La ola de violencia que en éste mes de mayo de 2017 que se ha desatado e inducida por un libreto ya pre-establecido desde el norte, ha impulsado a una locura colectiva en los más recalcitrantes y radicales opositores al gobierno constitucional y legítimo representado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela , Nicolás Maduro, en que sólo quieren y presionan con su salida, actúan para fomentar "una estrategia del caos" que se basa en crear la sensación de que en Venezuela hay una calma-tensa, ingobernabilidad, inestabilidad política, alta represión, colectivos armados, etc.
El uso del vandalismo, saqueos, destrucción, incendios de instalaciones publicas, el cierre de calles, avenidas, autopistas, y las entradas de las urbanizaciones en algunos lugares específicos de la geografía nacional y el envío de videos y fotografías a la OEA y a la ONU, para aumentar la presión internacional en contra del gobierno venezolano, inspirados en las giras internacionales que realizan personeros de la MUD, solicitando la ayuda de la derecha globalizada para rescatar a Venezuela de la dictadura y el régimen represivo que agobia a nuestra nación...
La otra estrategia política que se encuentra vinculada con la anterior, es que con todas esas acciones de calle y desobediencia civil, están creando todas las condiciones para acercarnos a una de la más lamentable intolerancia colectiva: una guerra civil con todas sus nefastas consecuencias.
La Dirigencia opositora nos quiere llevar a que compremos su gran objetivo político, de que es necesario una intervención extranjera que logre la salida del Presidente Maduro para evitar una guerra civil.
El verdadero dilema es el diálogo y la paz o la violencia y el golpe de estado...