Los artículos propuestos en la reforma laboral, dan para ampliar aún más, algunos criterios que benefician de manera justa a los trabajadores venezolanos, muy especialmente, a profesionales y técnicos. Muchos empresarios asentados en el país, han hecho del trabajador una maquinita autómata de producción. Actualmente no existe una ley que proteja al trabajador en ese aspecto, salvo en los casos de contratos determinados. Hoy día, un profesional de un área determinada cumple múltiples funciones en su jornada de trabajo, en algunos casos, en detrimento de su propio esfuerzo y voluntad de superación. Es decir, hay que ser todero...
Por ejemplo, algunas empresas contratan a un experto en sistemas, como transcriptor, y a falta de un organigrama o descripción de cargo específico, lo convierten en “utility” de su profesión. A un transcriptor, lo convierten en analista, administrador de bases de datos, programador, asistente administrativo, archivista, etc...eso sí, con su respectivo sueldo de trancriptor. Hay jefes de un departamento, que son secretarios, archivistas, mensajeros, recepcionistas, cajeros, etc...y el problema, no es que puedan ejercer una función de las anteriores en casos particulares emergentes, lo grave es, que mas allá de una responsabilidad ante el empresario y los trabajadores, deben asumir un sobrecargo de trabajo por la negativa de muchas empresas para contratar personal, que por cierto, han puesto de moda para estos casos, la colocación de jóvenes sin experiencia y pasantes, para exprimirlos luego como “utilitys”.
Todo empresario debería registrar un organigrama de su empresa, el personal requerido y la descripción de cargos específicos de cada quien, y esto, no solo debería hacerse como ética, más bien, incorporarlas como ley para ser presentadas ante el Ministerio del Trabajo. Ojalá, esta consideración, sea tomada en cuenta en los artículos a reformar o en la futura reforma de la Ley del Trabajo, que requiere una revisión minuciosa.
En la práctica, el ejemplo mas palpable se vive en la banca comercial. Hace varios años, se fusionaron algunos bancos privados para incrementar un mejor servicio y mayor inclusión de trabajadores, el tiempo ha demostrado lo contrario, las largas colas en los bancos hablan por sí solas. El congestionamiento en las cajas de los supermercados, el trato que hay con los trabajadores de ventas que funcionan como choferes, mensajeros, analistas, promotores, etc, para finalmente tener un salario de vendedor (si consigue la meta de venta exigida por la empresa), que en el fondo, olvida el otro esfuerzo de trabajo aportado.
Por eso, hay tanto desempleo y buhonería. Todo esto ha creado una población de individuos jóvenes, enfermos de los nervios, de stress, sedentarismo e infartos. El empresario, el que se queja por la posible disminución de la jornada de trabajo, actualmente exprime a un trabajador, con 10 y 12 horas de trabajo diario, al sobrecargarlo de responsabilidades que no son inherentes a sus cargos. Esto genera en definitiva, un impacto para el empresario, ahorro en el costo mano de obra y mayor volumen en sus ganancias. El colmo de esta inhumana explotación, incorpora en muchos casos, hasta la misma hora de la comida y reposo de los trabajadores. Y el que se queje como yo: ¡pa’fuera!...
Larry Márquez Peralta - 24.09.07 – larryubv2004@hotmail.com