En los eventos electorales se habla de juego político, de estrategia electoral, de táctica, de maquinaria, y recuerdo que cuando nuestro proceso revolucionario ganó la primera vez un evento electoral, lo que determinó su éxito fue la interpretación de las señales de los tiempos; cuando se canalizó la necesidad de cambio y la esperanza de una mejor distribución del poder y la riqueza.
Los cambios vinieron con la nueva constitución, con los nuevos personajes públicos, con la nueva visión, con todo lo nuevo que diferenciaba el antes y el después, con las nuevas leyes, con los nuevos organismos creados, con las nuevas organizaciones políticas, con la novedad de un pueblo que se sintió entendido y apoyado por un gobierno popular y progresista.
Los cambios vinieron con la mejor distribución y con la mayor asignación del presupuesto en educación, en salud, en cultura, en deporte; la mayor distribución de poder se hizo mediante leyes y las organizaciones de interés colectivo de participación y de interés de las grandes mayorías.
Pasó un tiempo de gestión de gobierno revolucionario, de gran impacto a nivel de grupos familiares, quienes veían resueltas sus grandes dificultades, tanto de clase media como de las clases más desposeídas, y la gente sentía que su Presidente lo podía todo, hasta conocer lo que estaba pasando con el concejal chavista que pasó de vivir en el barrio a vivir en la villa, y decía que más temprano que tarde Chávez actuaría para quitarle a ese corrupto lo que no era suyo. Se vieron casos emblemáticos como el ex -gobernador chavista de Carabobo, el hermano del Ministro, pero no así los casos de Miranda, Barinas, Nueva Esparta; el chavismo se sintió cómplice de la desidia, de la inseguridad, de la corrupción y sintió en ese tiempo que ese no era el gobierno del pueblo.
Viene la oposición luego de un golpe de Estado, tratando de recortar camino para tomar el poder por la fuerza, interpretando no al pueblo, sino interpretando el papel que le dictaba el imperio norteamericano. La oposición sin pensar en pueblo, se disfraza de fieles seguidores del sentimiento popular, ahora utilizando los slogans chavistas de “cambio” y “nuevo”.
Quién puede creer que con el tiempo, ya hace ocho años del golpe, la oposición interpreta la necesidad del pueblo de una manera diferente a como lo entendieron en cuarenta años de gobierno oligarca, y quién puede pensar que cambiarán su esencia para compartir el sentimiento chavista que domina las masas. Serán como el lobo que se disfrazó de abuelita para engañar a la caperucita roja, pero ésta, conocedora de su abuelita sabrá reconocer las grandes ansias de poder personalista, individualistas del usurpador, con sus grandes ojos para mirar sólo hacia el Norte, sus grandes orejas para escuchar sólo solicitudes de las oligarquías, su gran bocota para llenarla de engaños, sus grandes colmillos para clavárselos al pueblo explotado por empresariado depredador, sus grandes manos para oprimir al pobre, su peludas cejas y largos cabellos negros del vende Patria.
Veremos nuevamente a los Adecos ofreciendo trabajo, láminas de zinc, tarjetas de partido, agua gratis, aire fresco, frió cuando hace calor y sombra cuando hay sol, mientras intentan privatizar la salud, la educación, PDVSA, la recreación y continuarán explotando al trabajador a través de sus empresas, y manejando el dinero del Estado para su propio beneficio.
Veremos a los Primero Justicia, de primeros ofreciendo mercado petrolero, ofreciendo liberar esclavos de mentiras, ofreciendo eliminar la maldad mientras apoyan entrenar sicarios y enviar motorizados a matar inocentes.
Veremos a los traidores de todos los tiempos traicionar a sus nuevos aliados, para nuevamente disfrazarse de izquierda cuando ya la derecha los consume.
Estas señales indicarán que las nuevas generaciones verán la verdad.
Los jóvenes que no conocieron a los Adecos y Copeyanos (Primero Justicia) y a la izquierda traidora, ahora los verán bailando joropo cuando lo que ofrecieron fue bailar Reguetón.
Interpretar las señales de los tiempos para saber hacia donde dirigir nuestros pasos. El camino muestra dos matices, es una “ye” que señala 2 vías y es tiempo de radicalizar el paso por el camino del verdadero socialismo y alejarse definitivamente del salvaje capitalismo que lleva a la perdición.
El Pueblo pide acción no sólo con la erradicación del capitalismo, sino también con los disfraces del socialismo que engaña al Pueblo.
Llegó la hora del Pueblo en la calle, que no es otra cosa que el cumplimiento de la promesa de que aquí se hace revolución socialista o morirá la esperanza.
Llegó la hora de ver al diablo pasar trabajo.
Busquemos las señales de Luís Tascón, de William Lara, de Guillermo García Ponce, de Gastón Parra Luzardo y de muchos camaradas que se han convertido en millones. Basemos nuestras acciones en la enseñanza de los hombres que se han ido por voluntad de Dios y que nos dejaron el legado de su humildad, de su fidelidad, de su integridad y de su amor al prójimo, muriendo en la verdad.
nimiaramirezr@cantv.net