Avances políticosociales del Sur (III)

Un análisis intenso

Sin embargo, en los últimos 25 años aparecen nuevos movimientos sociales que se desarrollaron entre: indígenas, mujeres, ecologistas, afro descendientes. Su característica es precisamente su heterogeneidad y su definición de nuevos objetivos, como la dignidad, las exigencias democráticas y el bienestar.

Los movimientos indígenas valen la pena de ser notados. La celebración del 516 aniversario de la conquista fue una oportunidad para ampliar la conciencia indígena. A partir de este momento, que corresponde a la aceleración neoliberal, asistimos a una salida de la clandestinidad o de la semi-clandestinidad, de las culturas, de las lenguas, de las religiones indígenas. Eso se traduce también por contactos más generalizados entre indígenas del conjunto de América. La primera Asamblea de los pueblos tuvo lugar en 1998 en Santiago de Chile, seguida por la reunión de Quebec en el año 2002.

Los indígenas organizan movimientos de presión, no solamente para la defensa de su identidad, lo que ha sido un combate de más de 516 años, sino también contra la pérdida de sus medios de sobrevivencia. Recordemos que en 1997, hubo en Belo Horizonte en Brasil, una reunión de los pueblos indígenas contra el Consenso de Washington. Pero el hecho más significativo fue el inicio de la acción armada del movimiento Zapatista en Chiapas el 1ro de enero de 1994, correspondiente con la inauguración de ALENA, el Tratado de libre comercio con los Estados Unidos y Canadá. Se trataba de reivindicación de un crecimiento económico y cultural de las poblaciones indígenas empobrecidas en zonas con muchos recursos naturales y también de un deseo de reconstruir por la base el sistema político.

Además, durante las décadas de 1990 y de 2000, hubo un gran número de alianzas y de acciones comunes entre varios movimientos sociales. Podemos señalar por ejemplo la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), que reunió los movimientos campesinos del continente. En el año 2004, los movimientos indígenas de Centroamérica se encontraron para oponerse al plan Puebla- Panamá. En Quito, antes del Foro de las Américas en 2005, tuvo lugar la Cumbre de los pueblos indígenas. En Centroamérica, se organizó en San Salvador el Foro Centroamericano. Recordemos también los cuatro millones de firmas que recogió la acción contra el ALCA en Brasil y las marchas en 2004 y 2005 en ocasión del Foro Social Mundial de Porto-Alegre, la última reuniendo más de 200 mil personas. Recordemos también que el ALCA tenía una dimensión de "seguridad" significando la lucha contra los movimientos sociales. La resistencia política al proyecto norteamericano se manifestó en Mar del Plata en 2006 cuando cinco países votaron en contra, entre ellos, Argentina, Brasil y Venezuela, apoyándose en la ola de resistencia popular empujada por los movimientos sociales. Finalmente, la organización de los Foros Sociales Mundiales continentales, nacionales y temáticos que tuvieron lugar en el continente latinoamericano, reforzaron la colaboración entre varios sectores de la población resistiendo contra los efectos del neoliberalismo en el continente.

2) Las resistencias culturales


Solamente queremos aludir al aspecto cultural de las resistencias, en particular en el mundo del arte y de la religión

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Evidentemente, no se puede identificar la cultura solamente a estas expresiones. En los medios populares existen un sinnúmero de reacciones culturales que afirman valores propios y formas de resistencia. Sin embargo, no se puede olvidar la producción cultural en tanto que acción específica en el panorama de las resistencias a la destrucción social y ecológica de los pueblos del continente.

América Latina ha sido un lugar de gran exuberancia cultural. En el plan literario, autores como Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Julio Cortázar, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal y muchos otros han jugado un gran papel. La obra del pintor Guayasamín, las canciones de Chico Buarte, de Alì Primera, de Silvio Rodríguez, de Pablo Milanés, de Carlos Mejía Godoy y de centenares de otros cantores y músicos y en el cine, las producciones de Venezuela, Bolivia, Argentina, México, Cuba y Brasil, fueron también canales importantes de concientización social. En el plan religioso, como ya lo hemos señalado, el desarrollo de las Comunidades eclesiales de base y de la Teología de la liberación es bastante conocido y no necesita explicación adicional. A pesar de la represión eclesiástica y política, estas corrientes todavía existen y tienen sus expresiones y su impacto.

Testigos de la fuerza de la cultura, en América latina, un meeting del primero de mayo puede ser acompañado de lecturas de poemas; una reunión política se celebra con canciones populares y un movimiento social es capaz de empezar sus actos con una referencia religiosa.

3) Las "izquierdas" políticas Es evidentemente imposible hablar de manera general de las "izquierdas" del continente. Cada país tiene sus características específicas. Sin embargo se puede observar tanto algunas tendencias similares como diferencias significativas, que dan lugar a reflexiones interesantes en el ámbito de las ciencias sociales.

Varios regímenes políticos nuevos son el fruto de la convergencia de movimientos sociales. Es el caso del PT en Brasil, del MAS en Bolivia y de la nueva coyuntura política del Ecuador. Está bien claro que existen diferencias frente a la conquista o a la gerencia de los poderes del Estado. En Brasil, Uruguay y Nicaragua, el proceso electoral clásico ha permitido el ejercicio del poder ejecutivo y legislativo según los mecanismos habituales de la democracia representativa.

En países latinoamericanos, como Venezuela, Ecuador y Bolivia, la reforma constitucional ha sido necesaria para cumplir con el proceso de transformación social y exigió medidas excepcionales.

En Venezuela, el proceso electoral permitió ganar las elecciones y organizar un gobierno, pero no de hacer funcionar el Estado, la administración siguiendo de manera significativa en mano de funcionarios adversos al proceso. Por eso se organizó un Estado paralelo, utilizando las varias "misiones" para la alfabetización, la enseñanza, la salud, la economía popular, la reforma agraria, las juntas comunales, parroquiales, la democracia participativa.

Eso llevo al proceso la misma preocupación que presidió la propuesta de unir en un solo partido las fuerzas de izquierda y hoy existe una partido policlasista, donde pulula el corrupto de cuello blanco y el obrero del campo. No crear un partido revolucionario de trabajadores fue craso error del proceso y por eso continuamos en el jueguito como lo quiere la oposición seguida por una gran parte de los medios de comunicación. Es decir, que el proceso perdió el magnifico momento político revolucionario que se le presentó.

Pensamos que aún es tiempo de corregir y de aceptar las criticas que se quieren esconder debajo de la alfombra roja y que revolucionaria. ¡Adelante Camaradas del Mundo!!!

(Continuará)

vrodriguez297@hotmail.com


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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