En este mundo hay de todo. Incluso, desgraciadamente para ellos y ellas, gente intolerante y fascista, como este tal José Rodríguez (vaya usted a saber si ese es su verdadero nombre) a quien no creo conocer personalmente.
El caso es que el mentado señor Rodríguez me envía a todos mis correos (incluyendo el de mi trabajo o institucional) mensajes tan lindos como estos: “Vete a JINETEAR al Malecón de la Habana, Con eso aprovechas de sobarle la verruga a tu amo..” o “Deberías ir a Cuba y meterte a Jinetera Para que tu amo, el genocida de Sabaneta y Fidel se sientan complacidos”. Todo esto en “respuesta” a mis opiniones o artículos publicados en Aporrea, Latinpress, Mundoamérica, Últimas Noticias, entre otros.
De dichos mensajes, una intuye que el hombre tiene una inmensa obsesión con las jineteras, con Cuba, con Fidel y con Chávez. Se puede concluir que la disociación psicótica lo ha tomado por asalto y ya su mente ha migrado, no sabe una si en balsa o en qué, dejando en su lugar un inmenso espacio, vacío de pensamientos propios, lleno de amarguras inyectadas, odios trasnochados, intolerancias absurdas, fobias recalcitrantes y fijaciones peligrosas.
Él, al igual que muchas otras personas, son víctimas (quien sabe si inocentes) de todo un aparato montado y concebido para sembrar el odio a lo diferente. Le hace el juego al sistema que lo envenena. Es un esclavo fiel a los designios de su amo. Su infeliz destino y karma es no saber exactamente a quién o quiénes sirve. Ataca a quienes cree somos sus enemigos o enemigas, porque así lo ha aprendido, haciéndole el juego a personajes que ni siquiera saben de su existencia, porque le desprecian tanto que lo manipulan, condicionan, alienan y utilizan para sus fines mezquinos, mientras lo ignoran olímpicamente.
Entonces, en su rol de sumiso esclavo sin remedio, pretende que el resto de la gente se comporte igual o peor que él. Por ahí hay un dicho que reza: “ladrón juzga por su condición”. Así, él, gobernado impasible de amos incógnitos, supone que quienes hablamos a favor de procesos, revoluciones o personas, lo hacemos desde ese mismo rol. Triste por él, que no sabe lo que es tener convicción y compromiso. Que desconoce lo que es amar la patria y construir para el futuro. Que ignora que nuestros haceres lo incluyen, aún sin saberlo. Que no concibe que alguien pueda hablar a favor de otra persona, sin que ello implique doblegar sus principios o lamer pisos.
Lo lamentable es que no hay un solo José Rodríguez. Son miles (quien sabe si millones) que se reproducen como gremlins, tan solo tocar el agua que destila de los colmillos del monstruo que los acuna. Y los vemos todos los días, en diversos espacios. Hasta en videos donde gritan al mundo que quieren “irse demasiado”. Pichones de fascistas, engendrados en una sociedad egoísta, multifóbica y alienada. Pero, en contrapartida, hay millones de seres que amamos la vida, la diversidad y la naturaleza. Que respetamos la otredad y la impulsamos. Que apuntamos a un mundo posible y necesario, que vaya acabando con tanta esclavitud física y mental, que logre incluirnos a todos y todas en espacios de convivencia sana, que haga de la vida un ejercicio de respeto, tolerancia y aceptación.
Por tal motivo, seguiremos aporreando, diciendo y opinando, mientras consideremos que tenemos cosas que decir.
PD: Felicidades a APORREA por su nuevo aniversario. Sigan adelante, mejorando siempre.
nymphamar3@gmail.com