Ya era hora que Venezuela diera el paso que ha debido producirse si no hace 18 años, cuando llegó el Comandante Hugo Chávez al poder, si ese proceso se hubiese iniciado cuando se constituyó la Celac el 23 de febrero de 2010, es decir, hace 6 años, la OEA no hubiese tomado el cuerpo y fortalecido por el concenso incluso de los países progresistas que quizás ingenuamente pensaron que ese organismo podía, cuando menos, respetar sus postulados con los cuales el gobierno de los Estados Unidos y su agente Almugre y varios gobiernos cipayos como el mexicano de Peña Nieto acaban de limpiar el rabo al pretender tutelar a Venezuela o crear una fuerza militar "multinacional" de países latinoamericanos como lo parodiaron en octubre de 1962 contra Cuba cuando la crisis de los misiles (el gobierno sátrapa de Betancourt envió varios barcos al bloqueo militar de la Isla de la dignidad) o cuando muchos de esos mismos países cohonestaron y apoyaron la infame invasión yanqui a la República Dominicana en 1965. Esos postulados nunca se cumplieron en los 69 años de fundada la OEA. Estados Unidos siempre los violentaron.
Volvamos 55 años atrás, cuando Cuba fue expulsada de la OEA para contextualizar lo que está ocurriendo con Venezuela. Si algún país sabe lo que en verdad era la OEA ese es Cuba, botada del organismo regional el 31 de enero de 1962 y Venezuela tuvo un papel estelar en aquella infame Resolución VI que establecía una razón ideológica/política: la "Exclusión del actual Gobierno de Cuba de su participación en el Sistema Interamericano".
¿Con cuál argumento o razón se tomaba aquella decisión promovida por el gobierno del presidente Kennedy y el de Rómulo Betancourt fundamentalmente en una típica acción de la guerra fría? Leamos la Resolución de la expulsión de Cuba de la OEA.
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Que la adhesión de cualquier miembro de la OEA al marxismo-leninismo es incompatible con el Sistema Interamericano y el alineamiento de tal Gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y la solidaridad del Hemisferio.
2. Que el actual Gobierno de Cuba, que oficialmente se ha identificado como un gobierno marxista-leninista, es incompatible con los principios y propósitos del Sistema Interamericano.
3. Que esta incompatibilidad excluye al actual Gobierno de Cuba de su participación en el Sistema Interamericano.
No por casualidad o capricho el Comandante Fidel Castro puso al descubierto lo que en verdad era la OEA, un apéndice del Estado norteamericano, defensor de sus intereses y no de los estados americanos, de allí aquel famoso apotegma: "la OEA es el Ministerio de Colonias de los Estados Unidos".
¿Tiene que ver o hay alguna similitud entre lo ocurrido con Cuba y lo que hoy ocurre con Venezuela o todo es diferente?
Hay una circunstancia que se debe señalar, la actitud en 1962 del presidente mexicano Adolfo López Mateos quien se negó a acompañar a los Estados Unidos del Norte y al resto de los países latinoamericanos alineados en las coordenadas anticomunistas norteamericana, en sus maniobras de aislar y agredir a Cuba a partir de su expulsión de la OEA. La actitud mexicana reiteraba así un principio del respeto a la libre autodeterminación y soberanía de las naciones emanado de la Revolución Mexicana de 1910. Pero hoy el malinchismo, la nacional traición se impuso bajo el gobierno narco genocida de Peña Nieto, que no sólo lanzó a la basura la política tradicional mexicana de no injerencia en los asuntos de otros países sino que se puso a la vanguardia del cipayismo y el deshonor de los gobiernos derechistas latinoamericanos en su afán de destruir a la Revolución Bolivariana.
Una entente de países derechistas y conservadores que en su afán de destruir a Venezuela no se han percatado de lo peligroso de esa política que con toda seguridad se les va a revertir, allí está el ejemplo de 20 mil campesinos mexicanos frente al ministerio de relaciones exteriores de México exigiendo el cese a la injerencia en nuestro país, y eso nos da un pie para llamar a los pueblos de los países agresores a levantarse contra gobiernos opresores, explotadores y entreguistas como los de México, Argentina, Brasil, Paraguay, Honduras, Guatemala, Chile, Perú, Panamá y otros e instaurar y construir, a partir de levantamientos e insurrecciones populares, auténticas democracias populares. Hay antecedentes cercanos Ya los pueblos de Argentina, Ecuador, Bolivia hace pocos años (1991) se levantaron en insurrección popular y arrojaron del poder a sus opresores y vende patria. Fernando de la Rua, en Argentina; Jamil Mahuad, en Ecuador; Gonzalo Sánchez, en Bolivia.
Pero no sólo eso, la bárbara acción del Estado yanqui contra Venezuela dentro de la OEA y sus marionetas ejecutoras, comenzando con Almugre, pone a su vez bombas de tiempo en los flancos más sensibles y débiles de la organización que no pasará mucho tiempo para que se produzca la implosión y se produzca el derrumbe y esa nefasta organización salte hecha añicos, ello es inevitable. No es de extrañar una reacción en cadena siguiendo el ejemplo que Venezuela dio de salirse de esa ergástula opresiva y enemiga de los pueblos, ministerio de colonias como la catalogara Fidel Castro, que nació chorreando sangre aquel 12 de abril de 1948 en Bogotá, fresca aun la sangre del patriota Jorge Eliécer Gaitán, asesinado por la oligarquía y el imperialismo que asesinó a 300 mil colombianos.
¿Qué van a hacer dentro de la OEA naciones hermanas como Bolivia, Ecuador, Surinam, Nicaragua, El Salvador, Haití, República Dominicana, Belice, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y otras naciones caribeñas, que sí han recibido el apoyo solidario de Venezuela en petróleo y en muchos otros aspectos?
Un visionario como lo fue el Presidente/Comandante Hugo Chávez impulsó una política bolivarianísima de unidad continental y para ello impulsó la creación, primero de UNASUR, después de la CELAC, instancia fundamentalmente latinoamericana y caribeña sin el tutelaje ni la presencia de países opresores como Canadá y los Estados Unidos del Norte. Es decir, Venezuela se sale acertada y oportunamente de la OEA pero no está aislada de los países hermanos del continente y de una mayoría de gobiernos como sí lo estaba Cuba en 1962. Nuestro país tiene varias cartas diplomáticas y políticas con las cuáles jugar en la geopolítica continental y mundial. No es que Venezuela tiene o va a destruir la OEA, está se va a quedar como un cascarón hueco, vacío y va a implotar, eso ocurrirá muy pronto.
¿Qué puede ocurrir ahora, una vez que Venezuela ha dado el paso de salirse de la OEA y ser libre?
Ya señalamos que podemos presumir una cascada de salidas de naciones que no admiten la coyunda y el chantaje yanqui como recientemente ocurrió con República Dominicana, Haití y el Salvador que fueron chantajeados por esa piltrafa que es el senador yanqui Marcos Rubio, que si no votaban contra Venezuela en la OEA no serían beneficiados por los préstamos norteamericanos. O la maniobra que le hicieron a Bolivia y Haití, a quienes correspondía la presidencia y vicepresidencia del consejo general de la OEA y en una burda maniobra los defenestraron para producir una votación amañada contra Venezuela en un documento írrito.
Pero, una vez repuestos de la sorpresa por la inesperada decisión de Venezuela, los cipayos y sus jefes ¿qué pueden hacer ante el golpe recibido si ya no pueden expulsar a Venezuela porque ésta renunció a ser miembro de la OEA? Seguramente el imperio y sus lacayos van a tratar de seguir adelante en sus planes de agresión militar, aunque el espacio de maniobra se les redujo y no es fácil montar una agresión militar contra nosotros, si se aprecia el cuadro internacional donde pareciera inminente un choque entre los Estados Unidos del Norte y la República Democrática y Popular de Corea, sin contar la delicada situación en Siria y el Medio Oriente.
Hay que señalar en este análisis la actitud de Uruguay, su gobierno alineado contra Venezuela tratándose sorpresivamente de un gobierno progresista. Eso, a nuestro modo de ver, no está separado de los ocurrido con Luis Almugre, cuando Pepe Mujica le sirvió de fiador y lo promocionó en su momento entre los gobiernos progresistas de América, precisamente cuando iba a finalizar el mandato del anterior secretario general de la OEA, el también uruguayo Insulza, que dejaba su infausto mandato. Almugre ya era un agente norteamericano, miembro activo de la CIA, cuando fue canciller del presidente Mujica, lo que sugiere la transferencia de secretos de Estado uruguayo a sus verdaderos amos. Mujica, caído por inocente, más bien pendejo, presentó al Almugre como la última cocacola del desierto, lleno de méritos y bondades que ese Judas no tenía. Lo mismo hizo en Bolivia, Ecuador y otros países con gobiernos progresistas de América. ¿Cómo fue eso posible, que un político de la experiencia de Pepe Mujica se dejara penetrar en su gobierno por el imperialismo? Una vez elegido Almugre secretario general de la OEA la orden que le dieron sus amos yanquis fue que se quitara la máscara y saliera el monstruo incontrolado que hoy conocemos, la orden fue clara y terminante: había que derrocar al presidente Maduro por cualquier medio, por eso la abierta alianza con la godarria fascista venezolana. Pero una cosa piensa el burro y otra el que lo arrea. No contaban con la dignidad, la astucia y la habilidad política del presidente Nicolás Maduro, de esa valiente mujer que es la cancillera Delcy Rodríguez y del gobierno revolucionario todo. La pelea sigue ahora fuera de la OEA.
¿Qué pensará Pepe Mujica, luchador y revolucionario de tantos años, que fue engañado en sus propias barbas por quien creía alguien honesto y le sirvió de comodín a ese bandido traidor al presentarlo como sustituto de Insulza? ¿Pero es diferente la actitud del actual presidente Uruguayo enfrentado a Venezuela en el Mercosur y haciéndole el juego a los presidentes lacayos de la OEA y su bulling contra Venezuela?