La muerte de nuestro amado Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías nos ha causado un impacto de mucho dolor en nuestras almas y corazones. El saber que ya no estará con nosotros nos llena de desdicha, de dolor, porque su voz, sus conceptos, su energía de lucha son esencia de su presencia en esta vida terrenal.
Sin embargo, su ejemplo de lucha está intacto en nuestras mentes y corazones. Su capacidad de trabajo, su ejemplo de vida, sus orientaciones están frescos en nuestras mentes. Chávez nos enseñó que la ética, la moral, los valores, el conocimiento, el estudio, la disciplina, la organización, son las bases de vida del nuevo ciudadano venezolano.
Si podemos dividir la historia contemporánea venezolana, podemos hablar de un período previo a Chávez y luego de él. Nuestro Presidente ha marcado una etapa de cambios positivos hacia nuestro país, donde logramos un sitial de honor que jamás nuestra Patria obtuvo. Al contrario, la etapa previa a Chávez era de represión, corrupción, hambre, miseria, agresiones, desapariciones y eventos muy tristes como El Caracazo, cuando el pueblo estalló ante las medidas anárquicas neoliberales de un país que estaba de rodillas ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Venezuela de hoy es moderna, plena, libre, con números muy positivos en materia de los niveles en educación, salud, nutrición, bienestar social e inversión para los excluidos del pasado.
Chávez nos dio la vida, porque de verdad estábamos en terapia intensiva. Chávez es verdad, amor, entrega. Lamentablemente, no pudo superar el cáncer en su cuerpo, pero superó muchas pruebas que el destino puso en su camino, de las cuales salió siempre airoso de la mano con su pueblo.
¡Descansa en Paz, Amado Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías! ¡Hoy te lloramos pero quedará por siempre tú ejemplo vivo en nuestras mentes y corazones! ¡Vive por siempre amado y consecuente Presidente! ¡Te Amaremos Siempre Chávez! ¡Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos como decía Alí Primera, el Cantor del Pueblo!
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