Aguirre. El cobarde asesinato de Jorge Aguirre tuvo una “virtud” paradójica. Su clic postrero permitió que con mucha rapidez el “terreno de la especulaciones” fuera movedizo y poco consistente. Las versiones sobre la autoría de su asesinato surgieron de inmediato y de inmediato casi, con la divulgación de la foto de su asesino, la frase tan en desuso de “hay que esperar las investigaciones” se puso en boca de todas y todos. Extraño asesinato. Todos dudamos. Y no podía ser de otra forma. Es su pauta para nosotros. Porque así era Aguirre. El amigo de todos. El de la sonrisa pronta. El de la anécdota garciamarquiana. El de “que hay para hoy” acompañado de una franca mirada y una amplia sonrisa. Así te recordaré siempre, compañero.
Todo es según el color. Ni las muertes que en las últimas semanas nos han asombrado son culpa de Chávez, ni los medios de comunicación mienten cuando dicen que el clima de inseguridad que se siente en el país necesita de acciones rápidas y eficaces por parte del Estado venezolano. Y es que hay dos hipótesis que calzan perfecto en las almas polarizadas de este país. Veamos.
Hipótesis de los chavistas. Los secuestros y posteriores asesinatos de los hermanos Faddoul, Miguel Rivas y Fillippo Sindoni forman parte de un plan tendiente a exacerbar sentimientos de impotencia en los venezolanos. Nadie se sentirá seguro en Venezuela. Vendrán otras muertes selectivas. El asesinato de Jorge Aguirre forma parte de una serie de “objetivos” decididos en un laboratorio, cuyo resultado debe ser llegar a diciembre de 2006 con el país aterrado, momento en que, cual nicaragüenses votando por la Chamorro, votaremos contra Chávez, el mejor Presidente que hemos tenido. Los medios de comunicación han hecho desde hace meses un trabajo para denunciar el clima de inseguridad, pues están involucrados en esta acción desestabilizadora. En el país hay inseguridad, pero inflada por los medios de comunicación.
Hipótesis de los antichavistas. El Presidente Chávez y su equipo no han podido en siete años reducir los índices delictivos en Venezuela. Jesse Chacón es responsabilidad de Chávez. También lo son Barreto y Bernal. También lo son su discurso lleno de odio y división. Los chavistas no tienen capacidad para gobernar. Estas muertes son la demostración de que es necesario y urgente salir de Chávez. Hay dos vías: con la gente en la calle o por la vía electoral en diciembre. El trabajo que ya comenzaron los medios de comunicación será determinante. Con ellos se logrará convertir a Venezuela en el lugar más inseguro del mundo. No importa que no lo sea. El objetivo es salir del negro zambo que en mala hora fue indultado por Caldera. Este es el momento.
Estas dos hipótesis no son producto de mi imaginación. Son un apretado resumen de lo que he leído en prensa y en las páginas web de chavistas y antichavistas. Hay un elemento común en ambas: la colaboración y papel clave que tienen los medios de comunicación. Hay que volver sobre su papel protagónico una y mil veces. ¿Por qué? Porque ambas hipótesis, de comprobarse alguna, no son nada sin el concurso o el apoyo de los medios de comunicación.
La tercera hipótesis, la menos “elaborada” plantea que esta trilogía de casos, Faddoul-Rivas, Sindoni y Aguirre, están conectadas sólo por el azar, no forman parte de un plan desestabilizador y no son el desenlace sangriento del clima de inseguridad que vive el país. Al momento de escribir este artículo (sábado 9 de abril en la noche) sólo el asesinato de Jorge Aguirre se mantiene en el limbo, a pesar de que su último y heroico clic pareciera que “desarmó” algún plan.
*Periodista
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