Cómo una terminología mal usada divide a la clase obrera venezolana

Refiriéndose a un escrito que sobre la dispersión del sector laboral publicamos en aporrea, un viejo y apreciado camarada habló un poco de las razones que según él, privan para que exista  esta división que no nos ha permitido poder crear un poderoso movimiento obrero.

Llama la atención los motivos y razonamientos que nuestro amigo argumentó porque una vez más nos hace pensar que la mayoría-por no decir todas-las trabas para avanzar en este objetivo no existen entre los trabajadores, sino que las creamos los dirigentes con nuestro academicismo y teoricismo que nos pone una camisa de fuerza cuando nos encerramos en nuestro propio y muy reducido mundo que los textos y los innumerables teóricos nos han dejado, que sin renegar de ellos no podemos usarlos como cliché para justificar nuestra escasa conciencia y claridad política de los momentos decisivos en la lucha revolucionaria que casi siempre si no se aprovechan, jamás se vuelven a presentar.

Se argumenta por ejemplo, que no puede haber unidad porque unos comulgan con el gobierno y otros son autónomos, porque unos son reformistas y otros son revolucionarios puros, porque unos hacen trabajo reivindicativista y otros hacen trabajo ideológico etc. etc.

Esta caracterización que se hace de la realidad en el sector laboral es viejísima. Como viejos son los calificativos, los cuales a través del tiempo han servido para aplicarlos a diestra y siniestra a Tirios y Troyanos. Van y vienen según sea el caso.

Este manejo tan mecánico de una realidad tanto histórica como normal en los desarrollos sociales, ha hecho tanto daño que vale la pena detenerse a analizar estos términos o calificativos muy en boga en nuestra izquierda, por ejemplo, cuando se habla de autonomía debemos referirnos a autonomía respecto a que? Para no caer en ambigüedades, en el caso de los sindicatos revolucionarios la autonomía debe ser respecto a un gobierno o Estado reaccionario de derecha que por su naturaleza siempre son contrarios a las luchas de los trabajadores, es decir la independencia y /o la autonomía tienen una razón política de ser, y es cuando son incompatibles política e ideológicamente, el proyecto de gobierno y el proyecto del sindicato y los trabajadores en general; pero no es un principio per se, la tan cacareada autonomía, pues si el gobierno es revolucionario, si compartimos el proyecto de país, si el gobierno y el sindicato creen en la lucha de clases, es más, si en la práctica el gobierno da inequívocos  pasos en esa dirección, no vemos por qué hacer de la autonomía una especie de tabla de Moisés. Esta es una de las trabas que no surge de los trabajadores sino de los dirigentes, quienes las buscamos hasta donde no están, si los sindicatos y el gobierno se corresponden y responden a los mismos lineamientos, cuál es el prurito de la autonomía? A qué se le teme si existe una identificación y  avanzamos en un mismo proyecto político.

 Que aquellos son reformistas? Sería bueno preguntar a quienes argumentan esto, en qué país se instaló el socialismo de un día para otro?

El proceso de cambio del capitalismo al socialismo no se decreta ni es automático, los procesos revolucionarios que conocemos comenzaron reformando el viejo estado, su estructura, sus leyes, sus niveles y formas de organización, sus fuerzas armadas, su concepción de estado, de País, etc, etc, etc, y aún continúan hoy, los rusos, los chinos, los cubanos, otros, etc. reformando para ir construyendo ese estado distinto, con ese hombre nuevo, del que hablaba el Ché, eso que los venezolanos hemos llamado la patria nueva; nuestro ejemplo más cercano la revolución cubana, hecha a sangre y fuego,  aún no termina de construir ese nivel del nuevo  estado socialista. Desde una óptica desprejuiciada, no dogmática, se puede decir que llevar a cabo algunas reformas dentro de un proceso revolucionario, no es una desviación de la lucha revolucionaria, es un camino o fórmula que necesariamente hay que transitar en la vía hacia un verdadero socialismo, que se puede saber cuándo iniciarlo pero jamás cuándo terminarlo. ¿Quién fue el que construyó el socialismo de otra manera sin comenzar por las reformas para que no lo llamaran reformista? Si lo hay ¿dónde está? ¿Cómo lo hizo?

Filosófica y políticamente, el reformismo es equidistante a los extremos, son propuestas políticas que plantean modificar algunas cosas pero no su estructura. Revisando un poco la historia, ¿quién fue el que construyó el socialismo sin pasar por un proceso dialéctico de marcha y contramarcha, el reformismo no se puede plantear con la ligereza como lo plantean algunos compañeros, más aún, en el proceso político que estamos viviendo? Calificar a la nueva central de reformista forma parte de esa ligereza, entre otras cosas,  porque esa central aún no ha actuado en el seno de los trabajadores. El reformismo es un concepto teórico que se expresa a través de una práctica, por eso decimos que se es reformista cuando nos quedamos en las reformas sin trascender el nivel ideológico de la lucha.

En Venezuela, los revolucionarios invertimos más tiempo y energía en calificarnos y descalificarnos, que en estudiar los puntos coincidentes que posiblemente sean mayores que los que nos separan, por eso el mayor esfuerzo en estos momentos debe estar en función de esa búsqueda, otra sería la realidad de nuestro movimiento sindical, si ese inmenso y valioso capital humano que existe disperso en diferentes sindicatos y centrales obreras estuviese trabajando como un solo equipo en función del socialismo y la revolución bolivariana.

Este es el verdadero obstáculo en el camino hacia la tan necesaria y maltratada unidad de los trabajadores. Es verdad,  las contradicciones no son antagónicas,  son de epítetos, calificativos y consideraciones que cada quien cree tener derecho a hacer, no importando las consecuencias.

Este es el otro impedimento que solo existe entre quienes supuestamente tienen el papel de conducir las luchas de la clase obrera, los trabajadores en su fábrica, en sus portones no se hacen estos planteamientos: que son reivindicativistas?. Toda lucha comienza por buscar una mejora en las condiciones de vida de los seres humanos, desde el primer momento en que el hombre experimentó sus primeras necesidades, en esa medida también  entendió la necesidad de pelear para  cubrir esas necesidades y a la par que fue alcanzando sus objetivos, fue creando nuevos métodos y condiciones para luchar con mayores posibilidades de victoria. La lucha reivindicativista es aparte de vital en la vida de los humanos, es también una escuela que enseña que solo peleando se alcanzan los objetivos, que nadie nos regala nada, que la indiferencia y la apatía solo sirven para consolidar la dominación del rico contra el pobre, que solo la unidad de los oprimidos podrá derrotar a los opresores, preguntaríamos a quienes critican las luchas por lograr mejores condiciones de vida;¿ ha existido alguna lucha que no tenga como norte mejorar la manera de vivir del hombre y la mujer?.

Ramón Blasco. (Guameño).

Febrero 2012.

Tel 0426-9059584.



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Ramón Blasco. (Guameño)


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