Reiterativamente hemos venido argumentando que en nuestra Venezuela se registran 462 especies de plantas alimenticias. De ellas 241 son nativas y 221 introducidas. Hay además, estudios detallados de 288 especies de frutales que arrojaron propiedades medicinales, además de decorar campos, cercas y patios. De esa inmensa diversidad de especies alimenticias- gracias a la asesoría de expertos internacionales y su trabajo esquemático y reduccionista- sólo se detallan en los Censos Agrícolas(2008), alrededor de 78 especies alimentarias. Núñez, (2010).
Algunos datos adicionales: el arroz se cultiva en 12 estados; el maíz se cultiva en 21; la caraota en 20; el frijol en 18; la yuca en 22; las musáceas en 24; los aguacates en 21; los mangos, limón y lechosa en 21; las naranjas en 18; las hortalizas en 4 estados andinos y monagas; el café en 22; caña en 15; cacao en 17; la cría de bovinos, aves y pesqueros en 20 y el levante de porcinos en 22 estados. Todas y otras diversidades de especies de plantas originarias de cada región diferente en Venezuela, nos permite elaborar varias reflexiones.
La primera consideración: existe un potencial agroalimentario nacional, el cual debe orientarse hacia la diversificación de la producción, respetando las condiciones específicas agroecológicas de cada socio-bio-region en particular. Esta realidad tangible, del proceso productivo para cada asociaciones de cultivos, se interpreta desde una visión muy lineal, cometiendo el pecado original de proyectar la producción de cualquier cultivo allí presente, desde la visión del monocultivo; siendo una producción que obedece a un enfoque de asociación de cultivos o policultivos. Son dos lógicas y racionalidades contrapuestas: el pensamiento ego-lineal-fragmentado (monocultivos) versus pensamiento complejo (diversidad de cultivos).
El pensamiento lineal del monocultivo, nos ha llevado a cometer toda una serie de errores técnicos-ambientales, los cuales a posteriori, desdibujan el carácter insustentable de los procesos productivos.
Visto desde otras perspectivas científicas y técnicas; el manejo apropiado de los suelos; los tantos diseños y arreglos en las asociaciones de cultivos en las épocas de siembras especificas y las necesidades de aprovisionamiento familiar; los distintos usos de las ecotecnologías y las racionalidades ambientales exigidas; frente a las tensiones climatológicas no son tomados en cuenta en el monocultivo. Consideraciones, según a nuestro buen entender, son fundamentales para garantizar el adecuado despliegue, para la organización social de la producción en los tantos espacios diversificados.
Otra destacada reflexión, es la subestimación en la combinación de cultivos y como desde sus interacciones e interrelaciones, se dan las condiciones para conformar varias Eco-Redes Agroalimentaria entre la diversificación de las especies alimentarias.
Desde las perspectivas de redes en redes y las tantas combinaciones de plantas alimenticias que se conforman, podemos ubicar los patrones culturales de dietas para la región concreta; y priorizar o potenciar la organización de su producción de alimentos en base a estos patrones. Bajo estas mismas premisas, podemos saber, en que otras eco-regiones o localidades se dan las posibilidades de producir los alimentos que esta región concreta no produce, pero que requiere según sus patrones alimenticios; o mejor aún, encontrar sustitutos apropiados a las costumbres y tradiciones de la región, que son producidos localmente, y así evitar, la importación.
Para entender tal dinámica, tomemos las cifras anteriores y la ubicación originaria de las especies de plantas alimenticias o unidades de producción, que encontramos entre los distintos estados.
De los 162 platos de la cultura gastronómica venezolana que se conocen, seleccionemos los nueve más populares valorando la combinación de cultivos que se da en cada uno de ellos. Por ejemplo: la arepa. La arepa rellena significa un punto de encuentro con 16 combinaciones de alimentos o eco-redes(sub-redes) alimentarias; las empanaditas se nuclean con 17 eco-redes; los sancochos y carnes en contornos se combinan con 26 alimentos; nuestro tradicional pabellón integra 16 ; la tizana de frutas 12; las cachapas, la parrilla criolla y las tortas con quesillo nos mezclan 9 eco-redes.
Se entiende, que en estos 9 platos más populares de la cultura venezolana, podemos confeccionar un total de 147 eco-redes agroalimentarias. Es de hacer notar y como ejercicio lo aconsejamos, que si deseamos ubicar en un mapa de la geografía nacional, el sentido del origen de cada cultivo, podemos interpretar, cuantos cultivos, alimentos o unidades de producción tenemos en cada estado y los faltantes. Con esta aproximación se da una nueva revalorizaron del potencial agrícola, gastronómico y de acervo cultural que nuestras condiciones agroecológicas regionales nos representan.
Nos quedaría entender ¿cómo y desde que perspectiva potenciamos los diferentes procesos productivos en la diversificación de cultivos y la conformación de las redes y la naturaleza de sus condiciones gastronómicas culturales de cada región ?
Esta nueva forma de interpretar, los procesos productivos que naturalmente se dan en la Venezuela tropical, se fundan en el conuco. Las eco-redes nacen del conuco y de este, deben impulsarse las eco-redes.
Afortunadamente, en la extensa literatura y en la práctica, hemos conocido e investigado las distintas bondades científicas, técnicas, agroecológicas y culturales del conuco. Núñez (1997) y (2010). Dada su racionalidad ambiental, en términos de los rendimientos y productividad, lo valoramos, desde la perspectiva de la razón equivalente o eficiente del uso de la tierra (RET). Vandermeer (1992). Definida como el área de superficie relativa de monocultivo requerida para producir los mismos rendimientos que plantas en policultivos. Si la relación es mayor que 1, ello implica que el policultivo presenta un mayor rendimiento que el monocultivo. En los diseños más tradicionales de la combinación de maíz, caraota y auyama, siempre sobrepasa los rendimientos al monocultivo del maíz. Se ha dado el caso que con la diversificación señalada, se han obtenido sobre-rendimientos de 218% de producción por hectárea, lo que significa en utilidades de 1013% más rentable que el monocultivo maíz. Martinez (2011).
Desde esta formula (RET) podemos entender los distintos valores que se encuentran en las diferentes combinaciones de asociaciones de cultivos que planifiquemos. Por ejemplo: en los patios productivos de los maestros pueblos del IALA en un promedio de 1,258 hectáreas y combinándose en 22 cultivos, anualmente registran una producción de 10200 kgs. de alimentos, En los terrenos del IALA, nos preparamos para cosechar aproximadamente unas 20000 kgs de ocumo blanco, el cual ha sido asociado con plantas de lechosa enana o maradona; frijol, auyama y melón. Así mismo esperamos en las próximas semanas arrimar 400 sacos de yuca producidos agroecologicamente.
Debemos resaltar que la agroecología, se funda y sustenta, en la agricultura campesina (base diversidad biológica), que nos produce el 70% de los alimentos que consumimos, haciendo un uso de 30% del suelo e invirtiendo en recurso agua y energía solo un 20%. Contrario al monocultivo agro-industrial el cual utiliza 70% del suelo, consumen y contaminan significantes cantidades de agua y energía y solo produce el 30% de los alimentos. Altieri (2015).
Por otra parte, en el modo de producción conuquera, donde se entienden toda una serie de combinaciones por las eco-tecnologías, encontramos algunos antídotos básicos y de avanzada que atenúan las consecuencias de los cambios climáticos. Son las ecotecnologías que se identifican con la producción de los tres ceros(0). El primero tiene que ver con la inversión de energía solar gratis en sustitución a la energía fósil y contaminante en la producción de biomasa verde. Esta biomasa se incorpora para mejorar la bio-estructura de los suelos. Cero(0) producción de desecho y el sistema de producción conuquera emite cero(0) emisiones de gases efectos invernaderos contaminantes. Se cumple el mandato de la producción de los tres ceros(0 energía; 0 desechos y 0 contaminantes).
El agroecosistema conuquero tienen sus complejidades de auto-regulación y sinergias, las cuales van indicando pautas a los distintos procesos productivos. Son sistemas diversos; descentralizados y adaptados a las distintas limitaciones y condiciones agroecológicas. Los conucos no sólos, se orientan a la tradicional exigencia en aumentar la productividad, las ganancias y los rendimientos; obedecen también, a una relación de mayor complementariedad e interrelación con la naturaleza. Esto implica nexos de cooperación y cuidado del espacio productivo y el entorno. Allí y como lo hemos constatado, emerge el apoyo y colaboración de todos con todos, del respeto a todos los seres y producir lo suficientemente decente, para el aprovisionamiento alimentario permanente de sus familias y las comunidades con quien están interactuando.
No es casual, que veamos con mucha simpatía, el discurso del Presidente Venezolano Nicolas Maduro, el pasado 30 de Enero del 2016, llamando al pueblo a retomar los conucos.
Es imperativo entender, que la visión u enfoque a la propuesta de diversificación de la producción, necesariamente tiene y debe tomar en cuenta las siguientes consideraciones: -existen un buen numero de productores invisivilizados produciendo considerables cantidades de comida,(ejemplos Maestros Pueblos). Ellos exigen un acompañamiento diferente, ser oídos y respetados desde su visión integral, holística y misión productora. Los diseños que ellos conocen en las asociaciones de especies de plantas, llevan implícito el manejo del agro-ecosistema conuquero y otros tantos saberes, que esperan ser potenciados. Son en síntesis nuestros Maestros y sus conocimientos, quienes sustentan la real pertinencia, para elevar los procesos productivos agroalimentarios en nuestros territorios.
Referencias Bibliográficas
Altieri M (2015) en línea.(CNN-Chile Agroecología y Sustentabilidad 23/03/2015).
Gutiérrez M. A.; Aguilar C.; Galdámez J. Pérez S. (2011) en Línea. Importancia ecológica y socio- económica de los sistemas de policultivos maíz-frijol-calabaza en la Frailesca, Chiapas, Méxicohttp://www.somas.org.mx/pdf/pdfs_libros/agriculturasostenible5/5_1/76.pdf.
Núñez, M.A.(1997) (2000) Manual de Técnicas Agroecológicas. 2da. Edición (2002) PNUD-Mexico. IPIAT-Venezuela. http://www.redfia.net.gt/pnuma.html
Núñez, M.A. (2010) Venezuela Ecosocialista; Un debate Pendiente. Gráficas Porta-titulo. Mérida,Estado Mérida. Venezuela.
Vandermeer, J. (1989) The Ecology of Intercropping. Cambrige University Press. Press Sindicate of University of Cambrige, Great Britain.