Violencia y Reforma Constitucional

Los revolucionarios que hoy apoyamos incondicionalmente el actual proceso bolivariano que enmarca su objetivo estratégico en la construcción del socialismo, para nada no es extraño la reacción de los sectores que adversa la propuesta de la Reforma Constitucional. Si es verdad que estamos ante una revolución que ha venido para transformar profundamente las estructuras políticas, económicas y sociales del estado; también es verdad que esto iba a tener un adversario muy poderoso.

Desde que el Comandante Chávez lanzo la propuesta constituyente, el proceso bolivariano ha recibido su látigo contrarrevolucionario, paros, golpe de estado, atentados, desabastecimiento, mentiras mediáticas. De igual forma, la construcción socialista venezolana ha tenido como enemigos a sectores que durante años estuvieron disfrutando de las riquezas del estado, siendo en realidad los verdaderos dueños del poder, que en definitiva eran los que determinaban como se repartía el erario público. Me refiero a los miembros de la jerarquía eclesiástica en pleno, a los empresarios de Fedecamaras y consecomercio, a las organizaciones políticas de la cuarta republica; de igual forma, ha tenido que enfrentar el señor Presidente a miembros de la alta oficialidad cuarto republicana, hoy en su inmensa mayoría fuera de la Fuerza Armada, pero que de vez en cuando salta uno que otro que presto servicio en la actual administración socialista. La resistencia de factores políticos, estudiantiles, económicos, religiosos, intelectuales, identificados con las corrientes fascistas, de derecha y de ultraderecha, lo que hace es ratificar que efectivamente el camino por el que ha enrumbado el compañero Presidente el proceso, es el correcto. La oposición a la reforma constitucional, es hoy asumida por una dirigencia estudiantil que goza de la más absoluta libertad de protesta, de movilización y de libertad de expresión. Estudiantes de las más selectas universidades del país, las que nunca en la cuarta republica salieron a defender a los estudiantes de las universidades públicas que prácticamente eran masacradas por la policía y la Guardia Nacional. En la revolución bolivariana es al revés, las fuerzas del orden publico son atacadas en forma despiadada, decenas de agentes policiales heridos, muchos de ello de gravedad; agresiones físicas directas a policías y guardias, algo irrealizable en los gobiernos de la cuarta republica que utilizaban todo el poder del estado con su saldo de muertos, heridos, detenidos, además de los centros universitarios allanados y destruidos. La violencia contrarrevolucionaria esta en marcha, los llamados de la dirigencia de oposición a oponerse por todos los medios a la reforma constitucional, indica el camino por el que estos sectores pretenden volver al poder, ante la imposibilidad de regresar por medios pacíficos y legales. La resistencia a la reforma constitucional es un pretexto, los últimos acontecimientos en la Universidad Central de Venezuela y específicamente en la Escuela de Trabajo Social, indican la vía por la que marcharán los sectores más radicales de la oposición, ya no les importa cuanta sangre pueda correr, porque ya se sienten derrotados, seguirán asumiendo la vía violenta mas allá incluso del referéndum del dos de diciembre, su objetivo esta claro, es el poder. Solo nos queda, a los revolucionarios, a los verdaderos demócratas, a los que aceptan la propuesta socialista y el camino pacifico para su construcción, estar alertas y no permitir bajo ninguna circunstancia que estos sectores enemigos de la paz y la convivencia democrática impongan sus criterios bajo sangre y fuego. El gobierno junto al pueblo y la Fuerza Armada Bolivariana, debe instrumentar los mecanismos para derrotar la acciones de estos vándalos que solo apuestan a la violencia. El camino es pacifico, pero tenemos que hacer respetar la voluntad del pueblo que ha escogido esta vía.


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