Todo pareciera indicar, que esta es la historia de un gobierno que quiere gobernar y una oposición que siempre se lo impide, y el gobierno lo tolera, casi estoicamente. Desde la llegada de Chávez al poder hasta hoy, el gobierno ha mantenido ambigüedades en sus políticas de Estado: Keynesianismo, populismo, asistencialismo, “socialismo de mercado”, sustitución de importaciones y uno que otro contenido neoliberal, se usan en distintos momentos. No falta el mesianismo. Otro problemita es, que lo electoral pesa muchísimo en todas las instancias de gobierno. Ministros, gobernadores, diputados y alcaldes se han acostumbrado a que sus dedos decidan electoralmente. Chávez los enseñó a esto.
La oposición nos ha dado diversas oportunidades para profundizar la revolución, pero el cuento de la democracia, de la pluralidad política, para distanciarse de lo ocurrido en la Unión Soviética, nos inmoviliza. La situación se complica; el gobierno ha asumido el camino de la socialdemocracia, influenciado por asesores y altos funcionarios. Sobran ejemplos para demostrar, como las teorías y prácticas socialdemócratas, han destruido revoluciones. No es una casualidad; son agentes del capital.
Desde la primera campaña electoral del Comandante Chávez, hasta hoy, la oposición le ha dado pelea al gobierno. El gobierno siempre ha estado a la defensiva. Nos recuerda a Mohama Alí, llevando golpes en la soga, pero cuando sacaba la mano, temblaba el contrincante, y enloquecía el público. Nuestro gobierno golpea es con la chequera. La burguesía estira la mano, recibe el acostumbrado apoyo financiero, calcula cuanto ganará en el comercio, y cuanto vendiendo dólares en el mercado paralelo, y algunos harán lo que han hecho siempre: llevárselos para el exterior, se miran entre sí, se “pican” el ojo y se frotan las manos. Están cómodos; el chantaje funcionó. Son los mismos de siempre, los del paro petrolero, del Golpe de Estado, de las guarimbas, de la especulación, del contrabando y de los asesinatos, los aliados incondicionales del imperio. Odian a Maduro, como odiaban a Chávez, pero el gobierno cheque con ellos, y ellos, cachos con él. Es la falsa tesis de que desarrollando el capitalismo, se llega al socialismo. Debería haber socialismo en USA, Inglaterra, Francia, Alemania, etc. ¿Nos derrotará el enemigo histórico o el enemigo interno?
Creer que hay una oposición democrática y otra fascista, es como creer que hay un capitalismo bueno y otro malo. Esta conducta del gobierno, demuestra hasta donde ha llegado la influencia socialdemócrata a Miraflores. Se ha creído que el “ni calco ni copia”, implica absoluta originalidad. El gobierno cree, que no hay una ruta hacia el socialismo, por eso el aventurerismo, la experimentación, y el pragmatismo son lícitos. El error se agiganta, cuando el gobierno insiste en solicitarle a la burguesía que dialogue, que sea democrática. El gobierno pretende que el País Potencia (desarrollismo), se haga con el enemigo histórico de la clase trabajadora y de los intereses nacionales: la burguesía. Se olvida o se quiere ocultar, que el progreso y la industrialización, son hijos del capitalismo. Cosas vieres Sancho.
Socialdemocratizado el marxismo, se impone la tesis del “desarrollo de las fuerzas productivas”, para emprender la industrialización del país, pero se asume en el gobierno, que ésta labor debe hacerla el sector privado. El mismo que desde Juan Vicente Gómez, se viene chuleado a todos los gobiernos, no tienen parque industrial, son meramente importadores, sin tecnología ni mercados propios, y como si fuera poco son pitiyanquis. No se sabe a quién le tiene más miedo el gobierno, si a la burguesía o al Poder Popular organizado, que es el verdadero sujeto histórico revolucionario. Fuerza productiva sin conciencia de clase no hace revolución.
Supongamos que el sector privado con la bola de dólares que le han dado todos los gobiernos, se decidiera a desarrolla una industrialización capitalista en Venezuela, asunto que no es soplar y hacer botellas. Recordemos que el imperialismo le tiene roles muy bien demarcados a las burguesías nacionales. Empleo privado, es explotación privada de la fuerza de trabajo, es contrarrevolución y además, destrucción de materias primas aceleradamente. El petróleo, el gas, el hierro, el oro, el coltán, el agua y otras valiosas materias primas que poseemos, debemos dejarlas en herencia a nuestros hijos y nietos. Será entonces su presente. Acelerar la explotación de estos productos estratégicos, es comportarse como el capitalismo: depredadores. Acaso preferimos dejarle un país en ruinas. Tenemos que ser más racionales en el tratamiento a la naturaleza, ella no puede seguir siendo una mercancía, ES LA PACHA MAMA. Es ingenuo suponer que el capital que siempre tiende a la acumulación y a la concentración, sea suicida y ayude a estimular un modelo político que le es totalmente opuesto. La alianza de clases en lo táctico como en lo estratégico, debe hacerse con precisión meridiana. “¿Quiénes son los enemigos del pueblo?”
En el plano teórico, la cuestión es más compleja. Tomando la vieja idea hegeliana de la evolución (se les olvido lo del fin de la historia) adaptándola a estas circunstancias, se nos señala, que desarrollando el capitalismo, se abrirá el camino evolutivo para llegar al socialismo. Esta falacia, terrible equivocación teórica y práctica, produjo el descalabro de todos los partidos socialdemócratas gobernantes en Europa. La II Internacional inoculó a los Partidos Comunistas, y otras organizaciones de izquierda, y llegaron a asumir esta tesis evolutiva. En fin de cuentas, esta falsa creencia le viene a la socialdemocracia como anillo al dedo.
No es suficiente el desarrollo de la fuerza productiva. Es fundamental, vital, trascendente, el desarrollo de la CONCIENCIA SOCIAL DEL PUEBLO. Por Conciencia Social entendemos, la labor teórico-práctica, de develar el metabolismo del capital, concientizarlo, exorcizarlo y destruirlo colectivamente. Es la acción destructiva y creadora del pueblo haciendo justicia social. Conciencia es conocer, destruir y construir.
El gobierno sigue clamando en el desierto. Continúa pidiéndole a la oposición que sea democrática. Por favor, la burguesía no puede llevar la democracia que ella creó, a su máxima expresión, sería ir en su contra. Por su naturaleza y su lógica, el capital no puede ser democrático. Si deja de explotar y controlar, perece. La oposición tiene que defender los intereses del capital.
Como el conocido cuento, sobre el diván y los cachos de la esposa al marido, el gobierno pretende salir del diván. El gobierno gira en medio de una moral Judeo- cristiana, y está convencido de que la revolución hay que hacerla a punta de billete, y para eso tenemos a Pdvsa. Los números demuestran, que la burguesía nacional y las trasnacionales, se siguen quedando con la mayor parte de la renta petrolera. “Sembrar el petróleo” de Alberto Adriani, no está en el verdadero interés del gobierno. Por este camino, seguiremos viviendo de la renta petrolera. ¿Cuántos millardos de dólares tendrá la burguesía parasitaria venezolana en el exterior? ¿Qué sentido tiene darle y darle más dólares a los enemigos históricos del pueblo, si seguirán haciendo lo mismo que siempre han hecho, y además, continuarán luchando para sacar al gobierno de Miraflores? Cría cuervos y te sacaran los ojos.
No todo está perdido, el desarrollo de las contradicciones de diversa índole, que tiene intrínsecamente el capitalismo, seguirá su dinámica dialéctica. Ciertamente, la riqueza produce pobreza, pero la pobreza es mayoría, y no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
El autor es: Historiador y profesor universitario
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