Pedro Cachamay, no hallaba cómo ocultar su dolor, su desgarramiento y su sufrimiento por la desaparición física por la muerte del comandante Chávez. Llegó al grupo con los ojos aún lagrimosos. No era para menos, porque a veces sin haber conocido personalmente a un hombre sino por su obra que se admira y se idolatra, las lágrimas salen espontáneas y demuestran su pesar con toda la dolencia del alma.
“Compatriotas, qué decir, qué hablar y qué comentar sobre esta tan terrible realidad. Siempre mantuvimos la fe de que el comandante a pesar de sus palabras proféticas del pasado 8 de diciembre, iba a regresar y tomar las riendas de este barco que el zarpó en este mar bravío de incomprensión de cierta gente, que no quiere que el país avance ni mucho menos que los pobres gocen de los beneficios de la riqueza de la Patria, que también les pertenece”, dijo Cachamay apesumbrado.
En realidad no había mucho que agregar sobre la muerte del máximo líder no sólo de la revolución bolivariana, sino del de los pueblos latinos y del Caribe.
“Pero aparte de todo esto, dijo Cachamay, que fue el líder más atacado, más vilipendiado y más ofendido, con el fin de evitar su gestión a favor de los pobres de Venezuela y el mundo, porque al Imperio gringo y a la derecha internacional no les interesaba, sino sus fines personales. Pero Chávez ante todo esto se creció con clase, sin inmutarse, pues tenía claro su objetivo, su norte y los enfrentó en todo terreno, con valentía y sin miedo”.
“Por eso querían eliminarlo de una u otra manera, porque levantó al mundo en contra de aquellos que antes lo tuvieron pisoteado. E hicieron posible por salir de él y no podían, y hasta no es de dudar que hasta le indujeron una enfermedad extraña para aniquilarlo, pensando que la culebra se mata por la cabeza, y el tiro les salió por la culata, porque el apoyo al Comandante no solo se triplicó en el país sino en todo el mundo entero. Ahora Chávez son millones y más millones de seguidores. Gloria a un hombre que dio a conocer a Venezuela en el universo.”
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