Se dicen muchas cosas -negativas y positivas- del comisario Valecillos, jefe de la comisaría Páez en Acarigua, estado Portuguesa, en este caso quiero resaltar lo bueno de su trabajo, más allás de sus defectos como ser humano que es; hago la salvedad que no lo conozco personalmente toda vez que hace años que dejé de cubrir la fuente policial en los medios de comunicación. El Punto es que este uniformado se pasea por los principales mercados y automercados de las ciudades hermanas, al filo de la dos de la madrugada, para neutralizar el bachaqueo, actividad delictiva que golpea al presupuesto familiar de aquellos que no tenemos tiempo para hacer colas de 24 horas, Valecillos se pasa de El Garzón al Central Madeirense y de allí a la interminable cadena de “minimercados de chinos” que han proliferado sin control alguno; de él dicen que es grosero, altanero, que no respeta nada, incluso que se siente bravucón por que siempre anda con más de 10 policías armados hasta con granadas fragmentarias, hay quienes aseguran que no escatima esfuerzos para detener preventivamente a mujer, ancianos o discapacitados que están las colas, que es vulgar, intolerante y hasta violento; sin embargo y sin ánimo de defenderlo, porque como dije: no lo conozco, las acciones que ha tomado para eliminar el bachaqueo y las mafias organizadas que venden y revenden a las puestas de los auto mercados los primeros puesto, ha sido bien vista por aquellos que deben someterse de estos hampones, digo bachaqueros y bachaqueras, para obtener productos regulados.
En las aproximaciones de los mencionados locales comerciales, los bachaqueros y bachaqueras ha instalados un sistema de vigilancia, es decir colocan de tres a cuatro carajitos -con celular en manos- para que avisen cuando se acerque Valecillo, la vaina es que los carajitos no se dan basto, toda vez que la modalidad bachaqueril ha cambiado, anteriormente compraban los residenciados en Acarigua y Araure, uno que otro de Píritu, Agua Blanca, Turén, Ospino, Santa Rosalía o San Rafael de Onoto, pero es que ahora llega gente de San Carlos, estado Cojedes; Obispo, estado Barinas; Barquisimeto estado Lara y hasta de Maracaibo, estado Zulia; por lo que “supervalecillo”, así oí que le dicen, decidió buscarse un bus rojo Yutong y llevarse a Raquel y todos aquel, incluso esas personas llegan en busetas, a lo que el uniformado les pregunta de dónde vienen y qué vienen hacer.
Entiendo el problema de la guerra económica, del acaparamiento y de la mala distribución de los alimentos por parte de las empresas alimentarias, como también entiendo que se puedan cometer exceso policiales, tal como lo relaté en unos de mis artículos titulado: Preso por ser adulto mayor, sin embargo la acción del comisario Valecillos pareciera ser una luz al final del túnel, digo pareciera, porque hay mucha desconfianza en la Guardia Nacional Bolivariana que “organiza” las colas en los supermercados y hay historias de la Policía Nacional que también se ha aliado a los bachaqueros para beneficio personal. La gerencia del Garzón anunció que para comprar los productos regulado habrá que presentar además de la cédula, el Registro de Información Fiscal -Rif- actualizado y plastificado, al tiempo que trascendió que Valecillos y su Yutong seguirá recorriendo las calles de Acarigua y Araure a la caza de los delincuentes.
PD Saludos al pana Boby -licorero- quien una vez me dijo que escribiera sobre las acciones del mencionado uniformado, ya que tenía “azotao” a los expendios de bebidas alcohólicas, pero partiendo del hecho que la delincuencia, así como las labores de los proxenetas y sus trabajadoras sexuales de la avenidas Alianza y Libertador, disminuyó considerablemente, pienso que Supervalecillo, es un mal necesario.