Increíble es lo que sucede con los dos canales televisivos privados: Globovisión y Radio Caracas, digo increíble, porque como ser humano con una elevada conciencia emocional y política, no acepto este juego mediático entre el dolor y el odio, entre el dolor y el desamor, entre el dolor y la utilización.
Es injusto, irrespetuoso y dañino para un país, que estos canales cuyos dueños recibieron prebendas toda la vida de los gobiernos cuartorepublicanos, arremetan contra una nación en duelo, una nación llena de tristeza para sacar partido de un hecho abominable, donde seres indefensos y familias venezolanas, fueron afectados. Sacar partido para su beneficio, decir a millones de venezolanos y al mundo que el presidente Chávez es el causante de esta tragedia, es una actitud irresponsable, de locura e injusticia.
Sinvergüenzas, insensatos, sobre el dolor la manipulación, jamás, no la aceptaremos los venezolanos conscientes de este nuevo papel que debemos ejercer en nuestra sociedad. No aceptaremos que seres insensibles, carentes de amor por la patria, hagan de este momento, el amanecer apropiado para impulsar una campaña insolente, destructiva e inhumana contra el pueblo venezolano. No la aceptaremos y el gobiernos nacional debe de una vez por todas aplicar con energía, La ley de Responsabilidad Social sobre medios que atenten contra la estabilidad emocional de la población, porque no es amor lo que estas emisoras llevan al pueblo, es odio, odio que llega codificado a las mentes de los venezolanos y se internaliza en ellas.
No se debe aceptar esta instrucción que irresponsablemente, envían al pueblo estos medios, ya que es una enseñanza para la destrucción, es una directriz para generar en los receptores, un sinnúmero de sentimientos negativos, que pueden ser generadores de conductas impropias como la violencia que conlleva a la muerte de personas inocentes.
Es inaceptable convivir en una sociedad que esta cambiando, con este tipo de elementos mediáticos, perturbadores del orden y de la paz social. El nuevo modelo de sociedad venezolana, exige medios televisivos, de prensa y radio, respetuosos, reflexivos y reconocedores de los avances para el bienestar del pueblo. No medios destructores, que inciten a la crueldad, que desvaloricen y bajen la autoestima del público que les lee, que les ve y les escucha. Medios que disfrutan la imagen de un ser humano para reír, para burlarse, para engrandecerse y que no reconocen los avances de este gobierno en materia de educación, de salud, de viviendas, de obras de infraestructura, empleo y de amor, para el pueblo.
Es inaceptable que los dueños de los medios mencionados, y otros, empleen un arsenal de improperios, calumnias para desprestigiar el gobierno que ejerce con mucho respeto por Venezuela el presidente Chávez. El presidente no llegó por arte de magia, llegó porque el pueblo lo eligió y si el pueblo lo eligió se debe aceptar la voluntad del soberano. Ellos no aceptan la voluntad del pueblo, porque nunca respetaron al pueblo venezolano.
Cuando los vemos actuar, nos damos cuentan que no aceptan esta voluntad soberana. Insultan, agreden, se mofan, aleccionan villanamente al público que les observa, lecciones de maldad invaden nuestra sociedad. ¿Cómo se puede vivir con estos oligarcas endemoniados que no quieren aceptar que el pueblo ya decidió, que el pueblo sufrió los rigores de vivir en una "democracia" que le aniquilaba, y que ellos disfrutaban a sus anchas recibiendo todo lo bueno de vivir en un país rico?. La libertad de expresión asumida en aquellos días de gloria, para ellos, se acomodaba en ocultar la verdad, el robo, las violaciones a los derechos humanos, la entrega del país a las transnacionales, el saqueo a la industria petrolera. Estas acciones que ocasionaron un daño social al país, nunca fueron reveladas, solo aquellos medios valientes, tuvieron la dicha de estar con el pueblo y seguramente hoy siguen de la mano con el pueblo.
Contra el dolor, contra esta tristeza que nos invade, jamás la manipulación. Jamás la manipulación de medios opositores al gobierno de la república, que destruyen nuestro país y que no aceptan que están derrotados, que no aceptan que Venezuela despertó, que no aceptan que el pueblo venezolano está construyendo el país que desea, porque su nivel de conciencia política está creciendo y está en las alturas de los páramos andinos y su lucha por la libertad es para la reivindicación de hombres y mujeres, de niños y ancianos que merecen vivir en felicidad.
El pueblo está asumiendo su propio liderazgo, sin las amarras del pasado. Ellos son el pasado y un pueblo con conciencia de pertenencia, asimila su pasado, elimina lo que no sirve, limpiando el camino, construyendo para el bienestar, para el bienestar con amor, de todos.
Sobre este dolor que nos cubre, que nos hace llorar, por los jóvenes, por los ancianos, por nuestros muertos, digamos con valentía, no al cerco mediático, no a la manipulación, porque ya lo decidimos en aquel diciembre histórico cuando rompimos las cadenas de la maldad: No volverán, no volverán, jamás volverán.