Negocio migratorio y migrantes tontos

Ahora se sabe que la emigración en Venezuela no fue un hecho espontáneo, producto de la atroz crisis económica y política del modelo socialista del país. Fue inducida, programáticamente, por operadores políticos de la extrema derecha para, por un lado, generar zozobra social, beneficiarse económicamente de la misma, por el otro, y, finalmente, cumplir la meta política de lograr una intervención extranjera por razones humanitarias. El programa de trabajo emanaba desde Washington por la vía de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y los operadores (beneficiarios) fueron Leopoldo López, Julio Borges, Juan Guaidó, Carlos Paparoni, María Corina Machado, entre otros.

Todos se enriquecieron creando empresas de "coyotes" para trasladar a millones de estúpidos que perdían la cabeza en pos del mal llamado "sueño americano", percibiendo cientos de millones de dólares por concepto de ayuda humanitaria y coordinando fraudulentamente con personeros de organismos internacionales (como la ONU, por ejemplo), a quienes timaban con amenazas de bloqueo de fondos para las ayudas procedentes del país norteño. Para que se tenga una idea de la dimensión del negocio de estos seres, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) calcula en más de 7 millones la cantidad de migrantes venezolanos, la mayoría empujada hacia el barranco de la incertidumbre a partir del caos sicológico generado por las protestas y guarimbas en 2017; empezaron a cobrar diez mil dólares a los migrantes por trasladarlos hacia los Estados Unidos y se robaron el 90% de la ayuda humanitaria. Se dice que Juan Guaidó, por ejemplo, sólo utilizó en ayuda humanitaria el 3% de lo consignado, cogiéndose el resto.

Sí, arriba se dijo migrante bobo. La verdad es que estúpido es quien no comprende o es incapaz de mirar más allá de la superficie de una apariencia, ciego de fondo (véase el diccionario). No se percataron que estos taimados vinieron a pintarles el país como una letrina y a retarlos a quedarse en ella cuando allende el mar presuntamente palpitaba el "sueño americano", rebosante de felicidad. Se dejaron timar, primero con el humo del miedo callejero a los relajos desestabilizadores, además de la presión de las sanciones económica; después con el lavado cultural de las redes sociales y, finalmente, con el hechizo de la existencia de un país mejor, que ahora les patea el trasero.



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Oscar J. Camero

Escritor e investigador. Estudió Literatura en la UCV. Activista de izquierda. Apasionado por la filosofía, fotografía, viajes, ciudad, salud, música llanera y la investigación documental. Animal Político https://zoopolitico.blogspot.com/ https://www.tiktok.com/@comentario_politico?_t=ZM-8tvLQcVBhNX&_r=1

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