Ni siquiera entrar a debatir los conceptos e implicaciones filosóficas de temas tan complejos como los tratados por Descartes con su “Dualismo Sustancial”, o el “Ocasionalismo” de Malebranche, el “Monismo “de Spinoza, o la “Armonía Preestablecida “de Leibniz. Tan solo hablaremos de ideologías o conjunto de ideas que resumiremos en las dos grandes orientaciones políticas que se confrontan actualmente, el socialismo y el capitalismo. Igualmente, revisaremos el muy viejo concepto de liderazgo en uno y otro ambiente.
El socialismo, como conjunto de ideas y acciones dirigidas a valorizar la importancia del ser humano, comprende no solo propósitos y obras que benefician a todo individuo y por consiguiente a las comunidades que ellos integran, sino que plantea una igualdad en la cual se excluyen las prerrogativas heredadas de las clases dominantes que disfrutaban de un bienestar extraordinario a costa de los esfuerzos y sacrificios de quienes entregaban su trabajo y vida a cambio de miserias y marginamiento. El Estado se debe a todos sus ciudadanos, a procurar la asistencia necesaria para que las riquezas de la Nación se distribuyan equitativamente y no sean solo para grupos o sectores sociales que controlen como suyos esas riquezas. Esta fue y es la manera de pensar de Hugo Chávez, por ello se gano la feroz guerra que le llevo a entregarse en alma y cuerpo a pregonar el renovado pensamiento de un “Socialismo del Siglo XXI”, una ideología enfrentada a los predominantes intereses de los que se adueñaron del extraordinario tesoro nacional para su egoísta y muy particular disfrute. En un país bendito por la naturaleza crecieron la pobreza, el hambre, las enfermedades, la ignorancia y consecuentemente los más terribles problemas expresados en ambientes deplorables donde la pérdida de valores sociales y complicidad en ello de instituciones públicas y privadas, dieron origen a la delincuencia en sus variadas manifestaciones. Quienes se interesaron en acumular grandes fortunas no velaron por sus conciudadanos que abandonados a su suerte luchaban infructuosamente por alcanzar un nivel de vida medianamente satisfactorio. De allí los cordones de miseria que surgieron alrededor de las ciudades, y la práctica de dominación y sumisión de los “Dueños del Valle” para quienes aspiraban alguna mejora en sus condiciones de existencia. El Estado sometido a la voluntad de los “demócratas” ambiciosos cayó a los pies de potencias extranjeras que como un día lo hicieron tiempo atrás, saquearon al país y dejaron algunas migajas a sus acólitos y apátridas representantes nacionales, valga identificar esto como capitalismo.
El liderazgo pertenece más al cuerpo que a las ideas, con el se puede inclinar la balanza al influir en el pensamiento e ideas de la gente, el Comandante Chávez fue un líder sin duda alguna. Seguidores y detractores así lo reconocen. No en balde se gano el aprecio y admiración de multitud de Estados y sus gobernantes, no en balde supo mantener el amor y esperanzas de millones en nuestra Patria y allende sus fronteras. Ese liderazgo de su existencia biológica ahora se transmite a su existencia histórica, se une a su legado ideológico y parece fundirse en un solo ser que ha constituido un modelo a imitarse. La originalidad de quienes así lo hagan, estará determinada por la continuidad de su ejemplo al enfrentarse a nuevas situaciones con la agudeza y enorme capacidad e inteligencia que le permitan superar exitosamente los nuevos retos.
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