"El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, podría ser "derrocado muy rápidamente" por militares si existiera esa voluntad", informó la agencia Efe.
Quienes intentaron derrocar a Chávez en 2002, liderados por la CTV, es decir la Confederación de Trabajadores de Venezuela y Fedecámaras, la organización de los empresarios venezolanos, es decir la patronal y los "trabajadores", supuestamente aliados, creyeron que eso sería no sólo rápidamente sino fácil. Casi todo el alto militar, si acaso no nos quedamos cortos, apoyaron el golpe y este resultó un fracaso. El pueblo venezolano salió a la calle a defender el Estado de Derecho y encontró un apoyo sólido entre las distintas capas del ejército, distintas a aquella del alto mando militar. La dictadura, porque esa lo fue, tanto que el nuevo presidente salió de la capa empresarial, derogó la constitución que nació del producto de un referendo popular, disolvió el congreso de la república y el Estado todo, apenas duró 48 horas. Los organizadores y ejecutores, entre quienes estuvieron hombres de confianza del entonces presidente, de aquellos del primer anillo, militar y civil, se equivocaron. La tarea no fue nada fácil como la imaginaron. Y creo no debe serlo como ahora lo imagina Trump. El mismo, hasta parece contradecirse cuando dice que eso pudiera suceder si hubiese "voluntad" y los militares se decidieran a organizarlo. Es decir, no cuenta con "los militares".
Siempre hemos creído, por razones derivadas de nuestras observaciones y lecturas, que el ejército venezolano es distinto al de otros países. Si hacemos comparaciones entre la conducta de nuestro ejército y otros del continente se hallan diferencias, sin que eso implique dejar de reconocer que en algunas oportunidades haya podido actuar tal como los otros, como por ejemplo cuando "El Caracazo" y en muchos episodios de cuando la lucha armada de los últimos años del siglo pasado. Pero de ese mismo ejército surgió Isaías Medina Angarita, mártires de la lucha contra Pérez Jiménez y los mismos que se alzaron contra este como Hugo Trejo, por sólo nombrar el más emblemático de entonces. Ese mismo ejército formó a quienes se alzaron en Carúpano, Puerto Cabello y los del 4 de febrero y 27 de noviembre. Movimientos militares todos estos que estaban signados por la postura contra el imperialismo, los políticos y clases que habían mantenido al puntofijismo. El poder de estos estaba en las altas capas del ejército convertidas a través distintas prácticas y procedimientos en adherentes de sus planes, procedimientos y objetivos, como los entrenamientos bajo dirección de militares estadounidenses.
Para justificar el golpe Trump dice que "Maduro es una amenaza para la seguridad de su gente". Y luego agrega lo que pareciera ser una broma, un chiste de mal gusto, pero también una sugerencia macabra o banalización de la capacidad del venezolano: "Ya vieron cómo los militares se dispersaron en cuanto escucharon que estallaba una bomba muy por encima de sus cabezas. Esos militares se estaban resguardando."
Pudiera ser que Trump crea que lo del golpe es un asunto de testículos y que lo acontecido ese día fue tal como él vio o le contaron. Pasa por alto varias cosas, esos muchachos que estaban allí al descampado, desarmados, atacados desde el aire por un procedimiento inusual y seguramente atendiendo a un orden de romper filas, son los descendientes de aquellos hombres que acompañaron a Bolívar a liberar un continente y derrocharon valentía y arrojo en todos los campos de batalla. Son los descendientes de aquellos que Morillo, general español, elogió ante su rey, diciéndole, "si usted pusiese bajo mis órdenes 20 mil hombres de esos, yo le pongo Europa a sus pies". Como también pasa por alto que en Vietnam, un pueblo pobre, mal armado, enfrentado a un enemigo que tenía, como tiene, las armas más sofisticadas y destructoras, que lanzaba napalm, agente naranja y toda cuanta cosa tóxica tuviera a la mano, violando las más elementales reglas de la guerra, no sólo les derrotó, sino cuando el vietcong lanzó la arremetida final para tomar a Saigón, les hizo salir huyendo en estampida. Invito a cualquiera a leer las crónicas de los últimos días de combate en esa ciudad y comprobar cómo dejaron en el abandono a todo el arsenal que poseían y en el desamparo a mucha gente que les había respaldado. Como también invito a leer "La Piel" de Curzio Malaparte, donde se narran historias de la conducta nada generosa, salvadora y constructiva de representantes del ejército de EEUU en su estadía en Italia en los tiempos de la segunda guerra mundial. Además, valoro muy poco inteligente esa mal intencionada referencia del presidente de EEUU contra nuestros militares y hasta contradictoria cuando intenta ganárselos para un golpe.
Pero ahora, a ese ejército, cuyas bases las constituye el pueblo y sus oficiales también de la misma procedencia, porque aquí por distintas razones, las clases dominantes no suelen enviar sus hijos a las filas militares, se le agrega la milicia, una reserva compuesta por militares retirados y un enorme contingente de hombres y mujeres del pueblo afectos a lo que llaman "Proceso Bolivariano", disperso por el país todo.
El 2002 fracasó el golpe. Pudiera decirse que intercedió el enorme prestigio de Chávez, que ahora no prevalece, lo que sería un muy mal cálculo. Los venezolanos en buen número, aún estando en posición crítica y discrepante con el gobierno, no queremos golpes de Estado porque estamos curados de ese mal y sabemos hacia donde generalmente eso conduce. Un número mayor, menos queremos intervención extranjera en la solución de nuestros asuntos y conocemos la cartilla esa de la promoción de golpes por parte de EEUU. Sabemos en demasía lo que busca y seguro estamos que no es nada bueno. ¿Qué habría de nuevo en eso? ¿Algún beneficio podría repararnos? La historia prueba que no. Eso sería generar una situación peor que la que hora vivimos. Por eso el golpe exitoso no es fácil, como tampoco es cosa de juegos la invasión, pues ello podría prender una guerra de extensión y consecuencias impredecibles.