El pasado 5 de marzo el pueblo venezolano se tropezó con la terrible noticia del fallecimiento del Comandante Hugo Chávez. Esta noticia llenó de estupor y entristeció fuertemente a la gran mayoría de la población y le produjo alegría a los menos; sí a un sector minoritario, la noticia, le generó tan grande satisfacción que hasta celebraron, algunos discretamente, otros con vesania desmedida. Así fue Chávez en vida, amado con pasión y rechazado con vehemencia. Las grandes mayorías, el pobrerío del campo y la ciudad lo admiraban e idolatraban, mientras los sectores pudientes y medios acomodados lo rechazaban y hasta lo despreciaban, llegando al paroxismo del odio más irracional.
Esta realidad emocional que también es reflejo de lo que acontece en el campo de lo político- social la recoge muy bien el laureado escritor colombiano William Ospina cuando interrogado al respecto por un periodista que lo entrevistaba expresó, palabras más palabras menos,… lo que pasa en Venezuela, es que los ricos, que son los menos, odian a Chávez mientras los pobres, que son los más, lo aman …por algo será; simple y cristalina expresión que permite explicarnos el signo de lo que acontece en nuestro país, no sólo por ahora sino que todo indica que por un largo ciclo histórico la sociedad venezolana quedará marcada por esta tensión polarizante.
Esta identidad popular con Hugo Chávez Frías tuvo su punto de arranque con aquél por ahora del 4 de febrero de 1992, y con sus altibajos, más los altos que los bajos, se mantuvo por los siguientes 21 años, alcanzando su cenit, precisamente, al momento de su partida física cuando rondaba más del 70% de popularidad, al cabo de 14 años de ejercicio de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Qué hizo este veguero de Sabaneta de Barinas, este apasionado del beisbol y de la música llanera, este bolivariano sin par para ganarse el entrañable cariño del pueblo venezolano. Si él pudiese responder tan comprometida pregunta, simplemente respondería amar y serle leal al pueblo por encima de todas las cosas, defender la Patria y la soberanía nacional y auspiciar la Patria grande y la integración Nuestroamericana.
Dignificador del pueblo
Con su amor al pueblo, Chávez, en primer término lo reivindicó, lo visibilizó, lo sacó del ostracismo al que lo habían condenado las clases dominantes de este país a lo largo de su historia, dignificándolo, lo convirtió de objeto para la producción de riqueza para el disfrute de unos pocos en sujeto social para ocupar espacio relevante en el esfuerzo constructivo de una nueva sociedad. Con Chávez este pueblo aprendió a no verse con lástima a si mismo ni aceptar ser visto con desprecio por quienes se pretenden la elite social. Con este salto en su condición de ser social este pueblo, nuestro pueblo, nunca jamás podrá ser sometido ni doblegado a la decadente situación de subyugamiento de los tiempos pasados; su lealtad a los ideales que supo inculcar el Líder Supremo de la Revolución Bolivariana servirán por siempre como bandera emblemática para saber mantener y preservar en alto la dignidad social y nacional. Con Chávez cambió el sentido común de los venezolanos y venezolanas y, con ello, la posibilidad cierta de concebir una nueva cosmovisión y unas nuevas relaciones sociales.
Cultor de la Patria nueva
Chávez fue un cultor de la Patria nueva, la supo sembrar en la psiquis colectiva. Nunca como ahora, el pueblo venezolano tiene claro el concepto de Patria que proyectó el Comandante Chávez, con su ejemplo y su prédica en el conjunto de la sociedad venezolana; hoy por hoy, la defensa del territorio y de las riquezas nacionales, de la cultura, la tradición, el conocimiento del legado histórico de la resistencia indígena y de la negritud, de la gesta de los Libertadores, la conciencia de que la soberanía descansa en el pueblo, de que sólo el pueblo salva al pueblo, son nociones y conceptos, sentimientos e ideas que están arraigadas en el cuerpo social y que se manifiesta de singular manera en el manejo y apropiación colectiva de los principios y articulado de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y de los objetivos históricos estratégicos plasmados en los Planes para el Desarrollo Socialista de la Nación.
Forjador de la Patria grande
Fiel al ideario del Libertador Simón Bolívar, Chávez difundió con certero criterio pedagógico los postulados bolivarianos, destacando, si acaso, el más relevante de ellos desde el punto de vista geopolítico, el del forjamiento de la Patria grande y su corolario indiscutible, la integración de los pueblos nuestroamericanos. En la presente coyuntura mundial, la integración de la región latinoamericana y caribeña es un requisito fundamental para el avance de nuestros pueblos hacia una dimensión que haga posible su existencia libre y soberana en el concierto de las naciones del mundo y en la perspectiva de la construcción del Socialismo del Siglo XXI, el cual sólo se podrá materializar en la medida en que se desarrolle en un amplio escenario territorial y poblacional, de alcance continental, como el que avizoraron y fomentaron, en su etapa inicial, la primera generación libertadora latinoamericana y caribeña. Chávez, profundamente identificado con la doctrina bolivariana, se erigió en el adalid, en los tiempos actuales, de esos propósitos integracionistas, no conformándose con la retórica de ocasión sino concibiendo, potenciando y proveyendo los instrumentos idóneos, (ALBA, PETROSUR, UNASUR, CELAC, TELESUR, RADIO DEL SUR, MERCOSUR, EL SUCRE, ETC,) facilitadores de tan magna empresa. Es más que evidente que este predicamento chavista se irrigó en tierra fértil pues notorio es como el pueblo venezolano y los pueblos hermanos han entendido y acogido el mensaje integracionista que se expresa en la formulación bolivariana Nuestra Patria es América.
Por todas estas razones y muchas otras que exigirían más espacio que el disponible en esta oportunidad, es que Chávez se ha sembrado en el seno de nuestro pueblo y en los pueblos hermanos, por eso a la hora de despedirse gozaba de tanta popularidad, del reconocimiento y del cariño de tanta gente en Venezuela, en América y en el mundo. Esto explica las distintas manifestaciones de amor y solidaridad durante sus exequias, millones de personas sintieron un vacío inmenso con su partida pero al mismo tiempo los embargaba un infinito sentimiento de regocijo, agradecimiento y paz espiritual y de compromiso de lucha; como decía una señora en La Parada del Taxista, en Monte Piedad, el día que sus restos mortales eran trasladados desde la Academia Militar hasta el Cuartel de la Montaña, en el 23 de Enero, “…la partida de Chávez me deja un gran vacío, pero al mismo tiempo siento un lleno espiritual que no me puedo explicar”; esa es la visión popular que sintetiza la vivencia del pueblo venezolano en su relación histórica con Hugo Chávez Frías, el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana.
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