Me lo acaban de decir y como siempre pasa, cuando se trata de la muerte, uno no lo cree, siempre se dice lo mismo “¡¡no puede ser!!”, “¿estas seguro?”. Pero fatalmente, casi siempre es cierto y esta vez también lo fue. Asesinaron a Richard Gallardo, anoche, esta madrugada, no se sabe la hora ni muchos otros de los detalles que uno siempre pregunta como en un intento de evadir la realidad de la noticia que nos están dando, que coño importan, principalmente cuando es seguro que estos cabrones de la derecha se la hicieron, lo mandaron a matar, le tenían ganas desde hace tiempo.
Pero no solo fue a él, también andaban dos dirigentes sindicales mas, Luís Hernández y Carlos Requena y me dicen que había un cuarto compañero, se salvó porque minutos antes se separó de ellos por una emergencia familiar. Los cuatro se pararon a comer algo en La Encrucijada, venían de Villa de Cura en Aragua de estar todo el día en apoyo a un conflicto obrero en la empresa Alpina.
Casualmente esta mañana había leído en la prensa alternativa- Aporrea una reseña de ese conflicto y unas declaraciones de Luís Hernández y de Richard donde denunciaban la situación y la represión con que la policía de Aragua intento acabar el conflicto y como ellos muy orgullosos reseñaban que de inmediato cientos de trabajadores de otras empresas de esa ciudad industrial y de la comunidad se apersonaron en la empresa y restituyeron la protesta. Las de Richard, como era el, “a lo arrecho”.
A Luís y Carlos no recuerdo haberlos conocido personalmente, se que Luís era dirigente sindical de los trabajadores de la Pepsicola y que fue candidato en estas ultimas elecciones para la Alcaldía de Villa de Cura, Carlos era de la Nestle, pero esto tampoco importa, venían de apoyar un conflicto y andaban con Richard, con estas dos cosas me basta para decir y sobre todo sentir en lo mas hondo de mi espíritu revolucionario, que son de los míos, de los nuestros, de la clase trabajadora.
Al negro Richard lo conocí desde hace mucho tiempo, estuvimos juntos en varias luchas sindicales y políticas, lo apreciaba mucho, lo respetaba y admiraba aun más. Lo conozco desde que empezó a destacarse en las luchas de los textileros de Aragua, la que no tengo duda en afirmar fue la mejor “escuela” para la formación de revolucionarios de la clase obrera, una y otra vez se enfrentaron a la brutal e indignante explotación que había en esas empresas, una y otra vez esos trabajadores demolieron a cuanta dirigencia sindical se vendió o que sencillamente no supo estar a la altura de las expectativas en ellos.
Era de esa gente de los barrios más humildes, que tienen que abrirse paso a “coñazo limpio”, de ahí ese indomable espíritu de combate que permanentemente tenia, no podía ocultar que los momentos en que se sentía mejor era cuando andaba con los obreros mas explotados, se le notaba, entre otras cosas porque andaba alegre, sonriente, era su misma gente, era frontal, jamás rehuia un enfrentamiento y por supuesto eso le trajo muchos adversarios y enemigos, que no eran de el, personales, como no son de ninguno de nosotros, eran por lo que el representaba de la clase trabajadora.
Nunca olvidare la exaltación que tenia, el rostro alegre y los ojos brillando de la emoción cuando por esos días de intentos de golpe por allá en los años 2002-2003, llegó a una reunión donde yo estaba, anunciando que el con un grupo de gente habían impedido que la derecha pasara por el túnel de La Cabrera y como estaban listos para tumbar el viaducto si la cosa se les ponía mas fea. Richard Gallardo fue de ese tipo de gente que decía el Che Guevara “un hombre que actúa como piensa” de los que “ponen el pellejo para demostrar sus verdades”.
Que desgracia Richard, el sicario que acabó con tu vida y la de Luís y Carlos, seguramente nació y se crió en alguno de los barrios pobres, muy parecido al que del que seguramente Uds. provenían. Es uno de esas purulencias sociales que el capitalismo genera en nuestra clase. Ojala no te hayas dado cuenta de donde salieron esas balas mandadas por los patronos, pues conociendo tu carácter imagino tu desesperación de no poder defenderte, de no morir en combate frontal como seguro era tu deseo.
Mañana te acompañare hasta lo que llaman la última morada, uno mas que perdemos, acompañare a uno de los excepcionales, de los indispensables, ojala pueda ayudar a cargar tu féretro unos minutos y ojala pueda transmitirte como has sido uno de los dirigentes de la clase trabajadora que mas he respetado en estos últimos años. Esperemos que la clase trabajadora honre tu memoria, pues para ella viviste todos estos años y la honre no solo llorando tu desaparición, sino convirtiendo tu ejemplo en símbolo de lucha, en rabia de clase, en conciencia para acabar con el capitalismo.
Richard, Luís, Carlos como mejor puedo en estos días les expreso mi homenaje, escribiendo estas cortas líneas y difundiéndolas entre gente que sabrá valorar su memoria.
¡¡ Hasta la Victoria siempre!!
Joaquín