La reforma del artículo 90, respecto a la disminución a 6 horas diarias y 36 semanales en la jornada laboral, a pesar de generar polémicas y debates en todas partes, es uno de los artículos que mas consenso ha tenido. Algunos, han deliberado exponiendo puntos de vista distintos en la interpretación, otros, los capciosos, lo han denominado “caramelito de cianuro”, en una metáfora, que solo transita por las mentes egoístas.
Un grupo de empresarios, se adelantó a determinar una inflación del 25%, una vez que se ejecutara esta reforma, sustentando el argumento de disminución de 2 horas diarias en la producción. Otro punto negativo lo expone la cúpula de la CTV, referente a la disminución de la jornada laboral, pues, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), rechaza esta reforma de reducción de las horas laborales (¡y vaya!, se hacen llamar representantes de los trabajadores). Aunque, el artículo 90 de la constitución vigente que defienden, especifica que: “se propenderá a la progresiva disminución de la jornada de trabajo dentro del interés social y del ámbito que se determine y se dispondrá lo conveniente para la mejor utilización del tiempo libre en beneficio del desarrollo físico, espiritual y cultural de los trabajadores y trabajadoras...”. El Ministro de la cartera de Trabajo, aclaró que se puede implementar una disposición transitoria, una vez aprobado dicho artículo, y que, se podía proponer un jornada de 8 diarias de lunes a jueves y medio tiempo los viernes. Por supuesto, frente a este argumento, muchos trabajadores están totalmente de acuerdo. Pero, si revisamos ese panorama y el debate de calle, los desempleados, sienten preocupación por la mala interpretación que se viene dando en este sentido.
Si consideramos hasta un máximo de 6 horas diarias y 36 semanales como específica el artículo propuesto, es claro, que la jornada debería cumplirse en 6 días, el impacto de esas dos horas diarias, reflejarían un ritmo de vida mas humano para el trabajador. En el caso del empresario, al duplicar la jornada por un turno de 6 horas más, genera nuevas fuentes de empleo y un impacto de 50% en mayor producción, si analizamos los números capitalistas que los mueve. La exposición que presentó el Ministro, de 8 horas diarias de lunes a jueves y 4 horas los viernes, en su contexto real de socialismo verdadero, mata la esencia de la propuesta. Esto en el fondo, no genera empleo desde ningún punto de vista, lo que hace es acortar únicamente el día viernes para el trabajador, y muchos sabemos, ¡que ocurriría en verdad!. Simplemente estimularía mayor tiempo para la farra y el bochinche consumista de los viernes.
Desde ese punto de vista, el empresario capitalista, el de mediana y pequeña empresa, verán mermada su producción y un efecto negativo para la contratación de mayor mano de obra. El desempleo se incrementará, y la inflación sufrirá un aumento importante. Ahora, desde la óptica original con que se entiende la propuesta, del sentido verdadero, el socialista, solidario, productivo, humanista y efectivo, crea un impacto, que beneficia a trabajadores, empresarios, desempleados y al país en general. La real fórmula de disposición del tiempo, debe integrase en una jornada de semana completa. Es necesario medir esta propuesta desde todos los ángulos y el sentido común de la lógica. El artículo mismo, reclama desde sus propias raíces una inclusión general...lo resaltante en todo caso, es la mala interpretación que se escuchan desde distintas voces, además de la palabra “patrón” (amo, señor, jefe), de significado muy vertical. Se escucharía mejor “empleador” (que emplea), y que, va mas acorde y ajustado en los social. En todo caso, es la humilde opinión de un revolucionario desempleado.
larryubv2004@hotmail.com