Querido Comandante:
Antes de saludarte con la inocencia de mi niñez, quiero confesarte que estoy triste muy triste, aunque sé, que a ti (y te trato como un niño más, porque tu alma así lo era) no te va a gustar que esté así, pues a ti no te agradaba ver a los niños tristes, sino alegres y felices, de ahí todas esas ideas para que nosotros fuéramos a la escuela y nos preparáranos para el futuro.
Por eso Comandante, amigo, yo estoy estudiando en una escuela bolivariana que bajo tus órdenes realizaron en mi pueblo y ahí he aprendido muchas cosas y hasta almuerzo y me dan merienda en la tarde. También recibo talleres que nos enseñan a querer la Patria y a sus símbolos, los mismos que tú nos enseñaste a amar a través de tu discurso, como lo son el escudo, al que le pusiste el caballo viendo hacia adelante, o sea al futuro, el himno nacional y a nuestra bandera, a la cual quisiste tanto tú, y que le pusiste otra estrella para reconocer a la provincia de Guayana, ahí, donde queda Angostura, donde nuestro Libertador dio su famoso discurso. Y hablando de él, te digo que por tí supe y aprendí que aquí nació un hombre grande como Simón Bolívar, a quien tenían olvidado y tú lo sacaste de ahí y nos enseñaste que nuestro Libertador murió por la Patria y murió pobre y que lo traicionaron. Y así otras historias de Bolívar que nos contaste a través de la televisión, que nosotros aprendimos a quererlo, porque tú decías que el Libertador era tu padre y tú seguías sus ideales.
También quería decirte, que uno de los días más felices que sentí en la escuela fue cuando recibí mi computadora, mi Canaimita, de la cual todavía me siento maravillado por las cosas que puedo hacer y aprender con ella.
Pero te repito mi comandante, que estoy triste, porque siempre soñé con verte, estrechar tu mano y darte las gracias personalmente, por todo lo que recibí de tí. Pero no se pudo, amigo, pero de todas maneras gracias. Ah, también quería decirte que yo me llamo: Chávez Rafael, porque mis padres te admiran mucho.
Bueno, Comandante, gracias de nuevo y gracias por nacer entre nosotros.
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