Cantando al gordo y el flaco

Hasta hace unos años, el consumismo pér cápita de alimentos nos convertía en un pueblo de gordos de manera insana pues la alta ingesta de harinas, alcohol, grasas saturadas y dulces estaban disparando los altos índices de diabéticos, hipertensos y otras enfermedades por malos hábitos alimenticios, pero, actualmente surge el otro extremo, donde pasamos a ingerir alimentos más saludables solo que bajo carencias de proteínas, carbohidratos, grasas y azúcares necesarias para el cuerpo humano, por tanto, un pueblo sin la balanza alimentaria en su ingesta.

El peso promedio del venezolano comienza a descender aceleradamente y el combo del boicot económico, la corrupción en distribución de alimentos y el llamado bachaqueo (acaparadores de productos), disparan cifras alarmantes que algunos se niegan a ver como una realidad. No es de extrañar que el venezolano esté perdiendo un promedio de 10 kilos de peso, afectando de manera más peligrosa a niños y ancianos pero notándose también como fuerte impacto entre los jóvenes. ¡Y salta la voz de Alí Primera cantando! ¡Los niñitos macilentos, que habitan allá en los cerros, más que vivir agonizan entretejiendo sus sueños, más que vivir agonizan entretejiendo sus sueños…!

En la Venezuela de hoy, ante la difícil situación que vivimos, viajo en el tiempo pasado rememorando canciones y series cómicas de blanco y negro cuando al caminar las calles de barrios, poblados o ciudades, veo a un pueblo del que soy parte y, aun sufriendo los rigores de un criminal exterminio, somos capaces de reírnos de nosotros mismos para aliviar la carga del día a día que nos toca enfrentar. En esa evocación comparativamente risible de la infancia, es inevitable para mí, recordar los personajes de la serie cómica "El Gordo y el Flaco", basada en un obeso mandón y un delgado sometido, (aunque éste último astuto e inteligente frente a las imposiciones del gordo). La verdad de nuestro país es esa, los políticos andan gordos rodeados de un pueblo flaco y, aunque el venezolano sufre, también ríe apelando al buen humor definiendo la situación como "la dieta de Maduro" y en otros casos, tras un análisis serio como "la guerra económica", lo cierto es que, un altísimo porcentaje de los venezolanos pasamos a ser unos reales escuálidos físicamente, aun sin serlo en lo ideológico como lo definió en su momento el Comandante Chávez para marcarlo como un decir de los "macilentos políticos".

Puedo decir que al momento de escribir esta nota llevaba 20 kilos menos de peso en mi cuerpo, conllevando cambios radicales en el vestir del cuerpo y mente. Por ahora, los gordos (politiqueros de todos los colores) juegan su papel por el poder frente a los flacos (pueblo sufrido en general que comienza a enfermar y morir en este exterminio), más allá de un clap (bolsa de comida o combo de productos mensuales) que llega intempestivamente improvisado dejando a muchos sin acceso por no tener el dinero efectivo para pagarlo en el momento. Indigna ver en la tv a los gordos de una tendencia dando cifras de buen comer y a los otros de ser inocentes empresarios.

Lamentablemente, nunca pensé que sería una realidad en un país tan rico, bello y noble como el nuestro. Por eso, en esta resistencia donde no participan todos, ¡solo los pendejos!, escucho a algunos que deportivamente nos gritan el saludo de ¡camarada! por un lado y, ¡compañero! por el otro, cuando en una alarma de fondo musical vigente llega la voz del poeta cantor Alí Primera diciendo: ¡no te dejes engañar, cuando te hablen de progreso, porque tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso, porque tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso!..



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Larry Márquez Peralta


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