La palabra fraude desapareció del panorama electoral venezolano y, es lógico, la oposición ganó. Sin embargo, es el gobierno quien duda de los resultados, sobre todo cuando el programa "Con el mazo dando" muestra a la opinión pública, un audio en el cual dos personas identificadas, una como Carlos Hermoso, dirigente de Bandera Roja, y el otro como "El pollo", conversan sobre la compra de votos en las elecciones e inclusive sobre las ventajas que lograría la oposición, tanto en votos como en número de diputados. Independientemente, de que la oposición haya ganado la mayoría de parlamentarios a la Asamblea nacional y, que como sea obliga al gobierno a revisar sus políticas; aun así es necesario analizar lo que se revela en el audio.
En un primer momento, interpretando la conversación, pensé por lo dicho sobre las ventajas que dicen obtendrían, que el sistema electrónico del CNE, había sido vulnerado. Sin embargo, cuando avanza la conversación, infiero que la compra del voto estuvo a la orden del día y, sospecho que tal compra se realizó en sectores del oeste de Caracas, y en las zonas marginales de las diferentes y más importantes ciudades del país que tenían la mayor cantidad de votantes. Es más, en el audio se comenta, sobre la existencia en abundancia del dinero con el cual se le pagaría al vendedor del voto y, no sería extraño que el mismo existiera antes de que iniciara formalmente la campaña y, a escasas horas de los comicios.
De la misma manera, la conversación en cuestión, me hizo recordar que revisando el Facebook, observé unos comprobantes de votación (Anaco) fotografiados, lo que no ha debido ser, y lo comprendo ahora. No hubo, por parte del Plan República, ni por el CNE, alguna normativa que prohibiera el pase de celulares a la mesa de votación y, si la hubo, no fue puesta en práctica. Como estamos en un mundo de complicidades, cualquiera podía fotografiar el comprobante del voto. ¿Para qué? y ¿Por qué no hubo control sobre los celulares?
Bajo este descuido institucional, se pudo fraguar la compra del voto. Es decir, el comprobante fotografiado, era la única oportunidad que tenía el vendedor del voto para cobrar lo que el comprador de voto le ofreció y, de esa manera controlar y saber mas o menos con algún margen de error, la proyección final de los resultados, porque en situaciones normales, con un sistema electoral blindado y en el cual el Plan República y el CNE, cuiden que nadie entre con celulares a las mesas de votación, la posibilidad de comprar el voto, es difícil, porque ningún comprador, va a pagar por un voto, si no sabe lo que el vendedor hizo al momento de votar, escondido detrás del cartón que cubre la maquina. Es decir, quedaría la duda de por quién votó. Entonces, el celular, de libre pase el día de las elecciones pudo haberse convertido en el aliado perfecto del comprador de votos para obtener resultados positivos. Visto así, es posible que el gobierno tenga razón cuando sospecha que la oposición compró votos.
Igualmente, hay que mencionar y es una cuestión, vox populi, por lo menos en mi zona de residencia, que en la selección de los miembros de mesa por parte del CNE, no se sabe que elementos se consideran para seleccionarlos, porque hubo gente que me comentó que la mayoría de los miembros de una mesa eran gente de oposición y, en estos tiempos que corren, creo que cada tolda política debe proponer sus candidatos a ser miembros de mesa, sino puede pasar cualquier cosa que afecte al otro competidor.
Pero, creo que ya el daño está hecho, pero se debe estar pendiente para próximas elecciones, de estas irregularidades. Eso significa, capacitar y fortalecer los cuadros revolucionarios para la vigilancia del voto en futuros eventos y, de parte de las autoridades del CNE y el Plan Republica, no permitir la entrada de personas con celulares a los centros de votación.
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