La enésima crisis de Ecuador sorprende a Wall Street y a analistas de Washington con las pregunta de cajón: “¿Y ahora qué va a pasar?”. Ellos saben bien que ni los ecuatorianos conocen qué nuevas noticias llegarán mañana, pero por ahora los papeles de los bonos global 2012, 2030 y los de la deuda cayeron ayer en un promedio de cuatro puntos.
Al interrogante de si eso es mucho, José Cerritelli, de Bear Stearns, responde “eso es muchísimo para cualquier inversionista”. El riesgo país también subió de 718 a 726 puntos, mientras el FMI tenía en los últimos cuatro días a su equipo de emergencia pisando el acelerador, para saber qué ocurre en el Ecuador.
Tal debió ser el desconcierto en el FMI que, el martes en la última reunión con el ministro de Economía, Mauricio Yépez, el organismo prefirió evitar la exposición del escenario económico, porque lo sabe bien, sino que buscó una explicación de cómo van a resolver la crisis política, a lo cual Yépez no tuvo mucho que aportar.
Aún en la mañana de ayer, entre las autoridades del hemisferio occidental del FMI lo que reinaba era la incertidumbre, al igual que entre los asistentes al debate “Análisis coyuntural en Ecuador”, que se realizó en Washington. Allí, según un testigo que prefirió guardar su identidad, se habló de que mientras Gutiérrez mantenga el apoyo de las cámaras de la Producción y de la Casa Blanca no se caerá.
Ese apoyo, según el análisis en ese debate, fue porque EE.UU. recela del discurso izquierdista de Alfredo Palacio, quien si actúa en fidelidad con su filosofía puede suspender la negociación del TLC y sumarse al discurso del líder venezolano Hugo Chávez.
Hubo una coincidencia indiscutible: Bucaram le pasará la factura a Gutiérrez y para el Gobierno será casi imposible librarse de ese personaje y de esa alianza, se decía en Washington, mientras en Nueva York, Jorge Ramos, analista económico de Goldman Sachs, al mediodía señaló: “alcanzo a oír mucho ruido político y social desde Ecuador. Ante esta incertidumbre las inversiones están a la defensiva y el pasado ecuatoriano es muy ilustrativo de que no hay seguridad para invertir”.
Según el analista, “por ahora estamos en el plano de la observación, pero si el conflicto se prolonga se afectará el escenario inversor y, por supuesto, las cifras macro. La gente que tiene sus inversiones con Ecuador está muy preocupada”.
A los ojos de Cerritelli, la crisis en Ecuador se complicó aun más con la muerte del fotógrafo chileno y las docenas de asfixiados. Así se señalaba en su análisis de la mañana de ayer, que ya preveía que para el Presidente iba a ser muy difícil sostenerse solo con el respaldo del PRE. Además, indicaba que a EE.UU. también iba a resultar cuesta arriba sostener a Gutiérrez en el cargo, cuando Quito y Guayaquil estaban llenas de manifestantes.
(*)Corresponsal en Nueva York El Comercio, Quito
