Es penoso y hasta desagradable decirlo, pero eso fue lo que marcó el distanciamiento de la gente de la oposición a reunirse con Guaidó a llegar a la AN por causa indirecta por el coronavirus que asusta y mete miedo, aunque ellos dicen que no le tienen miedo a nada, porque con miedo no se llega a ninguna parte, pero será para la próxima cuando lleguen a la AN sin interferencia que perjudique a su gente que, ahora no fueron los chavistas, ni los maduristas, ni los colectivos, los que actuaron en su contra que ni piedras ni disarpos hubo está vez, para que nuevamente fracasara la convocatoria de asistencia multitudinaria de darle un revolcón de magnitud triunfadora contra Maduro y ha sido el Convid-19 quien le enchumbó la caminata sin flagelos políticos.
Y razón tuvieron ellos más que suficiente para no asistir a tan oportuno acto que mandaría a Maduro a buscar otro acomodo que lo alejara de Miraflores, donde Guaidó tiene sus ganas puestas de que más vale tarde que nunca y, salir a caminar sin gritar con la boca con tapa boca se ve feo como privados de libertad y más a la oposición que tiene que estar al día con consignas pudorosas que saquen a flote los malos caprichos de gobernar del gobierno que en nada favorece a Trump y a la oposición de gobernar en democracia como ellos quieren con su presidente autoproclamado y además, ya es hora de no ser más presidente interino que se ve como despectivo en el mundo que un joven inteligente, lleno de vida, diputado presidente, esté dando carreras sin mandó que lo respalde en el país, parece plausive, pero no es.
Ver muchas caras duras sin poder combatir en las calles de Caracas en un día tan especial que quedará enmarcado en la Historia como un día triste y estruendoso de fracaso por la enfermedad del virus que tiene al mundo pensando en él a cada momento y a otros viviendo en cuarentena permanente, que no debería ser el mal de haber muerto la concentración de Guaidó este martes 10 de marzo con una brisa que soplaba por los alrededores de plaza Chacaíto de una alegría fría y despierta con un sentir hasta hoy, que después se evaporó agría de falta de público que se alzara de provecho para una oposición que junto a Guaidó no consigue el punto g que le dé el Norte de su poder de acompañar a los demás países Latinoamericanos a estar en la órbita preTrump de más democracia neoliberal sin contagio de socialismo ni de comunismo que eso asco más bien da a los gringos.
Se entiende y es fácil de comprender, aunque no muy complaciente para Guaidó que no haya echado para adelante hoy por algo que no milita dentro de la política venezola, pero que es causa-efecto de mucho miedo de no entregarse a un enemigo que tampoco está con el gobierno, es decir, que esta vez no hay excusas que los ayude a salir de este mal día que, solamente Diosdado como siempre alegre, enfondando con su voz de líder psuvista a una oposición agrietada de tantos problemas con un problema más que los sacó de la ruta de llegar a la AN, a demostrar que la fuerza está en el pueblo, en un pueblo que vive tras de Guaidó como él lo impone como líder con etiqueta nada revolucionaria ni made en Venezuela que, tiene una visión nada populista como Maduro que los colombianos y ahora los brasileños se pelean en el escenario mundial y delante Trump a favor de Guaidó.
Pero al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, por lo que podemos decir sin temblor en la voz ninguno que el puñado de personas que asistió con Guaidó, no le tiene miedo a la muerte ni mucho menos al coronavirus y con la boca tapada, o no, está con Guaidó y como su vida es de él por él se irán hasta el infierno con tal de sali de Maduro a quien odian descaradamente con tempestad infinita, no importa sino fue hoy, pero ellos seguirán marchando haya o no colectivos chavistas que mientras haya vida y candela que meter por la Patria libre lucharán para que Guaidó sea, lo que quiera ser. Y, oposición habrá con tapa boca y con fuerza de ...
Entre tantas consignas pintadas en la concentración de Guaidó: había una que llamaba la atención desde lejos por la arrogancia de escritura atractiva en tres dimensiones alusiva a la bandera nacional y, era tan sugestivo su contenido que daba risa leerla al expresar: "Maduro tú eres el coronavirus de Venezuela y nosotros la cura".