Israel no emprende ninguna acción militar sin la anuencia, o mejor, sin la autorización de Estados Unidos.
El Presidente saliente de Estados Unidos no autoriza ninguna acción militar sin la anuencia del Presidente entrante.
De modo que Barack Obama, en el genocidio contra Palestina, ni siquiera asume el papel de Pilatos de lavarse las manos. Le ha dado luz verde a la agresión criminal.
El Presidente “carismático”, “simpático” y “progresista” muestra su verdadera faz antes de asumir el cargo. Así en la paz como en la guerra, así en Palestina como en cualquier lugar del mundo.
Quienes se llamen a engaño, no digan luego que fueron engañados. Obama no es ni siquiera un falso profeta. A nadie le está ocultando lo que es.