Para quienes gestionan compromiso revolucionario,
desde una llovizna de amor y canto
El tránsito del pueblo de Bolívar por entre esas fechas, sin la orientación pertinente de una vanguardia, de organizaciones o partidos, en mucho se asemeja a los muchachos de la calle. Y todavía hoy, desde parámetros similares se desenvuelve el proceso bolivariano, con un pueblo que vive desde 1989 en comunión con un Estado de Ser y Estar que lo vincula con
Una masa de entusiasmo, voluntarismo y esperanza que estimulada por la idea y necesidad del cambio revolucionario, enfrentó el golpe fascista, rescató al presidente y repuso el orden constitucional que había sido vulnerado por los facinerosos nacionales, apoyados por los fascistas del Norte. Necesidad y deseo de cambio, que es el substrato ideológico de consignas como ¡Con hambre y desempleo con Chávez me restéo! y la firmeza que permitió enfrentar el Paro criminal petrolero del 2002-2003 sin caer en la provocación del saqueo.
Este pueblo, experto en sufrir por décadas engaños y maltratos demagógicos, vio en el secuestro de Chávez, aquel 11 de abril, la disipación del ideal de país que junto a él venía compartiendo. Sin embargo, todavía hoy no llega a las oficinas o buró de muchos dirigentes del proceso, el maná de ese saber popular que ve y observa en cada día nuevas razones para la defensa y profundización del proceso. La corrupción, ineficacia, amiguismo y otros vicios que hacen lobby en algunos ministerios o instituciones públicas se debe a ese no saber de la dirigencia, sobre aquel conocer del pueblo, que como antídoto diferencia el interés privado o individual de las exigencias públicas, colectivas, socialistas. He allí el origen de equivocaciones e irrespeto en la relación con los sectores populares, precisamente porque ignoran cuanto saber se ha fraguado desde aquel
Si queremos que lo rescatado el
-El liderazgo del presidente Chávez,
-El protagonismo de los sectores populares, y
-La convicción de que estamos en presencia de un proceso que puede ser revolucionario siempre y cuando se respete, fortalezca y cualifique la participación popular. De lo contrario, sea en la versión reformista (que fortifica la tutela copular de partidos e institucionaliza y burocratiza las iniciativas del pueblo) o Reaccionario (aboliendo la intervención desde abajo, de los de abajo; estimulando la vuelta a la cuarta república, a la componenda burocrática, corrupción e ineficacia) la lucha por el respeto de nuestra soberanía, el socialismo y anti-imperialismo será una entelequia.
Lo alcanzado hasta ahora es bastante, nada más y nada menos la certeza sobre la conveniencia del Cambio Revolucionario, la disposición de un pueblo y la claridad del líder, falta ahora, entre otras tareas ir al convencimiento y rescate de muchos compatriotas, que jugando roles importantes en la conducción del proceso, no han terminado de entender que ellos también son parte del inventario, revisión, evaluación y exigencia en esta hora extraordinaria que vive la causa bolivariana. La mesa está servida, aprovechemos la conmemoración de este trece de abril para acercarnos a un gran acto de constricción, de demostraciones reales de compromiso, sacrificio, sencillez y humildad. Testimonios de buenas y revolucionarias acciones cumplidas por el bien del prójimo que siempre será superior a nosotros; pruebas de fe en un futuro digno para el pueblo maltratado y subyugado de NuestrAmerica. No permitamos que el reformismo siembre desconcierto y conciliación con golpistas o la reacción facilite los planes del imperio en contra del sueño bolivariano.
¡CASI SIEMPRE,
¡SOLO EL PUEBLO SALVA EL PUEBLO!
Luis Villafaña negroherejehotmail.com