S.O.S. Santa Paula y el nuevo virus

En momentos de la pandemia del covid19 no fue fácil para mi escribir este artículo, pero algo dentro de mi pensadora, dada la situación de riesgo en el cual me encuentro, me obligó hacerlo, no solo yo, sino todos los vecinos de Santa Paula. Por la tv siempre veo con insistencia y no sin una interrogante de mi parte, el reiterado mensaje que nos aconseja permanecer en casa, como una manera de protegerse del contagio. Esto sería lo adecuado en una urbanización donde se pudiera comprar alimentos a precios asequibles para personas que solo devengan un salario o una pensión.

Vivo en Santa Paula y en nuestra urbanización no llegan alimentos de la cesta básica, ni proteínas ni vegetales a precios justo para pensionados. Estamos en las garras del automercado Santa Paula y de una frutería, cuyos dueños por corazón tienen una máquina registradora. Parece que en momentos como estos hay que apelar un llamado de solidaridad, sin embargo ellos responden con la especulación, con el encarecimiento desmedido y el monopolio, dado que son las únicas ventas de alimento en este sector. Son estos comerciantes quienes convierten la tragedia en un negocio. Esto obliga a los vecinos a buscar otros comercios en el boulevard de El Cafetal para realizar las compras, por cierto no más económicas, pero menos especulativa que los referidos locales. Por lo tanto, otros vecinos y yo debemos salir del sector y una vez realizada la compra regresar cargados con bolsas pesadas, dado que por la zona no están trabajando ni las camionetas ni los metrobuces los cuales desaparecieron hace tiempo.

Está claro, la mejor medicina son los alimentos reales (vegetales, frutas y proteínas), una vez consumidos nos previenen de diversas enfermedades, una manera de reforzar nuestro sistema inmunológico. Sin una buena alimentación, de seguro, que el futuro que les aguarda a los niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad es un cuadro de enfermedades que llenarán los centros de salud, además con necesidades de medicamentos. Algunos vecinos, al igual que yo, renunciamos a la proteína por lo onerosa y buscamos la alternativa de los vegetales y las frutas, pero al igual que la primera estos renglones están sumamente caros. Estamos constreñidos a sucumbir a una enfermedad por carencia de vitaminas y minerales, ya que los alimentos son la única fuente proveedora de tales elementos nutritivos,

La zona de El Cafetal y Santa Paula tiene una particularidad, está habitada por numerosas personas de la tercera edad cuyos hijos se fueron al extranjero y dejaron a sus padres y abuelos en las garras de los dueños del Automercado Santa Paula y de la frutería que funcionan en el centro comercial. Quiere decir que tanto el salario que devengan algunos funcionarios (muy bajos) y las pensiones de esta zona no les alcanzan para un mercado y mucho menos para adquirir medicinas.

Ciertamente, existen oficinas para regular los precios justos de los alimentos (Sundde), además, también asamblea legislativa, centros comunales y ubch que podrían vigilar los precios del automercado y obligarlo a bajar los costos de los alimentos. Pero ninguno de estos se hacen presentes para controlar el abuso. Los dueños de tales comercios están al garete, a las expectativas de los productos de mayor consumo y de inmediato suben los precios de forma descomunal y despiadada. Cuando alguien informó que los limones son buenos para la prevención de covid19 las personas se volcaron a comprarlos, por lo que la dueña del negocio resolvió aumentar a 450.000 el kg. Estamos en las garras de una portuguesa que no se conduele de sus vecinos, a pesar que hizo una enorme fortuna durante más de 30 años especulando con los precios.

No pido mucho, lo mínimo que esperamos los vecinos de Santa Paula es que por lo menos pongan un mercado al cielo abierto, ya que por la pandemia lo prohibieron, así mismo, que lleguen las cajas clap con la regularidad que aconseja el presidente MM de igual modo, que se nos tome como una población de riesgo, dado que el dinero que devengamos no sirve ni para pagar una semana de comida, que para dos personas no baja de 3.000.000 Bs. (30 $). Y para personas cuyas pensiones y sueldos no llega a 20 $ mensual se concluirá lo improbable de estar bien alimentado. Por consiguiente, esto derivará en un sistema inmunológico debilitado para enfrentar la pandemia. Ya que el casa por casa no se hace extensivo a esta zona, solicito por favor que se invente algún mecanismo para resolver el problema de la alimentación. Quizás no nos vamos a morir infectados por el covid19, pero a Santa Paula llegó desde hace tiempo otro virus, la especulación y su vectores son la dueña del automarcado y el dueño de la frutería y estos si van acabar con la vida de los vecinos. Es un llamado de urgencia.


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Enoc Sánchez


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