La Violencia, esencia de la dominación

Durante un largo periodo de la historia se construyó una subjetividad de que la violencia era protagonizada por los pobres de la tierra, tanto es así que se conformó un pensamiento hegemónico de que sinónimo de violencia son los mas desposeídos y los lugares donde estos habitan. Eso justificó durante largos años, que cuando ocurre algún delito, inmediatamente el sospechoso es un pobre y el sitio de investigación los lugares donde sobreviven los excluidos, y, en muchas oportunidades termina pagando la pena algún indefenso e inocente para salvar algún pudiente; en Venezuela sabemos bastante de esos casos, para mayor ilustración podemos leer el libro “Cuatro crímenes Cuatro Poderes” (1979) de Fermín Mármol León (1937-2011), temas que dieron origen a las famosas películas venezolanas denominadas “Cangrejos”, dirigidas por el cineasta venezolano Román Chalbaud.

Bajo este pretexto de que pobreza implica conducta delictiva, los gobiernos de la clase dominante desarrollaron sistemas de educación alienantes y organizaron cuerpos represivos militares y policiales, y, sistemas judiciales donde la justicia no era ciega sino tuerta, ya que siempre tenia un ojo para ver al mas “pendejo” y el otro ojo para no ver a los que tenían para pagar a los abogados y jueces, ocultando al verdadero culpable de los delitos.

Entonces tenemos que preguntarnos ¿de donde surgió la cultura de la violencia? , ¿quien la impuso?, ¿siempre fuimos así?. No siempre fuimos violentos entre nosotros mismos como especie; en la comunidad primitiva trabajábamos para satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales, en paz y en justicia, pero surgió la sociedad dividida en clases y con ella surgió la violencia en la medida que un pequeño grupo de personas sometieron en régimen de esclavitud a la gran mayoría de hombres y mujeres, apropiándose de su vida y de su trabajo. De esta manera el modo de producción esclavista dió origen a un modelo de relaciones sociales de violencia caracterizada por la desigualdad y la exclusión del proceso social de trabajo y de su producto. Luego del modo de producción esclavista, surgió el modo de producción feudalista y luego el modo de producción capitalista que aun pervive como sistema hegemónico imperial. Todos estos modos de producción de explotación tienen como hilo conductor la violencia y la conducta delictiva, y es mas, han hecho de la violencia algo cotidiano y hasta lúdico, con lo cual reproducen ideas dominantes basadas en el miedo y obtienen grandes ganancias para mantenerse en el poder; para ello estructuraron un instrumento llamado Estado que le permiten solaparse subterráneamente con discursos construidos de la educación alienante e idoeligizadora y de sistemas leguleyos farsantes, acompañado de su sistema represivo policial y militar.

Fue el imperio romano quien instituyó sus grandes circos de terror, en donde se hacían grandes espectáculos basados en peleas de seres humanos con fieras salvajes y entre seres humanos como fieras salvajes; es decir, hicieron de la violencia un espectáculo, un espacio para divertirse, acompañado de grandes borracheras y de derrapes sexuales, donde la mujer fue siempre víctimas de ultrajes de todo tipo y los escándalos sexuales era muy común, es de mencionar las orgías del emperador romano Calígula (12-41 dc) con familiares y amigos.

Del imperio romano proviene el imperio español, que en 1498 bañó nuestras tierras de sangre, sometiendo a nuestros hermanos indígenas a la mas cruel represión para robarnos oro y perlas, y lo mas lamentable y doloroso, para robarnos nuestra cultura de paz e imponernos la cultura de la violencia con la misma barbarie del imperio romano. Luego fue reforzada esa violencia contra las hermanas y hermanos, negras y negros y a los blancos y blancas de orilla. La iglesia católica sirvió para justificar esa violencia en nombre de Dios, e incluso nos colocó como imaginario la adoración mediante imágenes y estatuas, de un cristo humillado, ultrajado, crucificado y ensangrentado en su pecho, sus manos, sus rodillas y su frente mediante una corona de espina; en esas imágenes se observan las heridas y las gotas de sangre corriendo por todo el cuerpo de la imagen de Jesús que nos enseñaron adorar, y no el Jesús del “amor al prójimo como así mismo” o el de “amaos los unos a los otros”.

En Venezuela a partir de 1908 mediante la dictadura sangrienta de Juan Vicente Gómez, se instaló oficialmente en Venezuela el imperio norteamericano, mediante las grandes potencias petroleras y el sistema financiero internacional. Ese imperio al igual o peor que el romano trajo también el pillaje, la esclavitud, su sistema educativo alienante, su sistema represivo policial y militar y la corrupción de funcionarios y jueces, y sobre todo, los vicios como instrumento de distracción, basados en el alcohol, las drogas, el contrabando, la especulación, las apuestas y la usura. Esta situación se fue agravando progresivamente hasta el punto de tomar a los niños, niñas y familias como víctimas. Es impresionante ver la cantidad de juegos para niños con motivación a la violencia; cualquier muñequito, videojuego y/o comiquita tiene una pistola o una simbología de armas para la muerte, y pocos padres reflexionan sobre este tema y toman las acciones correspondientes, pero algo similar le pasa a los maestros, maestras, profesores y profesoras. De allí que es fundamental que tomemos medidas de control en la distribución de estos juegos (inspeccionar y sancionar tiendas), revisar las salas de videojuegos y de cines (inspeccionar y sancionar), revisar canales de TV y radios (revisar y ajustar contenidos de programas, música y mensajes publicitarios y/o promocionales,), distribución de discos compactos (inspeccionar y sancionar), regular el servicio de internet (con esta herramienta se globalizó la cultura de la violencia y del delito, en lugar de ser un instrumento para la unificación de la humanidad en torno a la paz, claro, como el mundo es predominantemente capitalista, entonces se globalizó la cultura capitalista, eso explica que la crisis estructural y terminal que sufre hoy el sistema capitalista mundial no solo es como modo de producción, sino también, en el modelo de relaciones sociales que de él se derivan; en tal sentido, la única alternativa para globalizar la paz y la justicia es el socialismo, por tanto la plataforma de internet debe concebirse con fines socialista). En el caso de las escuelas y reuniones familiares: eliminar los juegos, chistes y cuentos, de agresión y competitividad. Es decir, se debe erradicar la comunicación de la violencia sintetizada en el individualismo, mensajes agresivos, discriminación racial, social y sexual, machismo, promotores de vicios para el consumo de alcohol, drogas y apuestas, y, en contraposición debemos imponer un sistema de educación para la paz, basada en el amor fraterno entre nosotros y la relación de equilibrio con la naturaleza.

Es impresionante el uso de mensajes en audio, vídeo y escrito, que incitan al reforzamiento de la subjetividad y hegemonía de la violencia como modelo de relaciones sociales. Por ejemplo, dentro de la música nuestra, con el cuento de que es criolla y venezolana, se deja colar el culto al machismo (el tema central son los “cachos”), al consumo de alcohol y a las riñas para resolver problemas entre enemistades de una misma comunidad o territorio. Es necesario mencionar el uso y la vieja costumbre de las crónicas policiales (llamado también “amarillismo”) que aparecen en la última página de los periódicos, pero que al momento de venderlos la exponen de primero, porque es lo que mas se vende, muestrando cadáveres ensangrentados, deshuesados y sin cabeza, para la manipulación emocional de la población, hasta que la transforman en enfermiza. De manera similar ocurre con la pornografía (hay que superar el culto a la pornografía que rompe con la naturalidad de las relaciones sexuales). También tenemos que resaltar la cantidad de vallas alusivas al mismo tema, en lugar de tener mensajes dirigidos a la paz y al amor entre nosotros y a la preservación del planeta.

El caso de las familias (originada de la categoría “pater familias”, padre de familia, que confrontó la sociedad matriarcal y sometió a las mujeres para quitarles el papel de criar hijos e hijas y de la administración en el proceso social de trabajo, convirtiéndolas en objeto de propiedad y objeto sexual de la clase dominante patriarcal), son las “células fundamentales de la sociedad”, por tanto las relaciones de violentas de las sociedades de explotación son las que se reproducen en ellas, es decir, en una sociedad capitalista la relaciones familiares son y reproducen el capitalismo y eso explica la violencia indetenible. Por ejemplo, en muchos hogares hay “minibares”, es necesario que estos sean sustituidos por bibliotecas y que las reuniones familiares no sean “festines” que convierten las casa en “tascas”, sino que sean espacios para el debate y la reflexión y para compartir en paz. La familia deben superar la carga ideológica de su concepción original y convertirse en táctica fundamental para la construcción de la sociedad justa y amante de la paz. El capitalismo somete a mujeres y niños y niñas, genera la discriminación racial y sexual, genera y reproduce el sistema autoritario, donde se impone la cultura del castigo violento (predomina la frase de que “el aprendizaje entra con sangre”, a fuerza de correas o látigos, gritos y mensajes de descalificación a la humanidad de niños y niñas y hasta la adultez, para someterlos a la lógica de la dirección del capital). Es fundamental que superemos la cultura de la “falsa moral, basada en premio y castigo”, enunciada por Imanuel Kant (1724-1804) y, construir la moral basada en la conciencia referenciada en los principios y valores del trabajo en contraposición con los principios y valores del capital. En otras palabras, el capitalismo impone la violencia como método en lugar del diálogo, la tolerancia y la cultura de la paz. Por tanto es imprescindible que se elimine radicalmente el castigo o la violencia contra los niños, niñas y de género.

Partiendo de la afirmación de Carlos Marx de que "la práctica determina la conciencia", entonces si queremos una cultura de paz tenemos que practicar la paz, en forma colectiva, integral, continua y permanente. Practicar la paz, para vivir en paz por siempre y cambiar el rumbo de la historia de la violencia impuesta por la clase dominante. Por ejemplo es inconcebible que en las comunidades existan venta de licores en cada esquina; estos centros de distribución de licores deben ser sustituidos por bibliotecas y espacios deportivos o de recreación cultural. Ningún hogar debe ser punto de venta de licores ni de algún tipo de drogas o centro de apuestas. En definitiva, se hace determinante que los padres, las madres, los educadores y educadoras (la escuela debe superar los métodos anacrónicos pedagógicos y adoptar la pedagogía critica para la paz y la libertad, que se adapte las motivaciones actuales de niños y jóvenes, para que estudiar sea atractivo y no una obligación. En las universidades se debe superar la visión tecnocrática de la educación y retomar al estudio de la filosofía para construir el pensamiento materialista- histórico- dialéctico, que nos permita interpretar la realidad para luego transformarla con un pensamiento científico en correspondencia con el pensamiento filosófico mencionado), los pastores, sacerdotes (la iglesia católica debe hacer los cambios profundos que sean necesarios para eliminar prácticas de enriquecimiento, autoritarismo e intolerancia y pedofilia presentes en algunos de estos sacerdotes, partiendo incluso de lo extraordinario que son mucho ellos (sacerdotes) que no caen en este tipo de desviaciones y que se comportan conforme al mensaje de cristo de los pobres), maestros religiosos (debe eliminarse prácticas y cultos violentos), los dirigentes institucionales del sector público y privado y los comunicadores sociales; todos ellos deben convertirse en verdaderos orientadores del discurso y la práctica de la paz.

En resumen, podemos decir que la cultura de la violencia surge a partir de la sociedad dividida en clases y lograr la cultura de paz pasa ineludiblemente por la construcción de una sociedad socialista, donde no exista ningún tipo de injusticia y eso implica derrotar la estrategia imperial capitalista que genera delincuencia organizada, basado en el narcotráfico y el individualismo, mediante la cual siembran mercenarios que cometen asesinatos selectivos para sembrar pánico y desesperanza a los pueblos que han decidido emanciparse de la opresión, y por supuesto, que la construcción del socialismo pasa fundamentalmente porque como clase trabajadora asumamos la Gestión Directa y Democrática de la Dirección del Proceso Social Nacional de Trabajo, como instrumento fundamental para establecer relaciones de hermandad entre nosotros y de equilibrio con la naturaleza, tal como nos los dejó sustentado como legado nuestro comandante supremo Hugo Rafael Chávez Frías.

Nuestro presidente obrero y comandante en jefe Nicolás Maduro Moros, nos ha invitado a acelerar la construcción de la sociedad justa y amante de la paz, legada por nuestro comandante supremo, para eso nos está llamando a profundizar el desarrollo de las misiones sociales y echó andar el plan Patria Segura, a avanzar en la Misión a toda Vida Venezuela, seguir conformando la nueva policía nacional con la concepción humanista, seguir humanizando el modelo carcelario- para dejar atrás las cárceles tipo “antros” y escuelas del delito - y en fin nos llamó a todos que nos unifiquemos como sociedad a derrotar el germen y la cultura de la violencia y construir la cultura de la paz.

En La República Bolivariana de Venezuela, el reto es mayor, pero lo vamos a lograr, tenemos que combatir la cultura de pillaje y de violencia originada desde la colonia que dió como resultado una élite parasitaria generadora de violencia que la podemos sistematizar en las frases celebres del pícaro de Zuloaga cuando dijo: “nosotros especulamos pero damos empleo” y, del candidato siempre perdedor Radonsky cuando dijo “Salgan a la calle y descarguen su arrechera” - lo que dio como resultados mas de 10 muertes de compatriotas que salieron a defender los logros de la revolución el 14 de abril de 2013 - y de la prepotencia de Maria Corina Machado cuando llamó “ladrón” a nuestro querido Hugo; o conductas de pillaje como los “raspacupos”, los “especuladores, acaparadores y bachaqueos”, la “venta ilegal de dolares o mal llamado dólares paralelo”, “el tráfico de influencia”, “el cobro de comisiones” y/o de comportamientos fascistas-asesinos expresados en “guarimbas”; entre otras conductas delictivas propiciada y dirigida por la burguesía parasitaria mutante que habita en nuestras tierras.

Fueron muchos años de violencia; entre invasión imperial, caudillismos, dictaduras militares, “democracia” representativa burgués; que pesan en nuestros hombros como sociedad, pero llegó la Revolución Bolivariana a colocar al pueblo como protagonista de una Sociedad Justa y Amante de la Paz, utilizando la educación y trabajo como procesos fundamentales para lograr este tipo de sociedad, la sociedad socialista, esto implica que el pueblo debe asumir la Autoformación Colectiva, Integral, Continua y Permanente, para autooganizarnos como pueblo y asumir la Gestión Directa y Democrática de La Dirección del Proceso Social Nacional de Trabajo (para superar el modelo monárquico gerencial de los medios de producción y servicios, impuesto por el imperio español y ajustado por el imperio norteamericano con el nombre de “Gerencia Moderna”), y alcanzar la justicia y la paz.

La Revolución Bolivariana ha reducido la pobreza crítica a menos de un 5%, sin embargo la cultura de la violencia se hace evidente, eso implica que la pobreza y los pobres no somos los violentos ni los que tenemos la cultura delictiva (a pesar de que algunos pobres asuman este tipo de costumbres alienados por el pensamiento de la clase dominante y se conviertan en ejecutores de los autores intelectuales burgueses en el caso del capitalismo).

Es la clase dominante la violenta y delincuente, es el imperio que para mantener su hegemonía siembra la cultura de la injusticia y la guerra (véase la invasión a Irak, Siria, Libia, bloqueo criminal contra la hermana República de Cuba por mas de 50 años, entre otros).

Al recorrer la historia podemos ver los rostros de la violencia desde la clase dominante protagonizados por personajes como Adolf Hitler en la Alemania Nazi, Franco en España, Videla en Argentina, Pinochet en Chile, Juan Vicente Gómez y Carlos Andrés Pérez en Venezuela, etc., en cambio en contraposición a esos rostros, como clase oprimida siempre hemos luchado por la justicia y la paz con seres humanos extraordinarios como Jesús El Nazareno, Mahatma Ghandi, Nelson Mandela, Hugo Chavez, entre otros.

Podemos afirmar con toda seguridad que los pueblos del mundo venceremos, cultivando el diálogo, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, en fin el socialismo. Asumiremos la dirección del proceso social de trabajo, para causar la máxima felicidad social y desarrollaremos nuestro pensamiento, con el cual alcanzaremos nuestra máxima expresión de conciencia: el amor para defender la vida como especie, y así derrotaremos el odio, elemento central de la injusticia y la guerra. Para ello tenemos hoy un presidente obrero hijo de Chávez, un gobierno a disposición del pueblo, un Estado en transición del rentismo parasitario al socialismo, una Fuerza Armada Bolivariana y Chavista que dejó en el pasado la visión y acción represiva contra el pueblo, unas comunidades organizadas en consejos comunales y comunas (rumbo al estado comunal) y una clase obrera cada vez mas consciente y organizada para asumir la dirección económica y productiva del país, hasta alcanzar la sociedad justa y amante de la paz, la sociedad socialista.

“Nada peor que ser ingenuo ante la agresividad de este mundo de mercado”
Pepe Mujica,
II Cumbre de la CELAC,
Habana 2014.





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Arquímedes Mundaraín

Ing. Electricista. Profesor Universitario en Electrónica, Instrumentación Industrial y Control de Procesos. Investigador en Automatización Inteligente.

 mundaraina@gmail.com

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