Ante la situación generada tras el asesinato de los hermanos Faddoul y Miguel Rivero

¡Ni la utilización reaccionaria de la oposición, ni las reformas del gobierno que dejan intacta la institución policial! ¡Por una respuesta clasista y socialista!

Aprovechando el horrendo asesinato de los tres adolescentes de la familia Faddoul y el señor Miguel Rivero (chofer de la familia), la oposición de derecha ha iniciado una serie de actividades de protesta por el hecho y de condena al gobierno nacional, sobre todo cuando se sospecha mucho de la participación de funcionarios o ex funcionarios policiales. Sin embargo, aún cuando es condenable desde todo punto de vista este hecho, la utilización que de él hace la oposición burguesa y la respuesta del mismo gobierno, no van al fondo del asunto ni mucho menos representan una respuesta acorde con los intereses de la mayoría de la población, que padece diariamente la miseria, las desigualdades y la consecuente violencia social.

LA OPOSICIÓN : UNA “INDIGNACIÓN” SELECTIVA Y UNA SALIDA REACCIONARIA

Es obligatorio decir que aún cuando es inevitable sentir indignación por este hecho, diariamente la mayoría de la población venezolana se encentra sometida a las enormes desigualdades y condiciones de precariedad generadas por el capitalismo, y por esta situación no sólo se padecen enfermedades o muertes por desnutrición, sino que es el cuadro social que produce desempleo y delincuencia, entre otras situaciones. Esto tiene su origen en la explotación capitalista y la opresión imperialista, justamente lo que defiende esta oposición. Este cuadro social es el que genera una violencia social cotidiana que va desde el padecimiento y muerte por enfermedades evitables, pasando por las muertes por robos o enfrentamientos entre bandas, hasta la represión y asesinatos a manos de los cuerpos policiales.

Y este es un asunto central, tanto con la masacre a los estudiantes universitarios en Kennedy (Caricuao) como ahora, cuando los asesinos tienen implicancias con los cuerpos policiales, la oposición se indigna y pega el grito en el cielo. Pero más bien estos hechos contra sectores de clase media o media alta, constituyen una excepción ante lo que es cotidiano: el acoso y la represión constantes y sistemáticos, así como ajusticiamientos, a los jóvenes de los sectores populares de nuestro país, es decir, a la inmensa mayoría de la juventud venezolana. Y frente a esto no vemos la indignación y el alboroto de hoy.

En el fondo esto es porque su actitud ante estos hechos es totalmente hipócrita, segregacionista y reaccionaria. Condenan el hecho porque eran jóvenes de clase media “sanos”, pero están totalmente a favor de los mecanismos de represión con los jóvenes de los barrios, todos “potenciales delincuentes” según su burgués punto de vista. Los campesinos sin tierra vienen siendo asesinados por sicarios pagados por los terratenientes, y nada dicen estos “indignados”. Es más, aplauden cuando se reprime en los

barrios, y sus propuestas siempre son más control y actuación policial, más represión. Si la oposición estuviera en el gobierno, seguro le diera más rienda suelta de la que hoy tienen, a estos asesinos con uniforme. Ya vimos cómo intentaron montar una dictadura policíaca en abril de 2002, cómo en pocas horas se sirvieron de esos mismos organismos para desatar la represión contra el pueblo, además de usar a al PM contra el pueblo pobre en cada una de sus acciones cuando Peña era alcalde.

LOS CUERPOS POLICIALES SON INSTITUCIONES ANTIOBRERAS Y ANTIPOPULARES

Es que no se trata sólo de este asesinato, pues son innumerables las denuncias que hay en las Fiscalía General por la represión y los asesinatos de personas pobres a manos de los cuerpos policiales. Son varios los estados (Portuguesa, Guárico, Bolívar, Aragua, etc.) donde han salido a la luz pública las múltiples denuncias sobre grupos de exterminio y ajusticiamiento, conformados al amparo de la institución policial. Son decenas y muy comunes los casos de muertes en los barrios a manos de las policías estadales o del CICPC (ex PTJ) en supuestos “enfrentamientos”. Además de todo el acoso, humillación y violación a los derechos humanos que implican también las redadas y operativos policiales en los barrios. Es una verdadera guerra civil de baja intensidad la que se desarrolla contra la población trabajadora y pobre del país.

Sumémosle el papel que juegan las policías estadales o municipales, junto a la Guardia Nacional, en la contención y represión a las movilizaciones y protestas obreras, populares y estudiantiles, y veremos cómo cumplen un claro papel al servicio de la sociedad capitalista, bien combatiendo las protestas económicas y políticas, o bien reprimiendo y asesinando en los barrios a los jóvenes pobres lanzados a la delincuencia por esta sociedad de explotación, o simplemente condenados por ser “sospechosos”.

POR UNA COMISIÓN INVESTIGADORA DE TODOS LOS CASOS DE ABUSOS POLICIALES Y AJUSTICIAMIENTOS, CONFORMADA POR LOS FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS

Son múltiples los casos de ajusticiamientos en los barrios y de abusos policiales, y no se puede dejar en manos de las mafias policiales y judiciales las investigaciones. Son precisamente estas instituciones las que han mantenido en la impunidad los asesinatos en los barrios, así como de estudiantes en los gobiernos anteriores.

Sólo los familiares de las víctimas pueden garantizar una verdadera y exhaustiva investigación, y son estos quienes deben conformarse en comisión, con el acceso irrestricto a toda la información policial y legal disponible, para que pueda llegarse al fondo de la verdad. Las organizaciones obreras y populares, como la UNT y los sindicatos clasistas, los CTU, las Mesas Técnicas de Agua, Comités de Salud, etc., deben también integrarse y prestar apoyo a esta comisión.

LAS “REFORMAS” DEL GOBIERNO MANTIENEN LA ESENCIA DE LA INSTITUCIÓN POLICIAL

Toda la red de abusos, ajusticiamientos, corrupción, complicidad e impunidad que hay en las policías trascienden a este gobierno: antes era así, hoy lo es, y lo será también mañana, porque son instituciones de este Estado, construido para mantener la sociedad de clases. Las reformas que plantea el gobierno, siguiendo la lógica de su proyecto político, no cambian lo fundamental de esta situación; así como en el plano económico se mantienen las bases del capitalismo y se impulsa a la burguesía nacional, en este plano se trata de algunos cambios, para que nada cambie. ¿Acaso se trata de “depurar” los cuerpos policiales? ¿Son “depurables” unas instituciones cuya función social es reprimir el descontento obrero y popular, o las conductas “antisociales” producto de la miseria y la pobreza?

Más aún la propuesta del gobierno de crear una Policía Nacional no cambiará esta situación a favor del pueblo trabajador: bien que sean decenas de cuerpos policiales locales o que sea uno solo a nivel nacional, igual cumplen la misma función. Esta opción sólo traerá mayor centralización del poder de represión en manos del Estado central. Pero es justamente bajo este gobierno que con la reforma al Código Penal se incrementaron las penas de cárcel para quienes ocupen terrenos o edificaciones, para quienes cierren calles o avenidas. Es el actual Ministro de Interior y Justicia quien ha impulsado que “se cumpla la ley” de cárcel para los “invasores”, así como implementa “planes contra la inseguridad” a través del incremento de la acción policial en los barrios: en esto coincide plenamente con las posiciones de la oposición burguesa.

Han sido diputados chavistas los que han propuesto en la Asamblea Nacional la criminalización del derecho a huelga de los trabajadores de las “empresas básicas y estratégicas”, con penas de hasta 18 años de cárcel, así como lo han planteado también para el sector educativo.

En medio de todas las negociaciones y acuerdos del Estado con los capitalistas nacionales y extranjeros, que hacen posible que estos mantengan sus niveles de ganancias mientras el pueblo trabajador sigue sin resolver ninguno de sus problemas fundamentales (salario, empleo, vivienda, tierras, etc.), ¿quiénes serán los afectados con todo este entramado legal y policial? Claramente será el pueblo trabajador.

Y no es que es una situación para el futuro, siempre ha sido así, y recientemente lo pueden corroborar los trabajadores aragüeños, que ha padecido la represión de la policía del Estado, los obreros petroleros que ocuparon la trasnacional Sincor, reprimidos brutalmente hace semanas por la Guardia Nacional, los trabajadores mineros y sus familias en Guayana y los obreros petroleros en Anaco, ambos sectores reprimidos, incluso selectivamente en sus casas, por la Guardia Nacional y la DIM.

¡DISOLUCIÓN DE LOS CUERPOS POLICIALES Y LA GUARDIA NACIONAL! ¡SUSTITUCIÓN POR COMITÉS DE DEFENSA OBREROS Y POPULARES!

Son centenares las muertes estudiantiles, obreras y populares a manos de estos organismos a lo largo de su existencia, tanto en protestas como en operativos en los barrios, y siempre ha reinado la impunidad. No podría ser de otra manera, pues es para eso que existen esos cuerpos armados, bajo el mando de las instituciones del Estado, así es en cualquier sociedad capitalista. Por eso no hay reforma alguna que las haga funcionar al servicio del pueblo trabajador, estos organismos deben ser disueltos, para dar paso a comités de defensa obreros y populares.

¿Quién mejor que las mismas organizaciones comunitarias y obreras para garantizar la seguridad? ¿Acaso están más interesados los patrones o alcaldes en mantener la seguridad que los propios trabajadores y habitantes en sus lugares de trabajo y vivienda? La burguesía y sus burócratas siempre nos inculcan que estamos más seguros mientras mejor armadas están sus instituciones policiales. ¡Todo lo contrario, más seguros estaremos los del pueblo trabajador en la medida que nosotros mismos tengamos los medios reales para defendernos y organizar la vida en la comunidad y lugares de trabajo! Por eso mismo, del seno de las organizaciones comunitarias y obreras pueden y deben elegirse democráticamente las personas que cumplan esas tareas en el barrio, en los lugares de trabajo y en la calles de la ciudad.

Sólo así evitaremos los abusos, las violaciones, los acosos, los asesinatos y demás arbitrariedades, así como también es la única manera de hacer realidad la exigencia de ¡no intervención de los cuerpos represivos en los conflictos obreros! No es “reformando” las policías, que sólo logrará embellecerlos a los ojos del pueblo, mientras su función sigue siendo exactamente la misma.

¡Contra la utilización hipócrita y reaccionaria de

la oposición proimperialista!

¡Por una Comisión Investigadora compuesta por

los familiares de las víctimas!

¡Fuera los cuerpos policiales de las manifestaciones obreras, populares y estudiantiles!

¡Abajo el Código Penal y demás leyes que

criminalizan la protesta!

¡Disolución de los cuerpos policiales y la Guardia Nacional! ¡Sustitución por comités de defensa obreros y populares!


PRS-UCV (Partido Revolución y Socialismo - Universidad Central de Venezuela)

revolucionysocialismo@gmail.com



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