La noticia de que el presidente
quiere repetir en la Presidencia no sorprende a nadie, lo que quizás
sorprenda un poco es la celeridad con lo que lo ha hecho, recién concluida
la batalla por las elecciones regionales. Creo que las preguntas obligadas
son: ¿Por qué hacerlo en este momento? ¿Será este el momento oportuno
desde una óptica política? ¿Cuál es la ganancia? ¿Cuáles son las
pérdidas posibles? ¿Cuáles son los riesgos?
Con respecto al referéndum
pasado acerca de la reforma constitucional yo escribí en un artículo
que el momento elegido para lanzar la reforma era inapropiado porque
la gente venía saliendo de la vorágine de una campaña presidencial
y se le había metido en otro zafarrancho de inmediato. Después de
las elecciones presidenciales del 2006 creo que la gente quería reposar
de tanta algarabía política, y esto se reflejó creo yo en la abstención
que perjudicó al gobierno. Después de la derrota escuché al señor
Presidente diciendo que se había cometido un error al elegir el momento
para lanzar la iniciativa de la reforma constitucional.
Veamos el escenario desde la
óptica del Presidente y las fuerzas de la revolución, es posible que
esta decisión de ir de una vez, en forma abierta y franca hacia la
reelección presidencial, puede ser el resultado de analizar la votación
obtenida en estas elecciones regionales recién pasadas. Sin lugar a
dudas, el PSUV es la primera fuerza política del país, la votación
del chavismo sigue siendo mayoritaria. Por otro lado, el año 2009 será
un año muy difícil desde el punto de vista económico y social y los
efectos de la crisis mundial se van a sentir con intensidad posiblemente
a principios del segundo trimestre del año que viene. Sencillamente,
no habrá dinero suficiente y eso implicará un apretón del cinturón
gubernamental lo que impactará negativamente en el crecimiento económico
y el empleo. Por esta razón, es más que probable que la popularidad
del Presidente y del gobierno pueda decaer.
Básicamente, creo que estas
pueden ser las razones que estén detrás de la premura de ir tras la
aprobación de una enmienda constitucional para permitir la reelección
indefinida. No cabe la menor duda que un triunfo en este sentido sería
algo categórico y trascendental para la consolidación del proceso
revolucionario y enfrentar la crisis económica que se viene encima
con un sólido apoyo popular.
Viendo las cosas desde la otra
acera, pudiéramos decir que el momento para lanzar la batalla por la
reelección indefinida no es el más indicado. Estamos en diciembre
y la verdad que no siento espíritu navideño por ninguna parte, puede
ser que el llamado a una nueva batalla comicial no sea bien recibida
en una época como ésta, que no voy a caer en la cursilería de decir
que es un tiempo de paz y amor, pero sí, un tiempo para que el venezolano
se vaya de parranda y goce la vida. Creo que para la oposición fue
desastroso el plantear el paro petrolero en una época navideña, aguarles
la navidad a los venezolanos en función de una batalla política trascendental
fue una mala idea sin duda. El Presidente Chávez es un ser humano que
respira política, que vive para la política, pero no creo que la mayoría
del pueblo sienta la misma pasión hacia lo político que el señor
presidente. La gente se cansa de la política, la gente necesita un
respiro y si no se le da, creo que se lo toma al momento de ir a votar
y se abstiene.
Además, creo que no es conveniente
políticamente el ataque a la clase media asociándola a la oligarquía,
los verdaderos ricos no viven en el Marqués ni en la Urbina, y mucho
menos en El Llanito, los ricos de verdad viven el La Lagunita, Country
Club, Cerro Verde. Esta posición lo único que hace es reforzar a la
clase media para que salga a votar en masa en contra de la enmienda
constitucional, cosa que yo creo que hay que darla por segura. Por lo
tanto, avivar la lucha de clases en estos momentos me parece desacertado,
pues el resultado será abigarrar las fuerzas del enemigo, es infundirles
la idea de que lo que está en juego es la supervivencia de su clase
como tal.
Por otra parte, tengo mis dudas
respecto a que el chavismo que votó en las elecciones regionales pasadas
vaya a hacerlo masivamente también en el referéndum de la enmienda,
me consta que hay chavistas que no están ganados a la idea de la reelección
presidencial y que si bien no votarán en contra podrán abstenerse.
Podemos estar seguros que la oposición saldrá en masa a votar en contra,
pero no creo que se pueda asegurar con tanta fuerza que el chavismo
saldrá de la misma forma a apoyar la enmienda.
Nos jugamos a Rosalinda pues,
si el Presidente gana la enmienda se lleva todos los premios, pero si
llega a perder, y eso es una probabilidad en cualquier elección, la
revolución, el partido y el propio Presidente quedarían en una posición
de extrema vulnerabilidad. Enfrentar una crisis económica de vastas
proporciones con una derrota electoral a cuestas es algo difícil. La
desmoralización en las filas del PSUV sería muy grande y con toda
seguridad se iniciaría casi de inmediato una pugna interna para dirimir
quien sería el candidato del PSUV en el 2012, lo que incluso podría
llegar a la división del partido. De darse este escenario, las posibilidades
de que la oposición ganara las elecciones presidenciales por venir
serían muy elevadas. Por todas estas razones señalo que la apuesta
para el gobierno y el proceso revolucionario es alta.
En todo caso, las cartas están echadas, por supuesto, me imagino que para tomar la decisión de ir adelante con la enmienda, el presidente y su entorno se habrán paseado por todas las consideraciones anteriores y manejarán informaciones de las que yo no dispongo que aseguran el éxito en febrero del 2009.
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