Mucha razón tiene el Comandante Fidel Castro cuando dice que para saber quien es Hugo Chávez basta saber que lo llora el pueblo, y es que para quienes tenemos al materialismo dialéctico e histórico como herramienta científica de aproximación a la realidad sabemos que la conciencia, y todo lo que ella implica, como por ejemplo los sentimientos, es reflejo de las condiciones concretas y por tanto una posición de clase.
La unidad dialéctica que es vida-muerte induce necesariamente a conocer que la vida requiere de ciertas y precisas condiciones para su manifestación y conservación, por eso el lamentable deterioro de la salud del Camarada Comandante Chávez trajo como desenlace doloroso el hecho de su fallecimiento el pasado martes 05 de marzo, hecho que no por previsible en los últimas semanas deja de inundar de nostalgia y rabia a los millones en todo el mundo que reconocíamos rasgos grandiosos de humanidad, progresismo, antiimperialismo, valentía, abnegación y disciplina en un ser humano de virtudes extraordinarias que solo el tiempo permitirá evaluar y reconocer incluso en mayor medida que en la actualidad.
La vida y obra de Hugo Chávez, que debe ser juzgada como el propio Lenin nos dijo que deben hacer los marxistas con los personajes históricos “a luz no de lo que aportaron en relación a sus antecesores” puede desde ya empezar su juicio por quienes lo están llorando y esto además permitirá, con claridad meridiana, comprobar en la práctica que las clases sociales existen, que eso no es cuento y que sus percepciones y también sus sentimientos van asociados, innegablemente, a sus intereses.
Por eso a Chávez no puede llorarlo la oligarquía, ni siquiera aquella que sepa “guardar compostura”, a Chávez no puede llorarlo el imperialismo que tanto denuncio, a Chávez no pueden llorarlo los colonialistas ni los cobardes entreguistas, ¡no!; a Chávez lo lloran los trabajadores y trabajadoras del mundo, los campesinos sin tierra, los estudiantes sin escuela de América Latina, los desempleados de Europa, los antiimperialistas de todos los rincones, los indignados, los ecologistas, los comunistas y todos y todas quienes desde distintas trincheras sueñan y luchan , luchan y sueñan, con un mundo mejor.
Por eso en estos días duros en muchos sentidos, es necesario que más allá de posiciones religiosas, místicas, emocionales, que respetamos todas, sepamos que es cierto, especialmente para nosotros los materialistas, que las ideas hechas luchas, consignas y bandera adquieren vida en el colectivo porque se materializan; no es un abstracto entonces cuando decimos que los revolucionarios y revolucionarias no mueren, ellos están vivos en las luchas de los pueblos por su liberación.
Corresponde a quienes están interesados, y por ende comprometidos, con el horizonte estratégico de la propuesta que Chávez enunció: el socialismo, tomar esa bandera, no lo esperemos de nadie más.
Hasta el dolor refleja nuestra posición política, que también lo refleje, con mayor transparencia, nuestra lucha y accionar en torno al programa de liberación nacional y social de Venezuela.
¡Viva Chávez!
Militante del PCV
@edgarmelendez79