El terrorista más peligroso del hemisferio, Luis Posada Carriles, a pesar de ser denunciado y reclamado por Venezuela, sigue conspirando con sus cómplices en planes asesinos sin intervención alguna de las autoridades judiciales norteamericanas.
A pesar de la orden del tribunal que lo obliga a mantenerse en su casa, Posada sigue paseando en Miami. Fotos de Reuters tomadas el 23 de mayo durante una asamblea pública.
En Miami permanece un fuerte núcleo de extremistas de derecha procedente de distintos países de América Latina que consideran a esa ciudad y a Estados Unidos como un santuario para sus actividades, al observar como, en el curso de los años, cientos de prófugos, mandatarios y esbirros de regímenes dictatoriales, han encontrado en este Norte un refugio seguro.
Desde su llegada a Estados Unidos y su arresto por funcionarios reluctantes a molestarlo, Luis Posada Carriles ha recibido un tratamiento de socio temido de la hermandad de asesinos cuyo sello de intocables se remonta a más de medio siglo.
Liberado por una jueza de El Paso cómplice del aparato de inteligencia, tras procedimientos dilatorios manejados por fiscales corruptos de la era Bush, Posada se reunió en los últimos meses —muchas veces públicamente— con elementos terroristas, mientras se denunciaba en periódicos latinoamericanos que su red centroamericana se encuentra reactivada.
Dejado en libertad, el viejo conspirador ha reconstituido, notablemente en El Salvador, la red de la cual se jactaba ya hace años en su libro Los Caminos del Guerrero, verdadera confesión de un sicópata a sueldo del gobierno yanqui. En este panfleto a favor del terror, confiesa que "cuenta con un ejército privado".
El investigador cubano José Luis Méndez Méndez comentó sobre el tema: "Es un hombre extremadamente entrenado en el uso de los explosivos, en el empleo de armas; en capacidad y técnica para matar, desaparecer y secuestrar, lo cual está registrado ampliamente cuando narra cómo organizó y estructuró los servicios que dirigía, además de jactarse de sus éxitos".
SIEMPRE RODEADO DE CONNOTADOS ASESINOS
El colmo de la arrogancia propia de este sicario confeso de la CIA, fue que se apareció hace unos días en las oficinas de Alpha 66 rodeado de connotados terroristas fichados en el pasado hasta en los archivos del FBI.
En abril último, Posada Carriles participó, con cobertura de prensa, en una verdadera asamblea de connotados terroristas, convocada por Angel De Fana Serrano, quien tomó parte en1997, en la isla venezolana de Margarita, de un complot arreglado por Posada para asesinar al presidente cubano Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana.
A finales de febrero, también a iniciativa de Posada y De Fana, se reunieron en Miami terroristas y mafiosos cubanoamericanos con golpistas venezolanos encabezados por militares traidores, sin interferencia alguna de las autoridades.
Se encontraba en primera fila de esa conspiración, Patricia Poleo, prófuga de la justicia venezolana en el caso del asesinato del fiscal Danilo Anderson. Calificada como agente estrella de la CIA por las acciones contra Venezuela que manejó desde Estados Unidos, la hija del editor millonario Rafael Poleo mantiene enlaces a la vez con los terroristas cubanos, la derecha colombiana y su familia golpista venezolana, y se encuentra detrás de distintas operaciones realizadas desde la embajada norteamericana de Caracas contra la Revolución bolivariana.
Entre los conspiradores venezolanos que participaron en la reunión, se observó nada menos que a quien fungió como edecán de Pedro Carmona en el golpe de estado contra el presidente Chávez en el 2002, el coronel del ejército Gustavo Díaz. También se manifestaron el capitán traidor de la Guardia Nacional Javier Nieto Quintero, vinculado en el 2004 a un caso de paramilitares colombianos, y el teniente José Antonio Colina Pulido, responsable de atentados con bombas contra oficinas diplomáticas de España y Colombia en Caracas en 2003.
Para situar mejor el nivel del complot, en enero del 2008 el cubanoamericano De Fana fue invitado a intervenir ante la prensa en un evento convocado en Miami por el embajador checo Petr "Peter" Kolar, junto al congresista Lincoln Díaz-Balart; el entonces jefe del Plan Bush de anexión de Cuba, Caleb Mc Carry; Orlando Gutiérrez Boronat, millonario integrante del Directorio Democrático Cubano, y Mauricio Claver Carone, director del U.S.-Cuba Democracy PAC el lobby miamense de Washington.
A pesar de todas las denuncias y con la complicidad de la prensa, Posada va presentando pinturas desde su liberación, ante nostálgicos de la dictadura de Batista. En el Big Five Club de Miami, compartió una exposición con otro asesino, José Dionisio "Charco de Sangre" Suárez Esquivel, condenado por el asesinato del ex ministro chileno Orlando Letelier, e indultado por George W. Bush unos días antes del 9-11.
La revista norteamericana Salon reveló también cómo participó, escoltado por los terroristas Pedro Remón y Reinol Rodríguez —dos de sus más serviles matones— en una actividad pública de Alpha 66 en el restaurant Miami Havana de la localidad de Westchester.
"Charco de Sangre", Pedro Remón y Reinol Rodríguez son miembros del círculo de operativos más cercano a Posada.
EN PRIMERA LINEA, EL TORTURADOR Y ASESINO LOPEZ SISCO
Desde Miami, Posada y su pandilla de asesinos han logrado —sin intervención e incluso con la inercia o el apoyo de las autoridades—reactivar su maquinaria infernal, con la complicidad de varios de sus viejos afiliados, todos bien conocidos de los órganos estadounidenses de inteligencia.
Según distintas fuentes, está también señalado como cómplice de Posada en relación con el complot de San Salvador, el ex comisario venezolano Henry López Sisco, quien acaba de ser denunciado en Venezuela como responsable de masacres ocurridas en ese país en los años 70 y 80.
Henry López Sisco fue jefe de operaciones de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), y una de las figuras más repugnantes del círculo de amistades de Posada en Venezuela.
Torturador y asesino de la policía secreta bajo Carlos Andrés Pérez, López Sisco está vinculado a una larga sucesión de asesinatos, desapariciones y abusos desencadenados en los años 70 para eliminar a grupos de jóvenes rebeldes. Orientó las reuniones que tuvieron lugar entre representantes policíacos del gobierno de Carlos Andrés Pérez y el Jefe de la DINA de Pinochet, en agosto de 1975. Organizó, el 12 de abril del 2002, en Caracas, el asalto a la Embajada de Cuba mientras se desarrollaba el fracasado golpe contra Chávez.
Pertenece a la misma red cubanoamericana que incluyó a Francisco Pimentel, cómplice de los atentados de La Habana de 1997; Nelis Rojas, terrorista refugiada en Miami, y Hermes Rojas, quien estuvo torturando con Posada en El Salvador.
Por otro lado, aparece entre los sospechosos el líder fascista venezolano Peña Exclusa, quien lleva meses en El Salvador donde asesoró la campaña de ARENA, el partido asesino de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Peña ha sido también designado como conspirador en relación con el reciente intento de asesinato del presidente boliviano Evo Morales por la pandilla de neonazis que domina a la localidad de Santa Cruz.
Otro nombre que se señala en la conspiración de San Salvador es el del Vicealmirante venezolano Molina Tamayo, uno de los vendepatrias del golpe de Estado del 11 de abril de 2002, quien se encuentra en Centroamérica, al igual que varios otros traidores de la Revolución bolivariana.
TODAS LAS CONSPIRACIONES LLEVAN AL NORTE
En las últimas semanas, varios acontecimientos sucesivos han evidenciado una actividad renovada de circuitos terroristas en contacto con el mecanismo de inteligencia estadounidense.
Entre otros eventos, las autoridades bolivianas han identificado a una falsa ONG, la Human Rights Foundation (HRF), radicada en el Empire State Building de Nueva York, como pieza clave de la conspiración para asesinar al presidente Evo Morales, desarticulada el día 16 de abril en Santa Cruz.
HRF está dirigida por el cubanoamericano Armando Valladares, quien fue preso en Cuba por poner bombas en tiendas y cines en 1960, y retomó su trabajo con la CIA tras su salida de la Isla.
La Fiscalía boliviana ha identificado a Hugo Achá Melgar, representante de HRF en Bolivia, como financiador de la pandilla terrorista conformada por neonazis húngaros y croatas.
Hugo Achá y su cómplice Alejandro Melgar se encuentran prófugos en Estados Unidos, con la entera complicidad de las autoridades migratorias.
Valladares es un viejo capo de la mafia cubanoamericana cuyos lazos de amistad con el clan Bush-Reagan son elogiados por los cabecillas terroristas de Miami.
No solo las agencias antiterroristas norteamericanas ha ignorado las denuncias de tales hechos sino que representantes HRF viajaron a Honduras para participar como ONG acreditada en la cumbre de la OEA, con otras agencias fachadas de la CIA implicadas en operaciones de injerencia en América latina, entre ellas la Human Rights Watch del pinochetista Vivanco.
EL FBI DE MIAMI: ¿DE QUIÉN VIENE LA ORDEN DE TOLERAR?
Tan protegido está el aparato mafioso en su territorio de Miami, que la representante republicana Ileana Ros-Lehtinen asistió el 6 de abril de 2008 a una reunión pública convocada por una organización terrorista de Miami vinculada a la CIA, donde estuvo presente Posada.
El Gobierno federal y el propio Estado de Florida gastan anualmente millones de dólares en múltiples operaciones policíacas bajo el mando de varios "comandos" estatales que reúnen a decenas de especialistas para luchar contra el terrorismo en la península floridana.
Sin embargo, este enorme aparato antiterrorista nunca se interesa en las pandillas de Miami más identificadas con terrorismo contra Cuba y Venezuela.
El FBI de Miami se encuentra escandalosamente asociado a la impunidad otorgada a la red terrorista representada por Posada desde que, en el 2003, el dossier de Luis Posada Carriles fue desaparecido de los archivos de esta agencia mientras el delincuente internacional se encontraba preso en Panamá.
Meses después del cambio de Administración en Washington, nada parece haber cambiado en la república bananera donde el monstruo Orlando Bosch, el pediatra asesino, duerme tranquilo.
Constituida por individuos conocidos por su vinculación con los dispositivos anticubanos de los servicios de inteligencia norteamericanos, la red Posada es el producto del viejo mecanismo creado, a lo largo de las últimas décadas en Miami —empezando con la gigantesca estación CIA JM-WAVE— y que nadie se atreve a tocar.
Miami sigue siendo más que nunca el gran basurero continental de todas las oligarquías derrotadas.