Acaparamiento y especulación, eternas herramientas de la oligarquía en el control de la Comercialización Agrícola en Venezuela y que ahora utilizan para desestabilización

Se pudiera afirmar que durante los últimos 50 años en Venezuela, la oligarquía ha venido utilizando constantemente el acaparamiento y la especulación para el fomento de su grosero enriquecimiento a costas del pueblo, lo que ha pasado con la carne y las hortalizas en los últimos días no es extraño, la intermediación juega un papel protagónico en los altos precios que alcanzan determinados rubros en algún momento, esta ha sido la conducta con la leche, con los pollos y en general con los productos de la dieta básica, pero ese puente que a veces se hace abismal, entre el precio que recibe el productor y el que paga el consumidor, es estimulado por los mismos actores que son los dueños de grandes centros de almacenamiento en algunos casos y que en otros son los dueños de grandes capitales que los ponen a funcionar para el control del mercado de determinado producto.

En los grandes mercados mayoristas, como, por ejemplo: los de Coche, Maracaibo y Barquisimeto la intermediación está representada por los acaparadores de determinados rubros que son los que fijan el precio de compra a quienes arriman el producto al respectivo mercado y que están sujetos a lo fijado por el acaparador principal, que a su vez determina el precio a los distribuidores y detallistas de la mercancía que llega finalmente al consumidor, estableciéndose de esa forma una diferencia muy significativa entre el precio que recibe el productor y el que paga el consumidor. Ese margen de ganancias tan desproporcionado entre lo que recibe el productor y lo que le queda a los intermediarios, precio que por demás es injusto, si se considera que al productor que es el que realiza la siembra y obtiene su cosecha, sea esta a los 90 días, 6 meses o anuales como el caso de frutales, el café, plátanos, etc., tiene que invertir en semilla, herbicidas, insecticidas, fungicidas, jornaleros y corre riesgos hasta con la naturaleza, o como en el caso de la ganadería que utiliza potreros, siembra de pastos, medicinas, médico veterinario, vaqueras, equipos e infraestructura específica, mientras que al intermediario en cuestión de horas les queda la mayor ganancia sobre ese precio que paga el consumidor. Igual situación se presenta con el pescado y con la carne, porque son grandes roscas que se han establecido desde hace tiempo para el control de los mercados y del precio final que paga el consumidor. Cuando existió la Corporación de Mercadeo Agrícola en los años 70, esto fue un saludo a la bandera, porque los mercados mayoristas funcionaban igual bajo el dominio de esos intermediarios, que no son otra cosa que los mismos acaparadores y especuladores de siempre.

En la Fundación para el Desarrollo de la Región Centro Occidental (FUDECO) reposan muchos estudios que tienen que ver con el manejo de mercados mayoristas y de los productos perecederos y altamente perecederos, pero que lamentablemente pierden efectividad, al no haber decisión política para el control de esos mercados y ponerlos directamente al servicio del productor y de los consumidores, y esos intermediarios seguirán acaparando y especulando al pueblo, porque la estructura de la comercialización agrícola en Venezuela responde a un patrón de comportamiento capitalista, donde lo que priva es la ganancia especulativa y no interesa si la mayoría del pueblo come o no come. Aquí está el meollo del asunto, se trata de un problema de autoridad política, para garantizarle al pueblo su alimentación y no dejar esta a la suerte de quienes solo puedan pagar los altos precios para su dieta, es un problema de seguridad alimentaria, que a su vez es un problema de soberanía.

Ese comportamiento de acaparamiento y especulación obedece a una conducta de enriquecimiento rápido, que la oligarquía venezolana no sólo estimula a través de organismos como FEDECAMARAS, CONSECOMERCIO Y FEDENAGA, sino que también ahora utiliza como mecanismos de conspiración permanente, sobre todo con los productos de la dieta básica. Debemos recordar como durante la cuarta república se llegó a botar la leche por parte de ganaderos inescrupulosos, para presionar al gobierno de turno y les permitieran el aumento del litro de leche a nivel del consumidor.

Por todo lo antes señalado, se impone la denuncia del pueblo organizado de aquellos galpones y espacios de almacenamiento donde se pueda estar escondiendo determinados rubros, para luego ser vendidos a precios elevados, hay que hacer labor de inteligencia de pueblo, meterle la lupa a los supermercados y mayoristas. Estamos en una guerra que no se ve, ni se siente porque no hay disparos, ni muertos, pero que estos acaparadores y especuladores se prestan para el juego con la escasez de los principales rubros de la dieta básica, siguiendo las instrucciones de quienes se dicen ser manejadores de la comercialización, pero que en el fondo responden a los planes de la conspiración como una de las formas de desestabilización, que desde los EEUU se promueve a través de los vende patria y hambreadores de pueblo y con quienes seguramente están activados la CIA y la embajada norteamericana. Vamos todos a realizar labor de inteligencia social.


romel_ali@hotmail.com



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Romel Alí Rodríguez


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