Es indudable
que el pueblo venezolano, sus fuerzas políticas, sus poderes públicos
y por supuesto el presidente Chávez; al margen del fragor de la campaña,
le han dado una lección al mundo, acerca de como se aspira y
se materializa la verdadera democracia. Democracia que muchos países
de otras latitudes desearían tener para poderla presentar como modelo
en sus anacrónicas conductas de andar “observando e inspeccionando”
comicios foráneos, a ver si cumplen con los parámetros de algo que
en sus países ni sueñan con la pulcritud, madurez y estoicismo protagónico
asumido por nuestros ciudadanos en los últimos procesos electorales.
Vendrán nuevos
escenarios y esto lo debemos tener claro quienes hemos alcanzado esta
victoria. Aquí cada quien puso su granito de arena y en consecuencia
tiene el derecho a exigir que se cumpla lo que desde el balcón del
pueblo el mismo líder del triunfo ha anunciado. Ya hemos dado gran
parte de lo que se nos ha exigido y ahora le toca a quienes orientan
y dirigen este proyecto, tomar las iniciativas que satisfagan las expectativas
generadas. La inseguridad, el déficit habitacional, los bajos salarios
de los trabajadores, la ineficacia, la ineficiencia y la corrupción
que cada vez están más presente en las estructuras burocráticas del
poder deben ser corregidas.
Es evidente
que esta victoria nada pírrica para las fuerzas del cambio crea condiciones
favorables para el 2012; pero apenas estamos en el 2009
y si tomamos en cuenta los resultados de esta última contienda, podemos
observar que hemos tenido un desprendimiento de un porcentaje de venezolanos,
que junto a los que siempre se han opuesto al proceso reflejan un ligero
avance; que a pesar de su derrota, los alienta a continuar en su lenta
y sostenida recuperación en aras de conquistar cuotas de poder.
Negar esta realidad seria silbar en el cementerio y colocaría a los
altos mandos del gobierno y a su partido de espalda al impulso que
la misma enmienda le ha dado al Presidente para que pueda consolidar
lo que inició aquel 4 de febrero.
Hay que consagrar
esta victoria y a pesar de la obstinación de la oposición en tratar
de minimizar la contundencia de los resultados del SI, debemos ser magnánimo
con los derrotados, porque los que ayer votaron por el No, mañana pudieran
acompañar a la mayoría que hoy está dispuesta a seguir avanzando
en los cambios propuestos. Y esto no es simple retórica, ya que
tampoco deja de ser significativo el avance de las fuerzas opositoras,
sobre todo si tomamos en cuenta que en el 2010 iremos de nuevo a la
confrontación democrática por el control del poder legislativo, y
donde los abstencionistas de ayer están hoy decididos no sólo
a participar, sino a intentar el sueño dorado de poder incidir en las
designaciones de los futuros titulares del CNE, Contraloría, Defensoría
y el mismísimo Poder Judicial.
“Quiero que retomemos con fuerza en todos los espacios del gobierno aquella política de las 3R: revisión, rectificación y reimpulso revolucionario”, ha señalado ante el balcón el camarada Chávez, y esto es un reconocimiento expreso a las críticas y observaciones que desde el campo del mismo chavismo y desde de la oposición se viene realizando en torno a las fallas y promesas incumplida en estos diez años de gestión. Estos son los retos y ellos deben ser superados; sólo así podemos lograr la consagración no de esta victoria, sino la del 2010 y la que será la madre de todas las victorias: la del 2012.
douglas.zabala@hotmail.com