Economía del bien común. Un nuevo sendero a seguir

"Una verdadera crisis histórica ocurre cuando hay algo que está muriendo pero no termina de morir y al mismo tiempo hay algo que está naciendo pero tampoco termina de nacer". Antonio Gramsci.

Actualmente existe una crisis civilizatoria, originada en gran medida por el capitalismo, que está llamado a reinventarse por ser un modelo insostenible ( en declive), que genera desigualdades, desempleo, consumismo, crisis de identidad, crisis de valores y crisis de democracias.

El paradigma del modelo mental económico-social, cambia desde la lucha feroz y el egoísmo avaricioso a la cooperación y el altruismo generoso, del fin de buscar ganancia a contribuir al bien común, es decir, el capital es el medio no el fin para lograr la felicidad de todos. Engloba un abanico de entidades con diferentes modelos empresariales y organizativos. Operan en una gran variedad de sectores económicos: agricultura, pesca, construcción, reutilización y reparación, gestión de residuos, comercio mayoritario y minorista, energía y clima, información y comunicación, actividades financieras y de seguros, actividades inmobiliarias, profesionales, científicas y técnicas, educación, salud humana y actividades de trabajo social, arte, cultura y medios de comunicación.

Con la implementación de "la economía del bien común" se supera la dicotomía entre el capitalismo y el comunismo, entre el poder absoluto del mercado (la mano invisible, alabada en sus días y hoy tan desnotada) y la economía planificada (que acaba corrompiéndose).

"La economía del bien común" se basa en valores de relaciones humanas en su forma más saludable (la confianza, la cooperación, el aprecio, la determinación, la voluntad de compartir); estos nos hacen mejores ciudadanos y más felices.

Desde la economía social se propone crear bancos democráticos, impulsar la democracia directa, enseñar desde las escuelas valores, las emociones, la ética, comunicación , educación democrática y experiencias con la naturaleza, con ellos lograr mejores balances empresariales del bien común, no por su rentabilidad económica sino por sus rendimientos sociales, ecológicos, democráticos y distributivos.

La economía conductual de Shiller, Akeroff y la economía del bien común de Felber coinciden en la importancia de la generosidad como elemento distintivo del ser humano. Determinante en lo social; y solo la solidaridad genera sostenibilidad.

Hay otras maneras de reinventarnos socialmente, de pensar, de sentir, de crecer, lo que se conecta con la armonía de Confucio, con el desarrollo planteado por Aristóteles, con la serenidad de Séneca y la ética de Kant.

Nuestro país, nuestra sociedad debe buscar nuevas formas de crecimiento y desarrollo económico, donde el fin de generar riquezas sea visto como instrumento de bienestar para todos, que sea inclusivo, democrático, solidario, armonioso y respetuoso del medio ambiente, sostenible, sustentable y así alcanzar la suprema felicidad en la patria que queremos.

Contamos con un sinfín de potencialidades, grandes riquezas naturales, posición geográfica estratégica, un bono demográfico alentador, talento humano, entre otros. La nueva visión de emprendimiento y desarrollo inicia en las dimensiones política, económica, social, cultural y territorial, con enfoque en los factores humanos, desde cada espacio de segregación territorial necesitamos reagruparnos, el país como unidad sistémica,(regiones, subregiones) desde la organización espacial o territorial local (Consejos comunales, comunas, ciudades comunales), generar redes lugarizadas o comunalizadas de los diversos sectores (salud, educación, turismo, infraestructura, servicios, educación, entre otros) para fortalecer áreas estratégicas a través de programas o proyectos económicos partiendo desde la dimensión cultural como eje transversal y elemento intrínseco de transformación en la sociedad.

Desde nuestra comunidad podemos impulsar cambios significativos de enseñanza- aprendizaje, uniendo la teoría y la praxis como ejemplo la puesta en marcha de manejo consciente de desechos sólidos. Este plan permitirá adquirir hábitos que ayuden a cuidar el medio ambiente. Los vecinos se involucran en el cambio cultural, sembrando valores en nuestro ámbito geográfico al organizar, formar, instruir, educar a los habitantes en cuanto al correcto manejo de los desechos al Reducir: disminuir la cantidad que tiramos o botamos. Reutilizar: encontrar nuevas formas de utilizar los objetos para que no se tiren a la basura. Reciclar: convertir los objetos que ya no necesitamos en otros nuevos que se puedan volver a utilizar (hierro, chatarras, papel, caucho, plástico, vidrios, entre otros pueden ser de provecho al recolectarse, reutilizarlos o reciclarlos). Los materiales reutilizables o reciclables conlleva beneficios ambientales, económicos y sociales.

Se implementa nuevas formas de organización socioeconómicas comunitarias a través de brigadas que impulsen la creación o fabricación de contenedores de desechos que permita separación de residuos y el reciclaje, ayudando a reducir el impacto negativo de la disposición final y recupera los materiales de los productos una vez terminados; Además se fomenta el protagonismo y la participación, se fortalecen valores como: bien común, solidaridad, empatía, respeto, trabajo en equipo, genera fuente de empleo, al reutilizar y reciclar genera ahorro, mejorar nuestro ambiente al no contaminar, se aprovecha los recursos que se generen al destinar fondos para embellecimiento y ornamentación.

Es momento propicio de iniciar nuevas alternativas, debemos impulsar cambios, transformar realidades, con la maestría en ciencias para el desarrollo estratégico es indicativo de que nos movemos en ese sentido, en la vía correcta…

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