La traición a la patria del Ex fiscal del Ministerio Publico, Franklin Nieves, es apenas la punta del iceberg de la felonía y conspiración contra el pueblo soberano y la República Bolivariana de Venezuela. Indudablemente que estamos en la presencia pérfida no sólo de personajes sociópatas que han violado su juramento a la Constitución Nacional y leyes de la nación; es necesario ocupar la magnitud de estos delitos en su justa dimensión, en virtud que con este tipo de apostasía y deserción, ellos deliberadamente se han puesto a la orden de los Estados Unidos de América como potencia extranjera, que permanentemente conspira y hostiliza la integridad de la patria y la instituciones republicanas. No es ningún secreto que este enemigo imperial ha venido comprando y sobornando inescrupulosamente conciencias y actitudes de funcionarios de todos los poderes públicos del Estado venezolano, incluyendo algunos de su estamento militar con fines ignominiosos. Lo lúgubre del asunto es que esta alevosía se comete a sabiendas que estas traiciones son para plegarse a una fuerza enemiga extranjera; que es un verdadero monstruo de la guerra, el cual está decidido a dominar a la patria bolivariana por vía "pacífica" o abatirnos por las armas si es necesario. Cuando se escuchan los argumentos de estos apátridas, sabemos que responden al libreto permanentemente expuesto junto a sus secuaces mediáticos, que intentan desmoralizar al glorioso pueblo de Bolívar y colocar a la nación venezolana como una dictadura y un Estado fallido en el escenario internacional. Es necesario percibir que esta vil estratagema también responde, a tratar de configurar un escenario de violencia y desestabilización para las próximas elecciones parlamentarias de Dic. 2015, que desde ahora la consideran perdidas ante el electorado popular del Gran Polo Patriótico. Hay que estar alerta, alerta y más alerta de aquellos funcionarios débiles que se venden por ofrecimientos de visas estadounidenses y fuertes sumas de dólares, las cuales supuestamente taparan su perfidia e indigna traición a la patria. Ya los hemos vistos aparecer como gotas ácidas de la terrible conspiración, y seguirán apareciendo como espantapájaros que intentan ahuyentar las glorias libertarias y antiimperialistas del pueblo de Venezuela. Es hora de enfrentarlos decididamente por nuestra soberanía y dignidad. Es un gran desafío que tenemos los patriotas del siglo XXI en esta coyuntura preelectoral. Ante ello contamos con la fuerza moral del pueblo creyente y heroico de Venezuela: Unidad, lucha, batalla y victoria. Venceremos.