Lunes, 09 de septiembre de 2019.- Esta polémica es de vieja data, si quiero algo, puedo utilizar todo para lograrlo, con tal de alcanzar mi objetivo, todo vale.
Así es.
Para algunos es un mandamiento riguroso y se aferran a él como a un precepto religioso, a otros, no nos suena muy ético.
¿Qué dirían sus confesores?
¿Estarán de acuerdo?
Aparentemente a Juan Guaidó y a sus amigos y allegados les resulta familiar, por aquello de que están ofreciendo negociar la entrega de la reclamación sobre el Territorio Esequibo a la Epson Mobil y a los intereses de las grandes corporaciones interesadas en explotar esa rica zona, zona en litigio.
Ofreciendo lo que no tienen, yo entrego el litigio, dejamos el reclamo así y ustedes nos apoyan, todo eso basados en el reconocimiento internacional, reconocimiento forzado, amañado, bien chimbo por cierto, reconocimiento de la supuesta autoridad del presidente encargado, autonombrado e impuesto.
Basados en una nueva geopolítica de abajo caretas y vamos con todo, la negociación que escogieron, la que proponen, la de la entrega, creemos que no tiene mucha sustentación, claro que las mencionadas corporaciones deben estar pensando en como darle la vuelta.
A pesar que hay una tendencia innegable a la globalización de las relaciones internacionales, de la formación de nuevos bloques y a la disminución de la importancia de los estados nacionales, el sentimiento patriótico sigue teniendo vigencia en los pueblos del mundo, en las decisiones que toman y el amor a la patria, a lo que llamamos lo nuestro existe y tiene mucho peso.
Estrategas y abogados, internacionalistas y militares del enemigo exprimiéndose los sesos, buscando salidas, diseñando estrategias, en franca camaradería con Guaidó y sus compinches, su gabinete en la sombra, para lograr un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
Y así, todos felices.
El planteamiento, parece ser, nosotros (los de la derecha) suspendemos el reclamo que tiene Venezuela sobre ese rico pedazo de territorio al oeste del río Esequibo, que fue tomado por la Corona Inglesa hace ya muchos años, eso si, a cambio de su apoyo para salir del gobierno de Nicolás Maduro.
El Fin justifica a los medios.
Todo se vale.
No todo, dice la justicia venezolana, hay un tufo de traición a la Patria, que debe ser revisado.
Otro delito, que se suma a los ya cometidos y el hombre permanece libre.
Tal es el hedor, que muchos de sus partidarios y simpatizantes no comulgan con esa estrategia de entrega, aunque permanezcan callados o a la espera del próximo movimiento.
¿Cuál es el nivel ético de estos jóvenes y no tan jóvenes venezolanos, que son capaces de hacer una propuesta de este tipo, quien los asesorará para que cometan semejante disparate, de quien habrá sido tan brillante idea?
Imagínense, los que no lo han hecho, hacia adonde apunta una posible administración de la nueva derecha venezolana, entreguista y complaciente, con olor a moho y naftalina, con franca doble moral y bajo el precepto guerrerista que no deja dudas que para ellos:
El Fin justifica a los medios.