En las recientes elecciones en Venezuela ganó una vez más el socialismo. El pueblo salió masivamente a votar y la mayoría escogió seguir con el proyecto planteado por el Presidente Chávez. Sin embargo, algo a lo que los venezolanos nos desacostumbramos ocurrió: la propuesta bolivariana ganó por un escaso margen de menos de 2% o aproximadamente 235.000 votos. Sin embargo, una serie de consideraciones me parecen más que necesarias.
Primero que nada, miremos los números y la actitud deplorable del Sr. Capriles. He aquí algunos resultados de elecciones recientes que, dada la situación actual, me parecen dignas de resaltar:
- Elecciones regionales (Diciembre 2012), específicamente Edo. Miranda: Capriles se impone frente a Elías Jaua 51.83% vs. 47.82%. Diferencia: 4.01% (45.000 votos).
- Referéndum constitucional (Diciembre 2007): la opción opositora (el “NO”) se impone frente a la opción oficialista 50.65% vs. 49.34%. Diferencia: 1.31% (273.000 votos).
- Elecciones presidenciales 1968 (no tan recientes): Rafael Caldera (COPEI) se impone frente a Gonzalo Barrios (AD) 29.13% vs. 28.24%. Diferencia: 0.89% (33.000 votos).
Quisiera poner algunos ejemplos más de la oposición ganando algo, pero lamentablemente (para ellos) no ocurre muy a menudo. Por eso recurrí a un ejemplo del pasado donde el resultado fue realmente cerrado. Sin embargo, los dos primeros ejemplos ilustran lo vil de la actitud que la oposición venezolana está asumiendo en estos momentos. En ambos casos, la diferencia fue, como se ha dicho por allí con respecto a las recientes elecciones presidenciales, “pírrica” (sobre todo en el caso del referéndum constitucional). Sin embargo, en ninguno de los casos, ninguno de los participantes sugirió posibilidad de fraude ni desconoció los resultados. O sea, que para el Sr. Capriles, si la diferencia es “pírrica” pero a su favor, el CNE es maravilloso pero, si es en su contra, hay fraude.
Con esto queda demostrada la primera actitud manipuladora del sujeto en cuestión. Ahora quisiera resaltar algunas de las tantas mentiras que, con la cara lavada y llamando a Nicolás Maduro “mentira fresca” el Sr. Capriles y su comando de campaña inundaron la reciente campaña electoral.
En una entrevista realizada a raíz de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999, Capriles dijo sin tapujos, frente a la interpelación del entrevistador sobre su visión sobre la privatización de PDVSA: “Si al cabo de 5 años el presupuesto se lo está comiendo la deuda externa o lo que fuera, y tenemos que vender un pedazo de Pdvsa, oye, no creamos que por eso vamos a ser menos nacionalistas, por Dios, es simplemente una cuestión de madurez del país, de poder saber que el país tiene que dedicarse a 5 actividades que son educación, salud, seguridad, defensa y transporte.” Esa cita es textual (http://www.analitica.com/
En otra entrevista, también realizada en 1999, esta vez por Milagros Socorro (http://milagrossocorro.com/
Si uno lee el “plan de gobierno” de Capriles para las recientes elecciones, sin contar la inmensa cantidad de promesas sin plan de los que está lleno (que también son mentiras, por cierto), hay un punto que llama especialmente la atención. Capriles promete, en el susodicho plan, un aumento salarial del ¡77%! ¿Por qué cuando se dirigía a la nación en sus discursos Capriles hablaba sobre un 40%? Sencillamente porque ninguna de las dos cifras son ciertas. Se inventan números para enamorar a la gente y, decir que su aumento iba a ser del 77% simplemente hubiese movido al escepticismo a la gran mayoría de la gente. Nuevamente, todo esto tiene un solo nombre: mentira.
A pesar de todo lo arriba expuesto, la mayor mentira de Capriles es el llamarse “progresista”. Capriles es un orgulloso miembro de Primero Justicia, partido con ideología abiertamente de derecha. A lo largo de su carrera ha defendido políticas neoliberales. Sin embargo, al verse la oposición sumergida en una racha de fracasos electorales que pareciera no tener fin, han decidido sencillamente contar con que sus electores “de base”, esos que durante más de una década han estado bajo la influencia de las mentiras que llegan de los medios de comunicación, votarán por Capriles así este se llame comunista. Entonces, comenzaron una campaña venenosa llena de mentiras, donde pintan a un Capriles progresista, que mantendrá el gasto público para financiar las misiones (que desde el comienzo criticó abiertamente), donde hasta le dará la nacionalidad venezolana a los médicos cubanos (a los que en repetidas ocasiones han insultado sin medida), donde colocan en las concentraciones música de Alí Primera (que siempre han asociado con los “pataenelsuelo”) y con ésta campaña, a juzgar por los resultados, lograron engañar a una buena parte del electorado chavista. Tal cual como hicieron en el referéndum constitucional de 2007.
Todo esto, lamentablemente, demuestra que hay una gran falta de juicio político en los venezolanos. Siempre fui escéptico cuando de lado y lado se pregonaba el “despertar político” del venezolano. Hay algo que se trata de negar, nuevamente con miras a manipular, pero que es innegablemente cierto. En política hay derecha y hay izquierda. No existe el “centro”. El mal llamado centro lo conforman simplemente oportunistas que por vergüenza no se atreven a llamarse de derecha, porque saben que la derecha atenta contra los intereses del pueblo y así no se ganan elecciones.
Lo triste es que haya un número grande de venezolanos que fueron capaces de votar hace 6 meses por la izquierda y hoy votan por la derecha. Sin embargo creo que a pesar de parecer desesperanzador en un principio, el gobierno puede tomar la labor de concientizar de forma profunda a la gente, para que cada quien entienda exactamente la diferencia que existe entre una y otra propuesta y que cada venezolano por fin sea capaz de emitir un voto, por cualquiera de los candidatos, pero bien fundado y con conciencia. Cuando eso suceda, el chavismo volverá a ganar por diferencias de dos cifras.
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