La verdad es que no recuerdo cuánto de la deuda que tenía la Argentina pagó el Comandante Eterno Hugo Chávez, la misma que en todo caso fue una compra de la deuda que el Estado argentino tenía con el Fondo Monetario Internacional. Claro que fueron varios cientos de millones de dólares los que canceló a cuenta de pagos que debía hacer a éste organismo financiero que aquel entonces presionaba al presidente Néstor Kirchner para que honre las deudas que le dejaron los gobiernos neoliberales de: Menem, De la Rúa y otros; tan parecidos al de Mauricio Macri que hoy ha tenido que estirar la mano por unos morlacos.
Desde ya el préstamo de ¡70.000.0000!, millones de dólares que acaba de desembolsar el FMI, no son como el que el Comandante Eterno le dio al Estado argentino, puesto que fue a fondo perdido. Vale decir, sin interés alguno, y ni quiera para que se devuelto. El comandante Chávez pagó, y punto. En cambio éste que Macri consiguió tiene un costo que los argentinos tendrán que pagar; quién sabe cuánto y hasta cuándo. Es más, ya han empezado a pagar, toda vez que los reajustes que se han venido encima de la población; ya sea en los servicios de luz, agua, transporte, impuestos, etc., son parte de las políticas de ajuste, que el FMI como condición impone irremediablemente para asegurarse el pago de intereses y capital.
Con seguridad que parte de la crisis económica que atraviesa hoy Venezuela tiene que ver con las decisiones solidarias que emprendió el Comandante Eterno con países como la Argentina; y cuántos otros más, a los que de una u otra manera los favoreció. Pero si uno de esos países que se favoreció de esa visión; y acción solidaria de las políticas del comandante Chávez; nada más y nada menos fue los mismísimos EE.UU., cuya población de escasos recursos, y negra -sin usar despectivamente el término- se favoreció con la venta de gas subsidiado de PDVSA y CITGO, para que los hogares de esas poblaciones tengan acceso en épocas del crudo invierno que soportan.
El presidente Chávez tuvo un sueño -"I have a dream"- igual al que tuvo Martin Luther King, y era el que la revolución bolivariana indestructiblemente se impregnara de la solidaridad para darla al mundo; y ése tal vez es el precio que ha tenido que sufragó hoy su pueblo para que la solidaridad subsista en el mundo; aunque ingratamente insista el gobierno de Macri en que se le aplique todas las sanciones posibles aquel país que cometió el pecado de ser simplemente solidario con ellos.
La Argentina está hoy en un cruce de caminos; por un lado, andar por el mismo camino y tropezarse en la misma piedra del exponencial endeudamiento, o por el otro; alzarse contra un gobierno que ha hipotecado hasta los tuétanos su economía, y además estirando la mano al FMI, que algún momento se las pondrá esas mismas manos en el cuello hasta que paguen el último penique.