Debe imprimirse más Socialismo a la economía venezolana. ¡Radicalizar!. Profundizar la Revolución. Urge un Decreto de Emergencia Económica en el marco de la rectificación, de la rebelión contra la agresión y del renacimiento de la Patria.
* Es necesario superar las sendas del irracional Modelo Rentista Petrolero, virando hacia un modelo productivo de bienestar comunitario. Trascender este perverso rentismo hacia un nuevo esquema socioeconómico que privilegie la producción, claro está, en el marco de unas "relaciones armoniosas entre los seres humanos y entre éstos y la naturaleza".
* Toda la Patria debe volcarse a la tarea de la producción. "Contribuyendo con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana", sí, pero a la producción. Esto, en el marco de la armonización socialista de las políticas fiscal, cambiaria, monetaria y comercial, con déficit minimizado, impuestos y regulaciones progresivas, racional tipo de cambio, dinero inorgánico cero y comercio nacional e internacional transparente y justo.
* Se impone el impulso de los motores productivos de la economía venezolana: el petróleo, la petroquímica, la construcción, la industria, lo agropecuario, la agroindustria, la manufactura, el turismo, el sector textil, las comunicaciones y la minería. También manejar soberanamente el petróleo, vale decir, instrumentar una política petrolera cada vez más independiente y soberana.
* La producción masiva de alimentos es un clamor popular en Venezuela, al igual que la democratización de la tenencia de la tierra. "Producir lo que nos comemos". Del mismo modo, la emancipación venezolana del Sistema Financiero Internacional. Combatir el injerencista mecanismo de la dominación denominado "riesgo país".
* Debe restablecerse la presencia del Estado en las tareas productivas y, en relación con las empresas estatales estratégicas liberadas, es indispensable la superación de los problemas de gestión interna, así como la fuerte dispersión y fraccionamiento, las dificultades de gobernabilidad, la diatriba politiquera, la ausencia de planes y metas, y la falta de conectividad con el resto de la cadena de producción, distribución y mercadeo.
* En esta difícil hora de la Patria, apremia combatir frontalmente la especulación, el acaparamiento, el robo de dólares y el contrabando de extracción, vale decir, las devastadoras expresiones de la Guerra Económica, así como la Guerra Psicosocial y Comunicacional y, en paralelo, golpear duramente al delito y a la trampa, con robustas labores de inteligencia, infiltración y captura –sin impunidad judicial–, y con una vigorosa contraloría social por parte de las organizaciones de masas llamadas a defender el proceso revolucionario.
@frankllegas