la esencia de la crítica que algunos muchos manifestamos con posturas como las siguientes:

1. “Los trabajadores no deberían quejarse por 150 Bs, cuando Pequiven y la revolución nos ha dado mucho”.
2. “Todos en Pequiven tienen que ser Patria o Muerte, por lo que nosotros asumimos que nadie se iba a quejar porque le descontaran un día de salario”.
3. “Cuando Pequiven hizo el más reciente aumento de sueldo este año, lo hizo sin consultarle a los trabajadores y nadie salió a protestar porque le aumentaron inconsultamente el salario”.

Estos argumentos que han esgrimido demuestran no sólo un bajo nivel político sino un burdo intento de manipulación hacia los trabajadores. Sin embargo es necesario rebatirlos.

Decir que quienes alzamos nuestra voz de protesta y manifestamos nuestro desacuerdo con lo que se hizo, lo hacemos por 150 Bs es una demostración de que intentan desviar la atención del verdadero problema. Procuran ridiculizar a un trabajador que por defender sus derechos se le presenta como un miserable que no puede aportar ciento y tantos bolívares para “la revolución”. No es una cuestión de dinero sino de principios. En Pequiven somos muchos los que estamos dispuestos a dar muchísimo más que un día de salario para el proceso bolivariano, pero todas estas iniciativas deben venir de las bases y no de cúpulas. Que sean los trabajadores en colectivo quienes conscientemente decidan qué y cómo aportar. Además esta medida mancha la propia imagen y reputación del mismo PSUV puesto que es en nombre de éste que dicha arbitrariedad se comete.

Decir que todos en Pequiven tenemos que ser Patria o Muerte pasa por preguntarse qué significa ser Patria o Muerte para la Junta Directiva, o específicamente para el Vice-presidente que fue a quien se lo escuché. ¿Acaso ser Patria o Muerte es pisotear los derechos de los trabajadores? ¿Ser Patria o Muerte es amedrentar a los trabajadores cual patrono burgués? ¿Ser Patria o Muerte significa imponer arbitrariedades? ¿O es que para ellos un trabajador sumiso, un ser acrítico, un borrego es un Patria o Muerte? Este discurso no es más que demagogia pintada de roja.

El tercer argumento es realmente ridículo. ¿Cómo puede ser posible que los trabajadores se quejen ante un aumento de salario, cuando éste es un derecho constitucional expresado en la articulo N° 91 de nuestra carta magna? Los politiqueros quieren presentarnos los derechos de los trabajadores consagrados en las leyes y en la constitución como si fueran regalos, como si éstos no fueron conquistados en luchas, en huelgas, resistiendo a la represión del estado burgués, como si no hubiese costado la vida de miles, como si no hubiese costado la cárcel a decenas o cientos de miles, etc. Por lo tanto es una desfachatez, un descaro, decir que cuando aumentaron el salario “inconsultamente” los trabajadores no nos quejamos.
Lamentablemente en instituciones y empresas del estado hay muchos personajes (salvo honrosas excepciones) que en nombre de la revolución y el socialismo, y con el atuendo rojo-rojito característico, desarrollan prácticas burguesas como el amedrentamiento laboral, el despido injustificado, la arbitrariedad, la tercerización, el despotismo, el cercenar los derechos de expresión, el oportunismo político, el sabotear los intentos de organización de los trabajadores, entre muchos otros. La práctica de dichos personajes lo que hace es tergiversar las ideas emancipadoras del proyecto socialista, por lo cual debe ser denunciada políticamente por quienes enarbolamos las banderas del socialismo. Además, para llevar a cabo una revolución satisfactoriamente se necesita mucho respaldo popular y la mencionada practica en lugar de convencer a los que nos adversan, a los indecisos, a los que no se han sumado todavía al proceso bolivariano, e incluso a los que simpatizan sin estar muy seguros, lo que hace es alejarlos cada vez más. No se trata de vencer sino de convencer.

Quiero dejar expreso que este escrito es una posición política que busca denunciar medidas contrarias a la revolución, denunciar falsos discursos y prácticas derechistas. El objetivo no es sencillamente denunciar el despido de un trabajador, sino el conjunto de las arbitrariedades cometidas que atentan contra la salud del proceso bolivariano. Además en Pequiven se arrastran otras irregularidades como el caso de los trabajadores tercerizados de Palmichal, cuestión que es tan o más grave que el despido de un trabajador.
Ahora bien, toda esta situación llena de irregularidades y de injusticias debe servir de aprendizaje para los trabajadores de Pequiven y como una oportunidad para la organización, para la formación. Este es un buen momento para propiciar un debate sobre lo que realmente es el socialismo, cómo transitar desde una empresa capitalista del estado a una empresa socialista, cuál debe ser el perfil de un trabajador, de un gerente, de un presidente, en una empresa socialista. El simple hecho de que se dé este debate a profundidad será una ganancia para el proceso bolivariano.

Por último quisiera manifestarles a los trabajadores de Pequiven que sigan luchando diariamente por desarrollar la petroquímica en el país, condición sine qua non para el desarrollo de nuestra industria nacional, para el desarrollo de nuestra ciencia y tecnología, para romper con los problemas estructurales que tiene nuestra patria como consecuencia de tener una economía rentista y monoproductora. Cuestión que no será posible con la lógica del capital. Sólo será viable en el socialismo. Pero para que esto sea posible, no podemos esperar -parafraseando al canadiense Michael Lebowitz- a que el socialismo nos caiga del cielo, tenemos que luchar todos los días para construirlo, formándonos constantemente para comprender mejor la realidad, construyendo el poder de los trabajadores que somos los que producimos las riquezas, tomando el control de las industrias, formando parte de la planificación de la producción y en la gestión de las mismas y denunciando a los oportunistas y falsos dirigentes.

¡¡¡El amedrentamiento y la arbitrariedad son prácticas derechistas!!!

¡¡¡No más abusos en nombre de la revolución y el socialismo!!!

¡¡¡Los derechos de los trabajadores son irrenunciables!!!

¡¡¡Empresas en manos de sus trabajadores!!!

¡¡¡El socialismo es democracia plena!!!

(*) Trabajador (despedido) de Pequiven

luislozada21@gmail.com



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