Al Arzobispo Narciso Coll y Prat, que intercede por los presos, le contesta Bolívar el 8 de febrero de 1814: "No menos que a V.S. Illma. me es doloroso este sacrificio. La salud de mi patria que lo exige tan imperiosamente podría sólo obligarme a esta determinación. Si yo no no viera que en este caso la indulgencia aumentaría el número de las víctimas, y frustaría los mismos sentimientos de piedad que mueven a V.S. Illma. a interceder, yo me apresuraría a darle en esta ocasión un testimonio de mi deseo de complacerle. Mas vea V.S. Illma. la dura necesidad en que nos ponen nuestros crueles enemigos... ¿Qué utilidad hemos sacado hasta ahora de conservar a sus prisioneros y aun de dar la libertad a una gran parte de ellos? Se ha conseguido que ayer en el Tinaquillo hayan entrado y asesinado veinte y cinco hombres que le guarnecía, sin perdonar uno solo; que Boves no haya dado todavía cuartel ni a uno de los prisioneros que nos ha hecho. Asómbrese más, V.S. Illma, al saber que Boves sacrifica indistintamente hombres y mujeres. No sólo por vengar a mi patria, sino por contener el torrente de sus destructores, estoy obligado a la severa medida que V.S. Illma. ha sabido. Uno menos que exista de tales monstruos es uno menos que ha inmolado e inmolaría centenares de víctimas...".