Las manchas oscuras de la maldad todavía resaltan sobre un fondo verde y blanco, donde se acusa sin pruebas, se juzga y se castiga sin veredictos. La mentira y la calumnia se vuelven el pregón de los verdaderos criminales, que de una vez salieron a señalar con sus manitas blancas a los estudiantes de la UBV como asesinos. Por calles y avenidas de la ciudad se podía leer en los parabrisas de algunos vehículos la frase incitadora de odio: UBV asesinos. De inmediato se le viene a uno a la mente el rostro bueno de esas mujeres y esos jóvenes que cargados de sueños e ideales se vuelcan todos los días a las aulas de la Universidad Bolivariana a buscar el crecimiento espiritual y el desarrollo de una personalidad majestuosa y equilibrada. Que las falsas y malsanas acusaciones no le quebranten el espíritu revolucionario para seguir avanzando hacia la conquista del futuro profesional que les aguarda.
Hay que decirlo, lamentablemente la UBV tiene un mal vecino que atiza la guarimba para desestabilizar, atropellar y meter miedo. Desde el mismo momento que la Universidad Bolivariana comenzó a funcionar en la antigua sede de Corpoandes, diagonal a la UNET, las manitos blancas comenzaron a sudar frío, con ligeros temblores en las piernas y malestar general en el cuerpo. La cofradía fascista de la universidad experimental elaboró una agenda de ataque sistemático contra los bolivarianos. Ya en varias oportunidades la sede de la nueva universidad había sido atacada y literalmente destrozada por la acción criminal de grupos de estudiantes de manitos blancas. También debemos recordar que el llamado Gimnasio de Balonmano, durante un tiempo sede provisional del Consejo Legislativo Regional, fue atacado y seriamente dañado por la protesta irracional de estos grupos de estudiantes violentos de la UNET.
Respecto a esos ataques sistemáticos, los grupos de la extrema derecha opositora no dijeron ni una palabra. Tampoco se escuchó a ningún rector condenar las acciones de sus estudiantes. Allá ellos con su conciencia; allá ellos con su odio visceral; allá ellos con sus miserias. Mientras que en el Táchira estudiantes violentos de la UNET atacan a la UBV, en Mérida estudiantes terroristas del Movimientos 13, destrozan a la UNEFA cuantas veces le da la gana. El silencio se hace cómplice y esos ataques ni si quieran son reseñados en ningún medio de comunicación.
Por ello, aprovechando estos días de navidad donde la reflexión debe apuntar hacia el espíritu de la verdad, debemos apelar a esos actos de conciencia y buscar los puntos de partida para saber de dónde viene la violencia. Ubicándonos en la trayectoria del terreno y el escenario, la violencia no vino sino que fue, es decir salió hacia “chorro e mugre”. Precisamente, es allí cuando la verdad se vuelve confusa, incluso engañosa, porque se fragmenta y se manipula. Los agresores que salen por el edificio C son presentados como víctimas.
Dejemos que la justicia que gobierna en la ley se encargue de aplicar las sanciones correspondientes, pero no olvidemos que muchos estudiantes de esas casas tradicionales de estudio son unos verdaderos delincuentes, que tarde o temprano deben ser sancionados y castigados por su accionar violento. Así triunfará la justicia y reinará el espíritu de la verdad.
*Politólogo.
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